Luis Caputo, quien asumirá como secretario de Finanzas del próximo gobierno, se reunió con Dan Pollack, el mediador designado por Thomas Griesa. Se reactualiza la pelea por el no pago de la deuda.
Pablo Anino @PabloAnino
Miércoles 9 de diciembre de 2015
De acuerdo a un cable de la agencia DyN, el futuro secretario de Finanzas, Luis Caputo, se reunió con el mediador judicial designado por el juez Thomas Griesa, Dan Pollack.
Esto fue informado durante el día martes por fuentes vinculadas al próximo ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
Caputo viajó durante el fin de semana y se reunió el lunes con Pollack, iniciando de esta forma contactos a los efectos de llegar a una solución en el conflicto con los holdouts.
La administración de Mauricio Macri manifestó que una de sus prioridades en materia económica es resolver el litigio con los acreedores para de esta forma lograr acceso al mercado de capitales.
El monto a negociar se aproxima a los 10 mil millones de dólares, que incluye el fallo original de 1.330 millones de dólares, más unos 6 mil millones de "me too" ("yo también"), a lo que se le debe sumar los intereses.
Pollack fue acusado en varias oportunidades por el gobierno saliente de Cristina Fernández de Kirchner de actuar con parcialidad y de trabajar a favor de los holdouts, lo que motivó que se pidiera su remoción.
Los acreedores manifestaron en varias ocasiones que estarían dispuestos a recibir un pago en cuotas y en bonos, pero a cambio de que la Argentina acepte el total de la deuda.
Griesa mantiene bloqueado los pagos de la deuda reestructurada de la Argentina por incumplimiento de sus sentencias, lo que le impide al país poder colocar deuda en el exterior.
Una de las posibilidades que se barajaba era que el gobierno entrante de Mauricio Macri solicitara a Griesa un "stay" (equivalente a una medida cautelar) que permita el pago de los vencimientos ya ocurridos a cambio de una manifiesta voluntad de lograr un acuerdo.
Trabas legales
En los canjes de 2005 y 2010, a pesar del “relato” del oficialismo saliente que habla de negociación soberana, los especuladores obtuvieron enormes ganancias que llegaron hasta el 300%, según reconoció en varios discursos la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Es que, a pesar de la quita aplicada en ambos canjes, los tenedores de bonos los habían adquirido originalmente a precios totalmente devaluados. Además, obtuvieron beneficios adicionales como el denominado cupón PBI que distribuía mayores pagos en función del crecimiento de la economía, que por varios años promedió el 8%. Un gran negocio.
En contraposición a los especuladores que obtuvieron hasta 300% de ganancias con los canjes de 2005 y 2010, los buitres que litigan en Nueva York de la mano de Paul Singer aspiran a ganancias de hasta 1600%.
Las distintas normativas (como la Ley de Pago Soberano) impulsadas en el Congreso por los gobiernos kirchneristas para intentar terminar con la reestructuración de la deuda defolteada en 2001, podrían trabar un acuerdo en Nueva York con los fondos buitres si el mismo comprende una oferta en mejores términos que los ofrecidos a quienes aceptaron los canjes previos.
Incluso, si la negociación debiera pasar por el Congreso, el nuevo gobierno de Mauricio Macri enfrentará la dificultad de no tener mayoría en ninguna de las dos cámaras. Una tarea no sencilla de superar.
Aun así, no se puede descartar que la imaginación de los especuladores logre sortear las trabas legales a través de ciertos artilugios.
En capítulos anteriores del conflicto con los buitres enviados de bancos que actúan en el país viajaron a Nueva York bajó el comando del Macro que dirige Jorge Brito.
Con la intermediación de la J.P. Morgan buscaron una salida que disimule una mejor oferta que en los canjes de 2005 y 2010.
No hay que olvidar que el ministro de Hacienda y Finanzas entrante, Alfonso Prat Gay, conformó parte del elenco de la “gloriosa JP” Morgan. Así las cosas, todos harían negocios.
No al pago de la deuda
Todos no. La deuda externa es una gran carga, presente y futura, para los trabajadores. En la actualidad, los intereses de la deuda pública absorben una gran parte del presupuesto superando partidas como la de educación y salud. Esos pagos de intereses tienen un peso significativo en el déficit público.
El gobierno de Mauricio Macri busca cerrar el conflicto con los fondos buitres para reiniciar un nuevo ciclo de endeudamiento. El objetivo es que ingresen dólares para poder gestionar la ya anunciada devaluación del peso y en el futuro poder levantar el “cepo” cambiario.
Pero lejos está de la realidad que luego de un acuerdo lloverán inversiones sobre el país. Los “mercados”, es decir el capital financiero imperialista, no reclaman sólo que se cierre el capítulo con los buitres, sino también un ataque a las condiciones de vida del pueblo trabajador con la devaluación del salario y la suba de tarifas de servicios públicos, como así también libertad para sacar sus ganancias del país.
La experiencia histórica muestra que la deuda externa no se utilizó para desarrollar el país, como promete el gobierno entrante. Se utilizó para pagar deuda previa, aumentar la injerencia de las potencias imperialistas y garantizar los negocios del gran capital, como ocurrió con las privatizaciones de empresas públicas compradas en gran medida con papeles de deuda con valores de mercado totalmente depreciados.
Una de las tareas del momento para los trabajadores, junto con defender el empleo y el salario, será rechazar el pago de toda deuda con los especuladores.
Pablo Anino
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.