La fecha de la rendición fue fijada para el 4 y 5 de enero, a pesar de que el presente año escolar ha sido completamente irregular y desigual para les estudiantes a nivel nacional, incluso a pesar de que la histórica lucha por el fin de la PSU que fue parte también de la revuelta de octubre, provocó este cambio de prueba.
Sábado 18 de julio de 2020
El día de ayer, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, y el Comité Técnico de Acceso a la Educación Universitaria acordaron la fecha de rendición de la nueva Prueba de Transición, así como también el período de inscripciones para dicho examen, que estaría comprendido entre el 20 de julio y 21 de agosto. Además, se acordó que el puntaje de las Pruebas de Transición tendrá también una validez de dos años, igual como era con la PSU.
En la misma línea, se definió que aquellos que dieron la PSU en enero podrán usar su puntaje para la admisión 2021, pero que deberán rendir la prueba de historia que se canceló por las manifestaciones que llevaron a cabo estudiantes secundarios en contra de la PSU a lo largo del país, quienes exigían el fin a la segregación en el acceso a la educación superior.
A pesar de ser un año escolar completamente irregular en el que el gobierno no ha sido capaz de garantizar condiciones mínimas para el estudio a distancia y la sobrevivencia de les jóvenes y sus familias, el Mineduc convocará a una mesa de trabajo con el Demre de la U. de Chile y los ministerios de Salud y del Interior para establecer medidas sanitarias para la rendición de la prueba.
Educación online improvisada, cesantía, hambre y enfermedad ¿Tiene sentido una prueba de admisión?
En plena pandemia, con crisis sanitaria y económica golpeando al conjunto del pueblo pobre y trabajador, les estudiantes no tienen las condiciones para estudiar ni aprender. Sin acceso a las herramientas mínimas para las clases virtuales ni seguridad alguna de salud, trabajo y alimentación, realizar una prueba estandarizada para filtrar el acceso a la educación superior es un intento desesperado del gobierno de continuar el ciclo de la educación de mercado lo más intacto posible para no alterar el negocio. Piñera y su gobierno son responsables de que les estudiantes y sus familias estén pasando hambre y precariedad a consecuencia de los despidos y suspensiones, así como también son responsables de la enfermedad y muerte del pueblo pobre y trabajador, y responsables de que el improvisado método de clases a distancia sólo haya servido para acrecentar la brecha educativa.
Hace tiempo que el fin de las pruebas estandarizadas, especialmente la PSU, es parte de las demandas del movimiento estudiantil así como también lo fue de la revuelta de octubre. Y aunque ahora tiene otro nombre y algunas modificaciones, en esencia sigue siendo lo mismo: segregación. Parece ilógico que una prueba estandarizada que se sabe colabora con la desigualdad en el ingreso a la educación, gracias a los resultados arrojados por ella misma, sea aplicada en un contexto de crisis en donde se padece hambre, enfermedad y la pobreza recrudece, y en donde no todes les estudiantes pueden acceder a una educación virtual, ademas de no considerar el vacio de contenidos que deja la modificación curricular. La organización entre estudiantes, docentes, trabajadores de la educación y de otros sectores es crucial para poder dar la batalla por el acceso irrestricto a la educación, y aún más contra la educación de mercado y la constitución heredada de dictadura que la sostiene.
Aukan Galdames
Docente Transactivista - Militante de Pan y Rosas Chile