El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, anunció el fin del “cepo”. Llegó la tan anunciada devaluación contra el bolsillo obrero. Los ganadores son los empresarios que celebran la enorme transferencia de ingresos decretada por el macrismo. Hay que tirar abajo el “pacto social” que pretende el gobierno.

Pablo Anino @PabloAnino
Jueves 17 de diciembre de 2015 08:30
Alfonso Prat Gay anunció el fin del “cepo” y un régimen de tipo de cambio único: se termina el dólar tarjeta, el ahorro y el turista. Se ofrecerán dólares libremente con un tope de 2 millones mensuales para atesoramiento. Los paquetes turísticos en efectivo abonarán un adicional de 5% para favorecer las operaciones bancarizadas.
La devaluación podría alcanzar de mínima el 50% en cuestión de días. El salario obrero sufrirá un deterioro notable. Pero las clases medias que votaron al macrismo podrían ser las más desencantadas. El dólar que conseguían a cuenta gotas quienes tienen su situación en “blanco” a 11 o 12 pesos, para ahorrar o hacer turismo, pasará a cotizar como en las “cuevas” a 15 pesos. Es el precio que quiere ponerle el macrismo a la libertad cambiaria.
También se elimina el encaje de 30% a los capitales que ingresan al país. Sin encaje ni “cepo” se restablecen las condiciones para la fuga.
Además se subieron las tasas de interés. Los capitales que ingresen no vendrán a realizar inversiones productivas ni a desarrollar infraestructura. Aprovecharán la “bicicleta financiera” de fondearse a tasas bajas en los países del centro imperialista para “invertir” a tasas usurarias en Argentina.
¿Quién banca la devaluación?
Prat Gay anunció acuerdos con cerealeras, bancos y el Gobierno de China que garantizarían una oferta de dólares de entre 15 mil y 25 mil millones en las próximas cuatro semanas.
Las multinacionales exportadoras de granos se comprometieron a liquidar 400 millones de dólares por día durante tres semanas, aportando un total de unos 6 mil millones.
Los principales aportes serían de JP Morgan, Deutsche Bank, Citibank, HSBC y Goldman Sachs. Van a prestar a 7% dó- lares, que aun con la suba que practicó la FED, consiguen a tasas cercanas a 1% en EEUU.
Prat Gay, un ex JP Morgan, realizó el anunció del levantamiento del “cepo” junto al secretario de Finanzas, Luis Caputo, un ex Deutsche Bank. Hay banqueros en los dos lados del mostrador.
El salto en la deuda externa será muy importante, pero sólo permitirá abordar el plan inmediato. El resultado en el mediano plazo es incierto. El plan “estratégico” del macrismo es arreglar con los fondos buitre y endeudarse en gran escala en los “mercados”.
El capital imperialista no hace beneficencia: aprovecha mano de obra barata, desgravaciones impositivas y todo tipo de libertad para saquear recursos. No sólo pide devaluación, exige bajar el déficit público, empezando por los presupuestos de educación, salud y empleo público. El ajuste atraviesa sus primeras etapas.
La alegría de los empresarios
La eliminación de las retenciones para la mayoría de los productos junto con la devaluación duplicará los ingresos del agropower. El incremento de ingresos de la soja será significativo, pero de una menor escala.
Los industriales exportadores más concentrados no se quedan atrás. La devaluación y quita de retenciones mejora sus ingresos y competitividad. Además, se eliminará la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI). Macri en la Conferencia de la UIA realizó un discurso productivista y contra el ausentismo de los trabajadores. No le importa que haya trabajadores “rotos” por los ritmos y condiciones de trabajo.
Juan José Aranguren, ex presidente de Shell y actual ministro de Energía y Minería, está buscando el momento para anunciar el tarifazo para beneficiar a Edenor y Edesur, las responsables del “colapso” eléctrico.
El Banco Central, conducido ahora por Federico Sturzenegger, podía entrar en default sin una salida ordenada del “dólar futuro” que vendió el ex presidente Alejandro Vanoli. “Se están regalando dólares baratos a bancos y grandes inversores” denunció Prat Gay hace algo de un mes. Ahora convalidó un acuerdo que, a pesar de cierta quita, reportará a los especuladores cifras millonarias de ganancias. Una estafa.
Turbulencias y pacto social
La devaluación empujará a la economía a una zona de turbulencias. Los primeros episodios serán recesivos. Las patronales tratarán de defender la ventaja que sacaron estos días. Para ellos la clave de una devaluación es que sea mayor a la inflación y ésta mayor a los incrementos salariales. Es decir, sólo será exitosa si se come el poder de compra del salario.
A pesar del disparate “teórico” de Prat Gay durante la campaña, cuando señaló que la devaluación no causaría inflación, lo cierto es que desata suba de precios de los productos importados. No sólo eso. Los exportadores agrarios que están viendo duplicar sus ingresos querrán obtener similares beneficios en el mercado interno. La remarcación no se detendrá.
Esta dinámica es bien conocida por los capitalistas, aún por los que no exportan ni importan. En el río revuelto están aprovechando para sacar la mayor tajada posible. Su ambición puede ser mucho más fuerte que el deseo del gobierno de retrotraer los precios al 30 de noviembre. Daniel Funes, titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), aseguró que no hay negociación con el macrismo para volver los precios hacia atrás.
En noviembre la inflación saltó al 3% cuando venía ubicándose por debajo de 2% mensual. Solamente en la primera semana de diciembre fue de 1,2%. Los bienes de la canasta alimentaria subieron mucho más. Según El Cronista, un informe de Barclays señala que la inflación interanual llegaría a 41% para marzo y podría irse a 47% en junio.
De ser así, el macrismo estaría engendrando la “tormenta perfecta” de una devaluación que se desarrolle más allá de las expectativas del equipo económico. Para evitarla, está convocando a un “pacto social”.
Los sectores más precarizados, los no registrados (en “negro”) y desocupados serán los que más sentirán el impacto. El plan de guerra de Macri contra el salario tendrá que sobrepasar la resistencia obrera. Hay que pelear por tirar abajo el “pacto social” que no es más que un engaño para que pase el ajuste

Pablo Anino
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.