En una entrevista a la Folha de Sao Paulo no solo reafirmó su respeto hacia la institucionalidad, sino que reforzó la idea de no convocar al pueblo a movilizarse.
Lunes 5 de marzo de 2018 11:54
En la entrevista concedida al diario Folha de São Paulo, Lula confirmó que seguirá con su campaña electoral, más allá de que esto sea cada vez menos factible. Ante la fuerte crisis orgánica que afecta al vecino país, donde la burguesía tiene gran dificultad de encontrar un nombre que hegemonice el centro político en las elecciones, el ex presidente de Brasil alega ser el único candidato viable para tal fin.
Lula afirmó que la única política que llevará adelante será la de poner un freno a la movilización de la clase trabajadora, política llevada a cabo por el PT en las últimas décadas.
Así como no lograron impedir el golpe, Lula tampoco hace una crítica a las reformas recientes, siendo coherente con su estrategia de defender concesiones mínimas a los trabajadores, mientras hace alarde de las grandes ganancias que los banqueros obtuvieron en su gobierno:
«Durante mi gobierno los empresarios ganaron más dinero, los trabajadores tuvieron aumento salarial, hubo más empleos y menos paros. Me siento orgulloso porque supe cómo convivir con la sociedad brasileña»
El ex mandatario incluso llegó a reivindicar la “valentía” de Temer al enfrentarse a TV Globo durante el escándalo por las denuncias de Joesley Batista, cuando se inició en el país un vacío de poder. En aquel entonces, si las centrales sindicales hubiesen quebrado el pacto con el gobierno, eso hubiera llevado a la caída de Temer y se hubiera puesto fin al aumento del autoritarismo del poder judicial, además de haberse frenado la infame Reforma Laboral.
Con estas afirmaciones, queda claro que ni Lula ni el PT son capaces de defender las conquistas básicas democráticas, que hoy están siendo atacadas con la intervención federal en Rio de Janeiro y con la condenación arbitraria del propio Lula.
Las conquistas ganadas deben ser defendidas por los trabajadores, a través de un frente único que englobe a grandes batallones de la clase trabajadora brasileña, abriéndose así un camino para luchar por la derogación de la Reforma Laboral y de la Reforma Previsional. En este sentido, la lucha para garantizar esta demanda democrática es la lucha contra el PT, contra Lula y su estrategia.