El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha denunciado que en las elecciones, del pasado 7 de junio, se cometió fraude en diversas delegaciones del Distrito Federal. Por ello han impugnado los resultados de las elecciones en Iztapalapa, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztacalco y Magdalena Contreras.
Viernes 19 de junio de 2015
Imagen: Milenio
De acuerdo a las declaraciones de Martí Batres, presidente nacional de Morena, la demanda ante el Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF) es la anulación de las elecciones en Iztapalapa, Coyoacán y Venustiano Carranza y, el conteo voto por voto en las otras delegaciones. Además se pidió la renuncia de Mario Velázquez, consejero presidente del IEDF, por caracterizar que ha actuado del “lado de un partido”.
Las irregularidades que se denuncian son: la extracción de votos de las urnas, la recepción de votos por personas que no eran funcionarios de casilla, errores en el cómputo de votos y que el PRD excedió el tope de gasto de campaña.
Frente al fraude las acciones que Morena ha convocado se restringen a la instalación de una “Expo Fraude” colocada fuera de las oficinas del IEDF, que fue encabezada por la candidata de la delegación de Iztapalapa y el llamado a dos caminatas alrededor de la Plaza de la Constitución con duración de 12 y 24 horas.
La denuncia de fraude en las elecciones ha sido recurrente en los últimos procesos, abriendo profundos cuestionamientos que amplios sectores populares han hecho ante la supuesta “democracia” que se vive en México. Con el antecedente de 1988, las elecciones presidenciales del 2006 y 2012 desnudaron el carácter cada vez más reaccionario del régimen político que pretende pisotear el derecho de las masas a votar -a pesar de presentar ese derecho como algo elemental del régimen político-, lo cual generó masivas manifestaciones populares.
El fraude electoral denunciado en el DF, se inserta en unas elecciones de por sí muy cuestionadas, impuestas a través de la militarización y la represión para acallar el descontento. La antidemocracia mostrada a través de las violaciones al voto se ha combinado con el recorte de libertades democráticas, aumento de la represión y el avance de las reformas estructurales.
El PRD, protagonista de la denuncia de los anteriores fraudes electorales, es hoy vinculado como el operador responsable del mismo en el DF. Desde septiembre del año pasado su legitimidad como partido de “izquierda” se vio derrumbada en amplias franjas de la población, por estar directamente involucrado en la masacre de Iguala y la desaparición de los normalistas, además de su alineación con la política represiva de Peña Nieto y sus planes antiobreros. Y ahora es acusado de llevar a cabo los mismos métodos que el PRI y el PAN en la contienda electoral.
Morena: una política impotente
La política que lanza ahora Morena, para defender el derecho al voto, es la misma que, encabezada por su líder nacional, sostuvo el PRD y llevó a la derrota las luchas contra el fraude en 2006 y 2012. Su estrategia de resistencia civil y pacífica se limita a presionar a las instituciones electorales, y es opuesta a llamar a una gran movilización en las calles. En los fraudes anteriores, AMLO contuvo el descontento social que manifestaban cientos de miles en las calles, y su confluencia con otros sectores, con tal de no desestabilizar el régimen de dominio capitalista.
En el año 2006 esa política quedó clara cuando evitaron la confluencia con el magisterio oaxaqueño, que protagonizó el movimiento de la APPO, negándose a retomar sus demandas y levantar una lucha unificada y nacional. A pesar de que en los años previos se mostró que la “legalidad” y la “democracia” no significan nada para la clase dominante, la dirección de Morena llama nuevamente a confiar en ella.
Los socialistas defendemos el legítimo derecho del pueblo pobre y trabajador a que su voto sea respetado. Dicho derecho es considerado por millones como el resultado de la lucha contra el PRI.
A la vez, creemos que nuestras demandas -incluyendo ese derecho democrático- no serán resueltas por la clase dominante. Para lograrlas, es necesario luchar de manera independiente y en las calles. Convocamos a los miles que votaron a MORENA y quieren evitar el fraude, a que le exijan a sus dirigentes una gran movilización contra las instituciones responsables de ello. Esto debe ser parte de un verdadero plan de acción, que desconfíe de la acción de los institutos electorales.
La LTS-CC, organización que dio origen al MTS, se hizo parte de la lucha contra el fraude en el 2006 y 2012. Allí llamamos a la más amplia movilización obrera, campesina y popular contra el régimen político. Y ante el fraude, levantamos la propuesta de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, impuesta por la movilización, donde se discutieran el conjunto de las demandas de la población oprimida y explotada.