Lupin, la serie de Netflix, viene con bastante historia. A principios del siglo XX se comenzaron a publicar los relatos de Arsene Lupin, escritos por Maurice Leblanc, bajo el formato folletín, para luego adaptarse a la novela policial llevada a obras de teatro, al cine y al animé, hasta convertirse en una de las series más vistas por streaming.
Assane Diop, el personaje que interpreta el actor Omar Sy en la serie de Netflix, hijo del senegalés Babakar, toma la herencia de su padre, los libros de Arsene Lupin, publicados hace más de un siglo, como una herramienta e inspiración para llevar a cabo su venganza, frente a los hecho que hicieron que su infancia fuera mucho más difícil: el encarcelamiento de su padre y el suicidio en una celda.
Para mediados de año, saldría la segunda temporada. Mientras en Francia las publicaciones de Maurice Leblanc incrementan sus ventas, en Argentina se reedita Arsenio Lupin, caballero y ladrón, por editorial Claridad.
Maurice Leblanc, el autor
Maurice Leblanc nació en la ciudad francesa de Ruan en 1864 y pudo estudiar derecho. En París, influenciado por Gustave Flaubert y Guy de Maupassant, empezó su vida literaria, escribiendo novelas con muy poca popularidad.
En 1904, publica en la revista Je Sais Tout el primer relato de las aventuras de Lupin, “El arresto de Arsene Lupin”, que luego sería el primer capítulo de la novela Arsene Lupin: caballero y ladrón, logrando una gran popularidad en la ciudad parisina, inaugurando el tercer periodo o época neo-heroica de la novela popular, según Umberto Eco, definida como la época que presenta en escena héroes antisociales, seres excepcionales que no vengan ya a los oprimidos sino que persiguen un plan egoísta de poder para ellos solos [1].
Las aventuras de Arsene Lupin le llevarán parte de su vida, con la publicación de una veintena de obras referidas al ladrón de guante blanco y algunas otras publicaciones de diversas temáticas, que no lograron conquistar al público, por lo cual el autor es considerado como un escritor importante de su época y de la novela popular.
¿Cuál Lupin?
Es muy posible que la inspiración de Leblanc para la creación de Arsene Lupin fuera la historia del anarquista francés Marius Jacob, quien formó una banda después de huir del manicomio de Aix-en-Provence; llamados “Los Trabajadores de la Noche”, realizaron robos a empresarios, jueces, soldados y al clero. No asesinaban a nadie y donaban parte del botín a la causa anarquista. Durante los años 1900 y 1903 efectuaron más de 150 robos en París. Teniendo en cuenta la particularidad de su época, y considerando que sus relatos eran publicados en revista e iban dirigidos a lectores adeptos a las novelas por entrega, no tuvo más que buscar qué decían los periódicos y saber cuál era la historia o el personaje que más atraía a esos lectores.
Arsene Lupin, contemporáneo de Sherlock Holmes, con quien compite en popularidad por lo menos en Francia, ha aparecido en numerosas novelas de su autor, entre las cuales se distinguen las características no solamente del personaje (su valor, su audacia, su espíritu de aventura, su sangre fría para actuar) sino también la de su país de origen. Es una época de orgullo imperialista francés, capitalismo europeo y una idea firme de progreso en la sociedad francesa mejor conocida como la “Belle Époque”. Las novelas intenta caracterizar su época, donde una clase adinerada vive plenamente de sus lujos, y Lupin, no hace otra cosa que burlarse de la burguesía, se ufana como si su intención no fuera más que un juego entre la policía, que es incapaz de atraparlo, la clase alta que no supera su ingenio y él, un antihéroe que vive del poder que adquiere de sus hurtos.
El personaje es un hombre que conoce los estudios clásicos como las artes marciales, sabe ser inteligente cuando la situación lo requiere, camuflándose con los más adinerados, escapando del inspector jefe Ganimard que lo persigue y, al mismo tiempo, sabe luchar y confrontar físicamente contra sus enemigos, que suelen ser peores que él. Es aquel que lucha contra “Herlock Sholmes”, que utiliza varios disfraces que ocultan su verdadera personalidad y que nunca deja de ser parte de los suburbios parisinos. Sabe robar a los más ricos, que desprecia por no tener la inteligencia que él posee, como cuando deja una tarjeta ornada en la casa del barón Schorman con la siguiente inscripción: “Arsenio Lupin, el ladrón caballero, volverá cuando los muebles de esta mansión sean auténticos” [2] y puede hacerlo en una noche sin que nadie se dé cuenta.
Este héroe antisocial, que solo roba como plan egoísta de poder, para ser cada vez más rico y poderoso, un ladrón con gracia, pero sin crueldad, que se ríe de la policía y desvalija a los ricos, que mantiene una actitud consolatoria frente a sus lectores, cumpliendo el rol del protagonista de la novela por entregas, que genera a través de su lectura la necesidad de soñar con los ojos abiertos, como describe Gramsci a la novela de folletín: “Sustituye (y favorece al mismo tiempo) el fantasear del hombre de pueblo, es un verdadero soñar con los ojos abiertos” [3]. Lupin, les demuestra que puede burlar a los más poderosos, sin ser atrapado, aunque a veces cae en la cárcel, pero con toda intención de hacerlo para mofarse de la policía, sin tratar de revertir el orden social.
Las adaptaciones del ladrón de guante blanco
Después vinieron las adaptaciones al teatro, las numerosas películas y series de televisión en las que aparece Lupin o aquellas que están basadas en el personaje de Maurice Leblanc, como libros infantiles donde comparte protagonismo con Sherlock Holmes. Hasta llegar a Japón, con la publicación del manga creado e ilustrado por Monkey Punch y publicada por la revista japonesa Weekly Manga Action en 1967: Arsene Lupin III, siendo el nieto del ladrón, lidera una banda que viaja por todo el mundo robando grandes tesoros. Y así llegó a la adaptación del manga para una serie de animé y la película dirigida por Hayao Miyazaki: El Castillo de Cagliostro.
Lupin en Netflix y un nuevo tópico
Assane Diop es el nuevo ladrón de guante blanco, que promete vengar la muerte de su padre, sufrida a manos de una familia adinerada, con bastante influencia política y partícipe de importantes actos de corrupción.
La nueva adaptación suma un tópico más a la novela popular de considerable actualidad, pero tratada de forma superficial: el racismo, los emigrados que llegan a Europa, más precisamente a Francia, en las peores condiciones para intentar sobrevivir en un sistema que no les ofrece nada, donde los grandes ricos son totalmente corruptos, lavan dinero a través de la beneficencia y aumentan sus ganancias a cualquier precio. La serie se mueve, por momentos, en esos términos, mostrando cómo la clase burguesa tiene el poder de manipular los hechos en pos de mantener sus intereses intactos, sin perder el hilo conductor de las características de la novela por entregas, que es lograr entusiasmo e interés en los espectadores a través de las increíbles hazañas de su protagonista.
Diop actúa e imita al personaje que inspiró a todas estas secuelas, es inteligente y muy enérgico, pero viene a diferenciarse de las sagas anteriores, y su diferenciación es el origen del protagonista. Mientras Arsene Lupin podía entrar y salir de los ámbitos de la burguesía, para cometer sus delitos, sin ser visto, Assane es constantemente visible cuando se mueve dentro de la burguesía, como algo extraño que no debería estar ahí, pero que mantiene cierta “elegancia” camuflándose entre ellos, al mismo tiempo que cuando enfrenta el escape final del hurto del collar que había pertenecido a María Antonieta del museo Louvre, se hace pasar por un trabajador de limpieza, donde es totalmente invisible por la alta sociedad francesa, que intenta mirar hacia otro lado por su condición de extranjero y explotado.
Lupin, la serie que espera su segunda temporada, reactualiza la novela popular, originalmente novela por entregas que se encuentra enmarcada en una época imperialista, y que hoy podría ser leída como novela policial. Pero manteniendo un elemento claro, y que es distinguible en la saga, el personaje central, el héroe antisocial que mantiene un objetivo individual, cargado de reformismo personal, tiende a sanar su propios problemas a través de la obtención de venganza o de poder, de acciones autoritarias y paternalistas del protagonista sobre los demás personajes, como si tomara el lugar de salvador, de quien viene a consolar sus propias frustraciones y la de los demás en pleno siglo XXI, realizando sus ingeniosas hazañas dentro de los límites que le permite la democracia burguesa.
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