×
×
Red Internacional
lid bot

CELAC. Lula en Argentina: dos debates alrededor de sus primeras definiciones como presidente

Lula da Silva llegó al país, para participar de la VIIº Cumbre de la CELAC. Recientemente electo para cumplir un tercer mandato como presidente de Brasil, Lula se encontrará con Alberto Fernández y luego brindarán una conferencia de prensa en Casa Rosada.

Lunes 23 de enero de 2023 10:49

El presidente brasileño es uno de los que más expectativas despierta en el escenario de la cumbre de la CELAC. Presentado como uno de los gobiernos progresistas de la región y después de haber derrotado en las urnas el propósito reeleccionista de Bolsonaro, su figura cobra una gran importancia tanto para el pueblo trabajador brasileño como para la política regional. En su primer viaje a la Argentina como presidente electo, es de esperar que sus declaraciones, propuestas y gestos políticos tengan gran relevancia.

De hecho, de manera sorpresiva, su visita fue precedida por el anuncio de la posible creación de una moneda común sudamericana emitida por un Banco Central de América Latina. Un proyecto similar al euro y el Banco Central Europeo, aunque difícil de implementar en la práctica, con economías no integradas, que transcurren por distintas situaciones críticas e intereses encontrados entre los sectores empresarios nacionales y sus diferentes relaciones con los países centrales.

Cumbre de la Celac: entre el apoyo al golpe en Perú y las tensiones regionales

La herencia derechista de la reforma laboral no se toca

Además, Lula llega después de desactivar las acciones golpistas del bolsonarismo y sectores de las fuerzas represivas brasileñas que tomaron por asalto los edificios donde funcionan los tres poderes del Estado. Sin embargo, aunque la ofensiva bolsonarista fue desactivada, nada indica que hará lo mismo con la herencia que dejó el gobierno golpista de Michel Temer con las reformas del régimen laboral y jubilatorio que, por supuesto, no fueron cuestionadas por su sucesor Bolsonaro. "La reforma laboral se hizo, el presidente Lula la puso en marcha, no va a revocar ni la reforma laboral ni la jubilatoria", dijo el vicepresidente Alckmin a la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, el organismo que nuclea a la burguesía más poderosa de Brasil.

Alckmin, que brindó un apoyo incondicional al gobierno de Michel Temer, surgido del golpe institucional contra Dilma Rousseff del PT, fue candidato de la derecha neoliberal y conservadora (además, es un reconocido miembro de la reaccionaria organización católica del Opus Dei) en 2018, pero perdió frente a Jair Bolsonaro. El apoyo de los poderosos medios de comunicación brasileños y el sector concentrado de las finanzas no le alcanzaron en ese entonces para borrar su pasado vínculo con Temer, así que en 2021 se afilió al Partido Socialista Brasileño para establecer una alianza con el PT de Lula y postularse como candidato a vicepresidente en una fórmula común. Una voltereta en el aire para caer bien parado, con la red que le ofreció el actual presidente brasileño. Imposible imaginar un ejemplo más explícito de cómo el "mal menor" legitima la herencia de la derecha y asume el riesgo a futuro de abrirle paso y legitimarla, más que enfrentarla.

Pero el apoyo a la reforma laboral no viene solo de los aliados neoliberales y derechistas que tiene Lula en su tercer mandato. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que es del PT también declaró que es necesario rehacer las cuentas de la seguridad social para evaluar los impactos sobre los recursos del gobierno destinados al salario mínimo, mientras suspendía la medida mínima anunciada de que aumentaría de 1302 reales a 1320 reales. Este Lula que llega hoy a la Argentina parece postergar más rápidamente los compromisos asumidos con el pueblo trabajador que con los capitalistas y la derecha con pasado golpista.

Lula encomienda al neoliberal Alckmin negociar la legislación laboral junto a empresarios

Al golpismo institucional ¿se lo respeta?

Ni siquiera su propia experiencia personal, después de haber visto cómo el Congreso derrocaba en un golpe institucional al gobierno del PT de Dilma Rousseff y cómo, mediante el lawfare, lo encarcelaban para impedir su candidatura en las elecciones de 2018 (donde, finalmente, triunfó Bolsonaro), le bastó para rechazar el golpe institucional de Perú.

Por el contrario, el 7 de diciembre -cuando aún no había asumido la presidencia de Brasil, Lula le deseó suerte a Dina Boluarte, casi con las mismas palabras que utilizó Bolsonaro, que le deseó "éxito en su misión como Jefa del Estado peruano". Ningún gesto de solidaridad con el pueblo peruano que ha dado sobradas muestras de coraje en el rechazo al golpe institucional en su país, mientras las fuerzas represivas bajo las órdenes de Boluarte sembraron de sangre las calles peruanas, con más de 50 muertos.

VIIº Cumbre de la CELAC. El Frente de Izquierda convoca a movilizarse en apoyo a la lucha del pueblo peruano

Si fuera cierto que hay muchos Lula en el mismo presidente brasileño fundador del PT, éste que llega hoy a la Argentina, parece ser el que presenta la distancia más abismal entre las palabras y los hechos.