CINE. Luego de 25 años, Lars von Trier vuelve con nuevos capítulos de Riget (El Reino)

Hablar de Lars es meterse en un terreno difícil, disparatado y oscuro, atravesado por todo tipo de polémicas y situaciones violentas tal como la prohibición en el Festival de Cannes y actrices como Björk Guðmundsdóttir y Nicole Kidman que expresaron no formar más parte de sus proyectos debido a los maltratos ejercidos por el director.

Podría decirse que su filmografía trata sobre la miseria humana en su máximo esplendor, con una imagen de la humanidad de lo más pesimista y desoladora, donde los personajes se entremezclan marcados por una violencia extrema que los lleva siempre hacia situaciones desconocidas e insospechadas. En sus películas se conocen todo tipo de vicios y placeres, aquellos que la sociedad prohíbe y esconde, esos que están ahí, pero no queremos ver. Aborda la locura y demencia del ser humano, sus miedos más impensados, donde pocas veces existen límites. Sea cuales sean las definiciones que se puedan decir de su obra, la verdad es que ninguna alcanzaría, ya que Lars fue siempre mucho más allá, sin importarle el qué dirán.

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De sus trilogías, la más consagrada fue la de la Depresión, formada por Anticristo (2009), Melancholia (2011), y Nymphomaniac Volumen I y II (2013). Sin dudas, marcadas por una estética que recuerda al inigualable ruso Andrei Tarkovsky en lo que a imagen y composición refiere, esta trilogía es una de las más arriesgadas de la historia del cine. Atravesadas de manera gloriosa por sinfonías de Wagner, Haendel y Mozart, cada una de ellas es una travesía íntima y existencial que pocas veces deja indiferente a quien las ve, las preguntas e inquietudes que el mundo enfrenta día a día son tratadas desde una perspectiva poética y demoledora que escapan de cualquier lógica conocida, con momentos de brutalidad absoluta y despiadada totalmente explícita. Por otra parte, su última película, The House That Jack Built (2018) une arte, pintura, música y cine como pocas veces se a visto, es el camino de Lars hacia su propio purgatorio, analizando su vida y su relación con espectadorxs y críticxs, materializando en uno de sus pasajes a La Divina Comedia de Dante Alighieri.

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Retrocediendo en el tiempo, en la década de los 90 dirigió una miniserie llamada Riget (El Reino), época en la que también se estrenaba la serie que marcó un antes y un después en el mundo audiovisual y cinematográfico, Twin Peaks, de David Lynch. Las primeras dos temporadas de Riget (1994 y 1997) tratan sobre un hospital fundado en medio de la ruina y de un terreno asediado por la guerra y la muerte, con fantasmas que recorren los pasillos, engendros mutantes y repleto de humor negro. Ocultismo, sectas y terror conviven en este lugar, el hospital está maldito y aquellos que conviven con él se irán dando cuenta día a día. Una primera versión de autor iba naciendo, de a poco aparecía ese director que explotaría luego de los años 2000 con películas como Dancer in the Dark, ganadora de la Palma de Oro, y seguramente el film más destructivo y angustiante del director, con la incomparable cantante y actriz Björk a la cabeza.

Riget: Exodus (2022)

Han pasado 25 años, y los sucesos paranormales no paran de ocurrir en este hospital tan particular de Copenhague. Sus personajes siguen siendo hipnóticos, Satanás camina por los pasillos, no falta el humor, las mutaciones y el absurdo. Lars Von Trier fue diagnosticado con Mal de Parkinson desde hace ya un tiempo, por lo que Riget: Exodus seguramente sea lo último que disfrutemos de uno de los cineastas más discutidos y controversiales de todos los tiempos.

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