El martes 30 de julio, en pleno verano, Emmanuel Macron reconoció, en nombre del Estado francés, la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en una carta al rey Mohammed VI. Este regalo del imperialismo francés a uno de sus aliados esenciales es un ataque histórico contra la autodeterminación del pueblo saharaui.
Jueves 22 de agosto 15:17
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Traducción de la nota original en francés de Révolution Permanente, diario en Francia de la Red Internacional La Izquierda Diario.
En una carta al rey Mohammed VI publicada el martes 30 de julio, a mediados de verano, el presidente Macron anunció un cambio histórico en la posición de París sobre la cuestión del Sáhara Occidental. Si bien Marruecos ha ocupado casi el 80% del territorio saharaui desde 1975 con la complicidad de las potencias imperialistas y la ONU, Francia podría unirse a Estados Unidos y el Estado español, los otros dos únicos países occidentales que apoyan la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental.
Francia y Marruecos, de la mano para enterrar la autodeterminación del pueblo saharaui
En su carta, el presidente francés afirma al rey de Marruecos: “considero que el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí” . Una decisión que es en realidad la culminación de un proceso de mercantilización de la colonización del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, a cambio de acuerdos diplomáticos, económicos y militares con los países imperialistas que buscan consolidar sus vínculos con la monarquía.
Ya el pasado mes de febrero, el jefe de la diplomacia francesa, Stéphane Séjourné, viajó a Rabat para afirmar su apoyo al proyecto de autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí. En particular, trató de reactivar las relaciones diplomáticas debilitadas por el endurecimiento de las condiciones para la obtención de visados en Francia para los nacionales de Marruecos, Argelia y Túnez y por la negativa de Rabat a recibir ayuda de Francia durante el terremoto que sacudió el Alto Atlas a finales de 2023.
Esta posición se explica por el hecho de que Marruecos se ha convertido en un aliado clave de las potencias imperialistas en la región, tanto al frente de la normalización de las relaciones diplomáticas de los países árabes con Israel, como presentándose como un aliado esencial en términos de control de los flujos migratorios y el transporte de combustibles fósiles desde la región hacia el norte. Macron se suma a Donald Trump y Pedro Sánchez, que uno tras otro lograron llegar a un acuerdo con la monarquía marroquí. Para Trump se trataba de apoyar la colonización del Sáhara Occidental a cambio de acuerdos de normalización diplomática entre Marruecos e Israel. El Estado español, por su parte, optó por un acuerdo para reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a cambio de la externalización y control de los flujos migratorios por parte de la monarquía marroquí.
Por su parte, el imperialismo francés ve a Marruecos como una palanca importante en asuntos diplomáticos, industriales y políticos. Antes de Emmanuel Macron, François Hollande había mostrado en varias ocasiones su interés por las inversiones de empresas francesas en Marruecos y el Sáhara Occidental, con la complicidad del régimen marroquí. Macron va aún más lejos, y esto en un contexto en el que el imperialismo francés ha experimentado importantes errores en toda la región del Sahel. De hecho, el imperialismo francés desea posicionarse como un actor clave en el control de los corredores económicos que cruzan el Mediterráneo hacia África Occidental.
Con esta carta oficial, Macron entierra así el statu quo plasmado en el acuerdo firmado entre el Frente Polisario (Sáhara Occidental) y la monarquía marroquí en 1991, bajo los auspicios de la ONU, que debía permitir la celebración de un referéndum de autodeterminación. Stéphane Sejourné confirmó la posición, afirmando que “el presente y el futuro del Sahara se inscriben en el marco de la soberanía marroquí, el presidente de la República Emmanuel Macron ha definido el rumbo”. Una forma de expresar el apoyo del Estado francés al plan marroquí de soberanía sobre el Sáhara Occidental, que consistirá, en particular, en el establecimiento de una llamada “autonomía” para los saharauis.
En efecto, Marruecos desea proponer la creación de órganos legislativos, ejecutivos y judiciales específicos para la futura provincia del Sáhara Occidental, prometiendo al mismo tiempo que los ingresos obtenidos por la exportación de materias primas presentes en la región permitirían financiar estas instituciones. Una propuesta que mal enmascara el hecho de que Marruecos podría tener competencias exclusivas en materia de soberanía, competencias constitucionales, seguridad nacional y defensa de la integridad del territorio nacional, al tiempo que define el órgano electoral que sería convocado para el referéndum de autodeterminación solicitado por Naciones Unidas, y que está en el centro de las tensiones entre el Frente Polisario y la monarquía.
Marruecos se jacta, Argelia llama a su embajador
Por parte de Marruecos, un posible acuerdo hacia la soberanía marroquí definitiva sobre el Sáhara Occidental constituiría una victoria diplomática histórica para la monarquía, que ha hecho del control de la región el tema central de sus relaciones internacionales durante varias décadas y que busca obtener medidas populares, al tiempo que la normalización de las relaciones con Israel se hace difícil para una parte importante de la población. El control de las materias primas del Sáhara Occidental y de las rutas comerciales en la región son elementos esenciales de la afirmación de Marruecos, que quiere consolidarse como una potencia regional líder y un interlocutor esencial de los intereses de las potencias imperialistas. Este martes por la tarde, varios representantes centrales de la "Macronia" se reunieron en la embajada de Marruecos para celebrar los veinticinco años del reinado de Mohammed VI.
Como explica Camélia Echchihab en Mediapart: «en abril, el ministro dimisionario de Comercio Exterior, Franck Riester, habló de oportunidades económicas durante una visita a Marruecos. Abrió la puerta a las inversiones de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en el Sáhara Occidental. Según el periódico Le Monde, Emmanuel Bonne, asesor diplomático de Emmanuel Macron, ya se ha encargado de recibir a los presidentes de varios grandes grupos franceses establecidos en Marruecos para informarles de la nueva posición francesa». Como vemos, el imperialismo francés está aplicando una política cada vez más abiertamente reaccionaria a medida que su influencia y poder disminuyen en África y a nivel internacional. Así, el Gobierno de Macron "olvidó" rápidamente el escándalo Pegasus (software espía israelí utilizado por Marruecos para espiar al propio Macron) para no poner en peligro sus intereses y sus relaciones con este "país pivote" de la región.
Por su parte, Argelia retiró a su embajador de París. Como aliado histórico del Frente Polisario, Argelia tiene sus propias razones para apoyar a los separatistas saharauis. Como recordó Philippe Alcoy en este diario: «existe obviamente una tradición política de apoyo del FLN a los movimientos de liberación nacional. Es también en este marco que Argelia apoya tradicional y oficialmente al pueblo palestino. Estas cuestiones no son puramente simbólicas, sino que tienen implicaciones políticas, dado que la población argelina está muy apegada a estas causas. Pero hay otras razones para el interés de Argelia en el Sáhara Occidental, incluidos intereses económicos, la explotación de riquezas minerales y probablemente la provisión de una salida directa al Océano Atlántico para las exportaciones argelinas».
Argelia, que ha ganado un lugar esencial en materia energética para Europa gracias a la guerra en Ucrania, podría intentar apoyarse en esta cuestión para defender sus intereses en el Sáhara Occidental. Sin embargo, el régimen argelino no es en modo alguno una fuerza progresista en este conflicto donde pretende sobre todo defender sus intereses diplomáticos y comerciales, en un contexto de tensiones profundamente reaccionarias entre Marruecos y Argelia. La decisión del imperialismo francés podría significar una mayor escalada de tensiones entre ambos países, cuyas relaciones se han deteriorado profundamente en los últimos años.
Una brújula: apoyo a la autodeterminación de los pueblos
En el momento de su publicación, la carta de Macron generó debates en la izquierda, especialmente dentro del La France Insoumise (la Francia Insumisa). En Twitter/X, la diputada del LFI, Farida Amrani, reaccionó en particular saludando «la decisión del Presidente de la República que refuerza la soberanía de Marruecos». Un mensaje chauvinista y procolonialista lamentando de paso que la decisión «llegue tan tarde y después de años de deterioro de las relaciones entre los dos países». Si el tuit fue eliminado ante las protestas, revela las ambigüedades del LFI sobre el tema. Durante su viaje a Rabat en octubre de 2023, Jean-Luc Mélenchon mostró su apoyo al plan de autonomía propuesto por Rabat, ahora defendido por Séjourné, considerando las posiciones de Marruecos como "interesantes", poniéndose de hecho del lado del imperialismo francés y del Monarquía marroquí contra la autodeterminación del pueblo saharaui.
Tal chovinismo, inseparable de la defensa que hace el LFI de los intereses del imperialismo francés, no tiene nada que ver con los intereses de los trabajadores y las clases populares en Francia, Marruecos o el Sáhara Occidental. Por el contrario, alimenta prejuicios y tendencias reaccionarias, inculcadas por los capitalistas, dentro del proletariado. Contra la política profundamente reaccionaria del imperialismo francés y del régimen monárquico marroquí, y sin la menor ilusión en el régimen argelino, es fundamental defender el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos, y en particular del saharaui o del palestino, despreciados por los imperialistas y sus relevos locales en la región.
Como escribimos en 2020 durante las discusiones entre la monarquía y Donald Trump, «el pueblo marroquí ha expresado repetidamente su apoyo a la causa palestina, a diferencia de su gobierno reaccionario que legitima la colonización sionista. No tiene ningún interés en seguir la política nacionalista de este mismo gobierno en el Sáhara Occidental. En cuanto a los trabajadores de Francia, y dados los vínculos con el proletariado del Magreb, es nuestro deber oponernos a todos los planes imperialistas en la región y expresar nuestro mayor apoyo a la lucha por la autodeterminación palestina y saharaui».