Mientras Lula hace discursos patrióticos en defensa de Petrobras, Michel Temer avanza en su privatización. Unidades de la empresa en Río de Janeiro y Ceará fueron puestas a la venta.

Leandro Lanfredi Trabajador petrolero | Rio de Janeiro
Jueves 9 de junio de 2016
Mientras Lula hace discursos patrióticos en defensa de Petrobras, Michel Temer y Pedro Parente, actual presidente tucano (PSDB) de la estatal, implementan el plan de venta de la empresa heredado del gobierno de Dilma y Bendine, el entonces presidente de Petrobras.
El pasado 6 de junio fue convocado un acto en Río de Janeiro en defensa de las empresas estatales. El frente “Si es público es para todos” reúne a buena parte de las centrales sindicales del país y a diversos sindicatos y federaciones relacionados a los bancos públicos y a Petrobras. En esta actividad Lula estuvo presente e hizo un discurso.
Este frente organizó la actividad para denunciar las medidas ya tomadas y las planificadas por Temer. Sin embargo, como parte de la jornada, no se discutió ninguna acción para que el próximo 10 de junio, día en que las centrales convocan a un día nacional de lucha contra el golpe y en defensa de los derechos. En realidad se trata de un jornada que intenta cubrir con un barniz “más rojo” y paros controlados y aislados, la política de Lula, “lulinha paz y amor”, que busca no confrontar con los golpistas y empresarios. Todo se resume a hacer presión e intentar ganar a algunos senadores contra el impeachment. Sobre terminar con los ataques, nada.
Si la estrategia de la CUT se impone, el próximo 10 de junio veremos discursos exaltados y un paro controlado, como nos tienen acostumbrados. Están abriendo el camino para que la privatización que Lula y Dilma comenzaron se consolide con Temer y Serra. Hoy mismo, temiendo poco a estas acciones de la CUT, Temer y Pedro Parente, anunciaron las primeras unidades a ser vendidas, la subasta ya está en curso.
Termoeléctricas y unidades de regasificación en Rio de Janeiro y Ceará, están oficialmente a la venta.
Lula hizo un discurso orgulloso de aquellos que visten el uniforme naranja de Petrobrás y orgulloso del Pre-sal. En su intervención se refirió a cómo bajo su mandato fue descubierto el mayor campo de petróleo del siglo XXI. Se refiere al Campo de “Libra”, vendido por Dilma en 2013 en medio de una huelga de cinco días de los mismos petroleros, reprimidos por la Fuerza de Seguridad Nacional en un acto en Barra de Tijuca. El 60% de ese campo está en manos de las empresas extranjeras de petróleo, entre ellas Shell y Total. Y la cínica Federación Única de Petroleros (FUP), con sus sindicalistas atornillados a sus sillones que ya no recuerdan qué es una válvula, ni qué decir de un confinamiento en alta-mar, lo aplaude por su defensa del “petróleo nacional”.
Foto: Represión al acto contra el remate de “Libra” por la Fuerza de Seguridad
Nacional, tropa federal bajo el mando de Dilma, octubre del 2013
En todo el discurso Lula recorrió las imágenes de siempre sobre “hablar firme” con los EE.UU. y no ser su sirviente. Este discurso, recalentado de la campaña del 2010, omitía la verdad sobre las privatizaciones que él mismo realizó, ni hablar de las de Dilma que subastó el Campo de “Libra” y los principales aeropuertos del país. Discurso que resulta connivente con la nueva entrega de los recursos naturales del país al imperialismo.
Michel Temer y Parente ya pusieron parte de la empresa a la venta. Temer y sus ministros anunciaron que una de las prioridades del gobierno golpista en los próximos días será la aprobación en la Cámara de Diputados de la modificación de la Ley del Pre-sal que permite una mayor entrega al imperialismo. Esta alteración en la ley fue aprobada por un acuerdo entre Dilma, Renan Calheiros (PMDB) y José Serra (PSDB). La venta de unidades anunciadas por Parente es continuación del “plan de desinversión” iniciado por el expresidente de la empresa, Bendine, bajo el gobierno de Dilma. Temer está ejecutando lo que Dilma no pudo hacer con la misma rapidez. Si tuviera éxito, finalmente el “mercado” tendrá algo para festejar del golpe institucional.
El entreguismo de ayer de Lula y Dilma se continúa con la impotencia y la connivencia de hoy. Connivencia que la CUT viene desarrollando todo este tiempo frente a la oleada de despidos que recorre a la industria, que no puede enfrentarse con un acto de ocasión de los metalúrgicos del ABC. La misma central responsable de la idea de un Acuerdo Colectivo Especial, que pone lo acordado por encima de las leyes laborales (CLT). Temer y los empresarios, agradecidos.
La falta de solidaridad y las medidas ocasionales de las centrales sindicales como la CUT y la Central de Trabajadores y Trabajadoras Brasileros (CTB) y los sindicatos frente a las luchas en curso de la juventud y la educación contribuye a dejarlas aisladas y no sumarlas a la pelea contra el gobierno golpista. De la unidad de la juventud y los trabajadores puede emerger una lucha con fuerza para acorralar a Temer y sus ataques. Cuestión que esta burocracia no se juega a hacer, prefiere medidas controladas que no pongan en jaque el plan de Lula de ofrecer salidas negociadas y ofrecerse a sí mismo y al PT como alternativa, “para no incendiar” el país, sino para continuar en la aplicación de los ataques, aunque se presenten diferentes a los formulados por la FIESP, el PSDB y Temer.
Foto: Petroleros ocupando RPBC, en Cubatão en 1995
Contra esta conciliación y “flexibilidad” en la resistencia es necesario medirse con la historia, recordar la intransigencia que los petroleros mostraron en 1995 (y que Lula criticaba) y más que esto, medirse con los ejemplos internacionales de hoy en día. La “intransigencia” de los trabajadores franceses frente a la reforma laboral, incluso de los petroleros que paralizaron el país, es un ejemplo de lo que debería hacerse como parte de un plan de guerra contra el golpe y las privatizaciones que podría iniciarse este próximo 10 de junio, como parte de la convocatoria realizada por la CUT.
Es necesario hacer lo opuesto a lo que hace Lula, que es dar discursos en los que habla de salir a las calles pero no propone nada concreto, y superar los paros controlados por la burocracia. Con “paralizaciones (paros)” de 24 hs. que ni siquiera afectan las unidades administrativas, ni hablar de la producción, no se enfrentará este ataque a los petroleros y todos los brasileros. Es necesario superar estos límites e imponerle a la FUP y a la CUT un verdadero plan de lucha. De lo contrario seguiremos escuchando discursos mientra los ataques permanecen. Lula seguirá con sus negociaciones con los senadores intentando por este camino restablecer a Dilma en el poder, para continuar con un gobierno de “unidad” y “pacificación”, que será aun más privatizador que el actual en curso.