En el 209° aniversario de la creación del Ejército Argentino, el presidente se despachó con un nuevo discurso de derecha. El fiscal federal involucrado en espionaje ilegal estuvo entre sus invitados.
Miércoles 29 de mayo de 2019 17:36
Mauricio Macri junto a Carlos Stornelli (imagen con mala calidad original)
El presidente Mauricio Macri señaló este miércoles que hay que “dejar atrás el pasado y mirar el futuro” porque es necesario “un Ejército con innovación”. Lo dijo al conmemorar el 209° aniversario de la creación del Ejército Argentino durante un acot en el Colegio Militar ubicado en la localidad bonaerense de El Palomar.
Macri agregó que el país requiere “Fuerzas Armadas modernas y profesionales” y que para eso es preciso “desandar décadas de abandono presupuestario y también simbólico”.
Lo de “abandono simbólico” fue en clara referencia al enorme desprestigio o odio social que existe sobre esas fuerzas después del genocidio perpetrado entre finales de la década del 70 y principios de la del 80, con un saldo de 30 mil personas desaparecidas, otra tanta cantidad de asesinados, 500 personas apropiadas al nacer en cautiverio y un saqueo fenomenal de las riquezas nacionales en manos de un puñado de capitalistas (entre ellos, la propia familia del presidente).
En la misma línea, y sin mencionar a ninguna de las dictaduras militares del Siglo XX ni mucho menos a los atroces crímenes que las Fuerzas Armadas perpetraron contra la población argentina, el Presidente destacó que es necesario “reconocer y felicitar a cada uno por mantener ese espíritu de entrega, coraje y patriotismo que caracterizó a nuestro Ejército desde que nacimos como Nación”.
Entre los presentes en el “cumpleaños” estuvieron el ministro de Defensa Oscar “El Milico” Aguad, el secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo y demás funcionarios.
También estuvieron el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari del Valle Sosa, y el jefe del Estado Mayor General del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini, junto a representantes de la Armada y la Fuerza Aérea. Muchos de los invitados que no calzaban uniforme eran nada menos que militares retirados, cuyas edades delatan su participación durante al dictadura cívico-militar-eclesiástica.
Otra presencia obligada fue la del obispo castrense (y amigo personal de Jorge Bergoglio) Santiago Olivera.
Pero la nota la dio un invitado muy especial. Se trata del fiscal federal Carlos Stornelli, uno de los imputados en la causa por espionaje ilegal y extorsiones que investiga el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla. Y no estaba para nada oculto entre los dinosaurios del fondo, sino relajado y hasta sonriente en segunda fila y a pocos metros de Macri y Aguad.
#ALERTA El fiscal Calros Stornelli se mostró junto a Macri en el acto por el Día del Ejército pic.twitter.com/ijIKGOhrEz
— C5N (@C5N) May 29, 2019
Según el filocastrense diario La Nación, desde la Casa Rosada intentaron “tomar distancia” respecto a la presencia de Stornelli en el acto. “Fuentes oficiales” le habrían dicho al medio mitrista que la invitación al fiscal federal (declarado “en rebeldía” por Ramos Padilla) “corrió por cuenta del Ejército”.
Las mismas fuentes habrían dicho a La Nación que al fiscal “lo invitan todos los años” ya que “el padre de Stornelli era teniente coronel retirado”. No aclaren que oscurece.
Macri agregó en su discurso que la Argentina que él quiere, “cada vez más segura, integrada, y comprometida con los problemas del mundo, necesita contar con Fuerzas Armadas modernas y profesionales, preparadas para afrontar los problemas del siglo XXI”.
El mandatario insistió con un cliché que desde hace décadas instaló el Departamento de Defensa de Estados Unidos (junto a sus aliados europeos e israelíes) acerca de las “nuevas amenazas”.
Así, con el argumento de combatir al “narcotráfico”, la “trata”, el “terrorismo” y el “crimen organizado”, se arma con tecnologías hiperdesarrolladas y con presupuestos exorbitantes a fuerzas militares que, sin embargo, no bajan un ápice los índices de criminalidad en esas áreas.
Por el contrario, esas mismas fuerzas suelen estar involucradas en muchos de los casos descubiertos alrededor de esos delitos.