Luego del encuentro con el presidente francés, Emmanuel Macron, quien puso un freno al acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, finaliza mañana la gira de Macri con pocas promesas de inversiones.
Sábado 27 de enero de 2018 00:00
El comienzo del fin de la gira presidencial que incluyó previamente a Rusia y el Foro Económico de Davos, donde Mauricio Macri estuvo en busca de inversiones, tiene lugar en Paris desde ayer, finalizando este sábado.
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La actividad del presidente en Paris comenzó el jueves con un desayuno junto a directivos de compañías miembros del Movimiento de Empresas de Francia, y continuó con un almuerzo empresarial en las oficinas del Grupo Rothschild del cual participaron el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet; el canciller Jorge Faurie; los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Agroindustria, Luis Etchevehere.
Pero lo más esperado para la comitiva argentina era el encuentro con Emmanuel Macron, presidente francés, quien comparte con Macri un perfil asimilable ya que ambos provienen del mundo empresarial y en sus gobiernos han puesto énfasis en las reformas económicas.
Mientras en Argentina el 2017 finalizaba con la escandalosa votación del robo a los jubilados a través de la reforma de la movilidad jubilatoria, Macron en Francia ha profundizado las reformas laborales, siempre en beneficio de los empresarios, claro.
El eje del encuentro era conseguir el visto bueno de Macron para llevar adelante un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, que según trascendidos contaría con el aval de España y Alemania.
En palabras del presidente argentino el acuerdo para la Argentina significará "reducir la pobreza hasta terminar con la pobreza".
Es preciso aclarar que contrariamente a lo que sostiene Macri, el objetivo de los acuerdos comerciales no es reducir la pobreza, sino que se realizan para favorecer los intereses de las empresas y se pactan a través de los Estados, que garantizan la ganancia empresaria. Un claro ejemplo son los Tratados de Libre Comercio, muchos de ellos se impulsaron durante la administración de Obama. Fueron y son ampliamente repudiados, ya que siempre las beneficiarias eran las empresas norteamericanas que recibían exenciones fiscales, incluso podían no respetar leyes laborales ni ambientales en los países que accedieran al pacto comercial.
Sin embargo, desde la asunción de Donald Trump quien ha sostenido una postura menos globalista, incluso llegando poner en duda la continuidad del TLCAN, se frenaron los acuerdos comerciales. En este marco las intenciones del macrismo de impulsar tratados comerciales quedan a contramano del contexto mundial. Y lejos de intentar reducir los altos niveles de pobreza, de firmarse sólo beneficiaría a los sectores más concentrados del agropower argentino.
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En conferencia de prensa, el presidente argentino señaló que "el trabajo del futuro son los nuevos pequeños emprendimientos en la innovación. Apoyar a los jóvenes nos va a llevar a grandes resultados para argentinos y franceses".
Y continuó: "Los esperamos con alegría en el G20. El mundo nos desafía, nos pide liderazgo, que pongamos toda esta innovación tecnológica al servicio de la gente, tenemos que trabajar en conjunto para desafiar a los miedos. Trabajando juntos se van a multiplicar las oportunidades, revitalizando la cultura del trabajo y el trabajo en equipo."
Pero como ya hemos visto, la propuesta del gobierno para avanzar sobre el mercado laboral va de la mano de implementar una contrarreforma como la presentada en diciembre. Lejos de todo discurso motivacional, no será fácil aplicar estos ataques sobre las condiciones laborales de los trabajadores. Es preciso denunciar los planes del macrismo que gobierna para los empresarios, y enfrentar la contrarreforma laboral.
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