Un nuevo proceso se abre al interior del movimiento estudiantil. Han comenzado a desarrollarse una serie de luchas, movilizaciones, paros y tomas, protagonizados principalmente por compañeras, contra diversos casos de violencia machista al interior de las Universidades. Ejemplo de aquello son la toma de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, el paro general de la Universidad Católica de Temuco o las masivas asambleas que se vienen desarrollando en la USACH.

Nancy López Profesora. Agrupación Nuestra Clase

Valeria Abett de la Torre Coordinadora de la Vocalía de Géneros y Sexualidades, Usach.
Lunes 7 de mayo de 2018
Este proceso se da además en un marco general donde nos hemos visto conmocionadas y conmocionados por nuevos casos aberrantes de violencia machista, en España con el caso de “La Manada” y el actuar de la justicia española, o el caso en Chile de Ámbar, donde el responsable fue además un ex candidato de la UDI, uno de los partidos reaccionarios que son parte del gobierno de Piñera.
Hoy son miles de mujeres estudiantes quienes se vienen organizando en masivas asambleas, como ocurrió en la Universidad de Chile el día jueves 3 de mayo, donde se reunieron alrededor de mil compañeras para discutir cómo enfrentar la violencia machista en la Universidad, o las cerca de 500 que se dieron cita en la Facultad de Humanidades de la USACH el día viernes 4 de mayo.
Esta lucha que se inicia, y que parece estar recién comenzando, cuestiona la violencia machista en la Universidad, pero no se detiene ahí. También ha pasado a develar que esta violencia está sostenida, en gran medida, por el autoritarismo universitario, y porque siguen siendo las autoridades quienes zanjan y deciden sobre todo aspecto en las instituciones educativas. Los protocolos para las denuncias han demostrado así su límite, al ser las autoridades quienes tienen la última palabra.
Esas mismas autoridades, que no demoran prácticamente nada en realizar sumarios contra los estudiantes que se movilizan, o permitir que las fuerzas policiales ingresen expeditamente a arrestar estudiantes, vulnerando la autonomía universitaria, son las que hoy utilizan los protocolos para lavarse la cara, mas no para responder a las demandas por la años mujeres, junto a estudiantes, funcionarios y docentes, se han movilizado para enfrentar la violencia machista que se vive en nuestras aulas.
Y justamente el gobierno y la derecha también buscan lavarse la cara, al declarar vía decreto la imprescriptibilidad de delitos sexuales contra menores. ¡Y es justamente la derecha machista y misógina, junto a la Iglesia y los empresarios, los principales sostenedores de este sistema patriarcal y capitalista que violenta cotidianamente a las mujeres! Lo que quieren es centrar todo en medidas punitivas, en el castigo y en el fortalecimiento de los aparatos represivos del Estado.
Pero las mujeres nos venimos levantando para decir ¡Basta! Y tomar en nuestras propias manos el camino y el combate contra la violencia machista. ¡Tenemos que atacar el problema de raíz!
¿Hacia dónde dirigir esta fuerza que emerge?
Justamente por esto es necesario que las compañeras nos pongamos a la cabeza de esta movilización, pero para que las fuerzas de esta lucha sean efectivas para doblegar los intereses de las autoridades que han administrado las Universidades con lógicas mercantiles y sosteniendo su estructura patriarcal, y avancemos efectivamente a ponerle frenos a los casos de violencia machista, es necesario avanzar hacia una movilización mixta y de los tres estamentos unificados: estudiantes, funcionarias/os y académicos/as que se pongan al servicio de esta lucha.
Hoy más que nunca debemos dejar en claro nuestra desconfianza absoluta con las autoridades universitarias, y batallar por instalar protocolos discutidos y zanjados democráticamente, que sea independientes a las autoridades y estén al servicio de los estamentos organizados.
En ese camino es que es también urgente que luchemos por instalar comisiones triestamentales para que se hagan cargo de los casos de denuncias que existen hoy en día al interior de prácticamente todas las Universidades a lo largo del país. ¡No puede ser que existan casos que lleven más de un año y medio abiertos o donde profesores con decenas de denuncias, repudiados ampliamente por los estudiantes, sigan siendo parte de los planteles educativos como ocurre hoy en día en la USACH! ¡Que estudiantes, funcionarias y académicas podamos decidir! ¡Fuera Zolezzi y su autoritario gobierno universitario!
Otro caso gráfico es el de Carlos Carmona, académico de Derecho de la Universidad de Chile, ex presidente del antidemocrático Tribunal Constitucional, quien en los hechos ha sido protegido por las autoridades y principalmente por el decano Davor Harasic.
A su vez es necesario luchar por instalar efectivamente puentes para conquistar una educación no sexista, con cátedras obligatorias en todas las carreras de las Universidades, ligadas a las disciplinas impartidas, tanto para estudiantes como académicos, así como también a funcionarios y funcionarias. Esto debe integrar de conjunto además un enfoque de género en las mallas de las diversas disciplinas y de las carreras, además de que exista un filtro y un perfil claro para los nuevos académicos que sean contratados en las Universidades.
Y esta educación no sexista tiene que ser continuada, financiada por el Estado, y tener presencia desde la educación básica hasta la Universidad, en una línea continua de educación que permita ir combatiendo cotidianamente en las aulas el machismo que el patriarcado instala día a día en las conciencias y acciones de niños/as y jóvenes.
Una fuerza que se proponga atacar de raíz la violencia machista y que revitalice la lucha estudiantil
Debemos que tener claridad de que una de los pilares que sostienen el machismo en la Universidad que tenemos que enfrentar con audacia es el autoritarismo universitario.
Por esto, para que nuestras conquistas sean duraderas y efectivas, es necesario que nos propongamos luchar por la elección universal de autoridades unipersonales, más todavía cuando habrá elecciones de rectores en diversas universidades (entre ellas la USACH y la U de Chile), y también por conquistar cogobiernos triestamentales democráticos ¡Que no decidan por nosotras y nosotros!
Un ejemplo de lucha ha sido hasta ahora el Pedagógico, con marchas masivas y asambleas de cientos de estudiantes exigiendo la salida del rector Jaime Espinosa, por ser responsable de la profunda crisis que vive actualmente ese plantel, además de plantear avanzar hacia la triestamentalidad efectiva y conquistar un plan de financiamiento integral de parte del Estado para terminar con las precarias condiciones de estudio y de trabajo al interior de dicha institución.
Para dar estas batallas es necesario, como planteamos más arriba, una fuerte movilización mixta de todos los estamentos, y a su vez, una amplia unidad del movimiento estudiantil por estas luchas, unificando las luchas locales y parciales en un pliego común, que devuelva al movimiento estudiantil a las calles, y utilice las marchas del 9 y del 15 de mayo, donde las mujeres podemos ser las protagonistas de movilizaciones nacionales, que funcionen como un punto de apoyo fundamental para el desarrollo y empuje de estos combates.
Necesitamos unidad para desarrollar con fuerza las movilizaciones en todos los lugares de estudio; y necesitamos la movilización para la conquista de nuestras demandas que combatan efectivamente la violencia machista; y ese combate será efectivo sólo si las estudiantes, académicas y funcionarias, junto a nuestros compañeros, tenemos capacidad de decisión al interior de nuestras instituciones, desde la votación en cuerpos colegiados hasta en la aplicación de los protocolos y en comisiones triestamentales que se hagan cargo efectivamente de las denuncias que hoy en día han motorizado los inicios de nuestra gran lucha.

Nancy López
Profesora. Agrupación Nuestra Clase