El último miércoles se desarrollaron reuniones cuyo objetivo fue la unidad para brindarle a Dilma una cuota de gobernabilidad, necesaria para implementar el ajuste contra el pueblo trabajador.
Viernes 14 de agosto de 2015
Foto: Marcos Oliveira/ Agência Senado
El miércoles (12) estuvo marcado por reuniones que involucraron al ex presidente Lula, el también ex presidente José Sarney (PMDB), el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, el presidente de la Cámara de Senadores, Renan Calheiros (PMDB), el vicepresidente Michel Temer (PMDB) y más de 30 senadores en Brasilia. El objetivo es dar más “unidad” para preservar al gobierno e implementar el ajuste.
Por la mañana, Lula, Michel Temer, José Sarney y otros representantes del PMDB almorzaron juntos para afinar los planes de una salida común para implementar las medidas de ajuste fiscal. Después del almuerzo, Michel Temer afirmó que Lula elogió su declaración y reafirmó que el almuerzo es una medida de unidad entre todos por la “gobernabilidad”.
Las declaraciones de Temer luego de la reunión pueden ser entendidas como una expresión de la iniciativa que se está gestando para salvar al gobierno de la crisis política e implementar el ajuste fiscal. Este plan ataca derechos de los trabajadores y servicios públicos, y favorece a ricos empresarios, poderosos y funcionarios de alto escalafón del Estado (el mismo día, ministros del STF propusieron un aumento de sus salarios a 39 mil reales, más de 11 mil dólares).
Lula llegó a declarar un día antes, en el encuentro de la “Marcha de las Margaritas”, que la crisis tuvo origen en Estados Unidos solamente. La tesis de Lula es una verdad parcial (ya que la crisis surgió en Estados Unidos), pero trae aparejada una gran mentira, porque esconde que la “salida unificada” de los “líderes” reunidos en el almuerzo es para articular con las elites nacionales, locales y regionales, “quién va a ganar” con la quita de derechos de los trabajadores y de todo el pueblo. Justamente por eso, figuras como José Sarney son resucitadas en este momento para demostrar las buenas intenciones del gobierno hacia las oligarquías regionales.
Posteriormente, los ministros Nelson Barbosa (Planificación) y Joaquim Levy (Hacienda) se reunieron con más de 30 senadores para discutir la implementación de las medidas de ajuste anunciadas por Renan Calheiros el lunes (11). La discusión elevó a 43 las propuestas, sin cambiar profundamente el contenido general de las medidas.
La modificación más significativa fue a la propuesta de fin de la gratuidad del Sistema Único de Salud (SUS), que fue sacada de la pauta. Sin embargo, todavía se prevé que los usuarios de planes de salud, hoy “masificados”, pasarán a tener que pagar “dos veces” el y plan de salud propiamente dicho y las atenciones partidas del SUS utilizadas en eventuales procedimientos. Además, para efectivizar el acuerdo el gobierno tiene que aceptar una nueva medida que prevé el enjuague de los ministerios.
La propuesta “unificada” del PMDB con el gobierno tiende a aislar a Eduardo Cunha, un sector más “radical” de la oposición de derecha y presidente de la Cámara de Diputados, y preservar el gobierno de Dilma de la crisis política en la que se encuentra, para así poder profundizar los ataques a la clase trabajadora y el pueblo a través de los ajustes.
Los límites están en que estas medidas pueden preservar al gobierno de los intereses del sector más radical de la oposición de derecha, pero también pueden profundizar una respuesta más profunda de la clase trabajadora y del pueblo, organizados contra el gobierno y los políticos de la oposición de derecha, que muestran que están todos juntos gobernando para los ricos, contra los trabajadores.