No es ninguna novedad que el chavismo viene evadiendo las elecciones a sabiendas que las perdería, pero en recientes afirmaciones Maduro apunta a dejar en el limbo cualquier convocatoria electoral.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Miércoles 22 de febrero de 2017 00:00
Durante una plenaria de lo que el chavismo llama Comando Central Bolivariano del PSUV, Maduro sentenció claramente que "Cuando haya elecciones que el CNE las convoque, no sé cuándo, en qué año; cuando volvamos a llegar al campo electoral debemos tener asegurada la victoria con la fuerza política, con la fuerza popular, con la organización milimétrica de la nueva etapa".
La afirmación de Maduro “no sé cuando, en qué año” se realizarán las elecciones no es un exabrupto, pues se sabe que desde finales del año pasado tendrían que haberse realizado las elecciones a gobernadores, cuyos mandatos están vencidos, y hasta el momento nadie habla de una posible fecha. Es más, el Consejo Nacional Electoral (CNE) había afirmado en noviembre del año pasado que las elecciones a gobernadores se realizarían en el primer semestre y la de los alcaldes durante el segundo semestre de este año.
Pero de “repente” el propio CNE, como quien saca un haz bajo la manga, salió con que los partidos políticos tendrían que renovarse este año, un proceso que inicialmente se realizaría entre el 18 de febrero y el 23 de abril, para luego postergar este mismo proceso para dar inicio el 4 de marzo. Se trata de un completo sistema antidemocrático en el que a excepción del PSUV y la MUD (en cuanto alianza política) que no necesitan renovarse, impone condiciones imposibles de cumplir para las organizaciones que no cuentan con gran financiamiento y maquinaria política.
El objetivo de esta medida, antidemocrática de por sí, apunta claramente a la postergación nuevamente de las elecciones regionales hacia una fecha indefinida, dejando su realización en el aire así como la de los alcaldes. Con la declaración de Maduro de “no sé cuando, en qué año” se constata lo que a luces vistas ya se sabe, la no realización de las elecciones este año es toda una orientación política del chavismo.
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Durante la plenaria de la dirección del PSUV, Maduro también sostuvo que la estrategia del chavismo que lo ha llevado a ganar elecciones "se agotó" llamando a diseñar una nueva "maquinaria popular" para triunfar en comicios. "La organización que hemos tenido es muy buena para batallar electoralmente, pero se agotó, yo creo que se agotó (...) tenemos que construir un nuevo aparato, una nueva maquinaria popular para ganar elecciones", dijo Maduro durante el evento con realizado en el palacio presidencial de Miraflores.
Maduro alude a que la "estrategia electoral" que venía aplicando el chavismo era muy buena pero aplicable a "tiempos normales" y que últimamente ha sufrido "los embates y el desgaste del cambio de condiciones producto de la guerra global de carácter no convencional". Pero en realidad, de existir una “guerra global” esta no es otra la que viene sufriendo el pueblo trabajador en medio de la agobiante crisis y las medidas de ajuste que viene aplicando el gobierno de la mano de empresarios, y de complacencia de la propia MUD que solo hace alharaca cuando algo le afecta a sus intereses patronales.
Pero la "estrategia electoral" de la que habla el chavismo no es otra cosa que la no realización de elecciones hasta estar seguro de ganar. Por eso es que el chavismo, en medio de su debacle y decadencia, asolado por una profunda crisis económica de carácter casi catastrófica, en medio de una profunda escasez de alimentos de primera necesidad, una hiperinflación y bajísimos salarios que golpean fuertemente el nivel de vida de los trabajadores y el pueblo, ha venido huyéndole a cualquier proceso electoral luego de su fuerte derrota en las legislativas del 2015, razón por la cual también impidió que el revocatorio impulsado por la MUD se pudiera realizar.
Recordemos que Venezuela vive bajo un Estado de excepción permanente. Es que en medio de la pugna con la oposición de derecha, y su cada vez más aislamiento del apoyo popular, el gobierno de Maduro se orientó a usar la figura del “Estado de excepción”, renovando constantemente el mismo, lo que implica, como hemos dicho, un condicionamiento de las libertades públicas y ampliación de las atribuciones de las fuerzas represivas, reforzando el control social ante el malestar popular que puede llevar a explosiones sociales, así como contra los paros y luchas de los trabajadores, justificando una mayor militarización de las zonas populares, la criminalización de la protesta obrera y popular y, si lo considera necesario, la represión.
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No cabe ninguna duda que el gobierno de Maduro, bajo el amparo del Estado de excepción y con el argumento que sufre de una supuesta “guerra de carácter no convencional” arguya en cualquier momento que no existen condiciones para la realización de elecciones postergándolas por tiempo indefinido.
Es que asistimos a un giro completamente más bonapartista, es decir autoritario, del gobierno del gobierno de Maduro, completamente opuesto a los intereses de los trabajadores y el pueblo, y así lo denunciamos desde que se diera inicio al Estado de excepción, llamando también a enfrentar a la derecha opositora aglutinada en la MUD con sus políticas demagógicas. Pues lo que los trabajadores necesitan para derrotar todo avance reaccionario, venga de donde venga, y defender sus intereses, son las más amplias libertades democráticas, de organización y movilización, algo que el gobierno viene retaceando.
Como vemos, además del llamado proceso de renovación de partidos políticos que borra de un plumazo a una gran cantidad de partidos pequeños e impedir que otros puedan inscribirse, el chavismo busca todas las maneras posibles poner en el limbo cualquier proceso electoral.