En medio de protestas y saqueos Maduro recula con la medida sobre el billete de 100 bolívares, pero se trata apenas de días, siendo que en su conjunto la medida ha implicado un duro golpe a la clase trabajadora.
Martes 20 de diciembre de 2016
Los acontecimientos políticos, económicos y sociales en los últimos días expresaron en toda su magnitud la profundidad de la crisis reinante en el país. La medida de sacar de circulación abruptamente el billete de 100 bolívares, con el argumento de combatir a supuestas mafias que fugaban dicho billete fuera del país, causó un caos económico que no se había visto en décadas. Pero no se trató tan solo de un caos, sino de una de medida antipopular que indudablemente iba a provocar la rabia popular y el desespero por lo bienes básicos expresada en saqueos en distintos lugares del país.
Por eso la medida se le transformó al gobierno en un verdadero boomerang, pues no sólo causó un gran trastorno en la vida cotidiana de las personas en sus transacciones en efectivo, sino que, al verse un grueso de la población imposibilitada de depositar el dinero en los bancos, siendo que los plazos vencían por lo corto del tiempo, y la imposibilidad de usar el billete de 100 bolívares, generó una ira que se expresó en una ola de saqueos en una gran cantidad de ciudades del interior del país. En estados como Zulia, Falcón, Mérida, Bolívar entre otros, alcanzaron cierto nivel de magnitud, sobre todo en el último, que solo pudo ser “controlado” mediante la represión policial y el toque de queda (prohibición de circulación en motos a cualquier hora y prohibición de presencia en las calles después de las 5 de la tarde) durante tres días.
Para hacer frente a supuestas mafias internacionales que almacenaban el papel moneda para “desestabilizar” la economía de acuerdo al relato del gobierno, Maduro había decidido que los papeles de 100 bolívares perderían su legalidad y poder de compra el pasado día 15 de diciembre, cuando debía entrar en vigencia una nueva familia de billetes. Pero en vez de combatir mafias, golpeaba al pueblo.
Una medida que se tomaba cinco días después que el Banco Central anunciara la ampliación del cono monetario con seis nuevos billetes, de 20.000, 10.000, 5.000, 2.000, 1.000 y 500 bolívares, y tres monedas más, de 100, 50 y 10 bolívares que implica una adaptación a la fuerte inflación que sufre el país.
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Es de destacar que con el billete de 100 bolívares se llega a comprar tan solo un caramelo, y que muchas veces llega a superar en precio a dicho billete que en 2008 era suficiente para comprar 80 chocolates o 60 litros de leche. Un billete que tiene el valor equivalente a 15 centavos de dólar a la mayor tasa oficial. Por tanto, con esos billetes, se cubre el precio de pocos productos y servicios en un país sumergido en crisis, pero indefectiblemente es la pieza de mayor valor y, por tanto, la que más se utiliza en una economía marcada por la creciente inflación, la especulación y el desabastecimiento generalizado.
Sin embargo, se retrasó la llegada de este nuevo cono monetario, y el pueblo se quedó sin el billete de mayor denominación y sin las nuevas piezas de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares. Es que con una inflación que cerrará este año sobre 500 % según pronósticos, el bolívar va perdiendo fuerza con suma velocidad, por lo que las personas que desean hacer compras se ven obligados a usar los canales electrónicos o a moverse con grandes cantidades de dinero físico. Esta escasez de dinero físico generó saqueos y protestas en varios estados del país.
Los disturbios se iniciaron el jueves pasado en muchas ciudades y estados del país cuando se esperaba que se empezara a distribuir el nuevo cono de billetes adaptados a la gran inflación que se sufre, el mismo día en el que debía dejar de circular definitivamente el billete de 100 bolívares, hasta ahora el de mayor denominación. Solo en el estado Bolívar se registraron saqueos que afectaron a 450 locales, de acuerdo a la federación patronal Fedecámaras, y que habrían dejado tres fallecidos y más de 250 detenidos solo en esa zona.
Temiendo perder el control de la situación nacional, que los saqueos y protestas se extendieran por todo el país, sobre todo en la capital Caracas, el gobierno tomó la decisión de prorrogar la vigencia de los 100 bolívares hasta el 2 de enero próximo. En términos políticos el gobierno se había infligido una autoderrota, pues en base al supuesto combate a las mafias, terminó generando más descontento y el repudio al gobierno de Maduro aumentó en magnitud, además de dejar en la falta total de credibilidad al gobierno.
Faltando 12 días para que termine el año las personas siguen sin poder acceder a esta nueva familia monetaria, pese a que el Banco Central de Venezuela (BCV) reportó el domingo la llegada al país de 13,5 millones de billetes de 500 bolívares. La crisis económica vino a provocar un golpe más duro con la medida del gobierno en plena época de fiestas de decembrinas, cuando más las personas recurren a hacer compras, pero con una moneda que cada vez vale menos.
Hay de recordar que el 1 de enero de 2008 entró en circulación el llamado "bolívar fuerte", la actual familia de billetes, mediante una reconversión que quitó tres ceros a la derecha a la moneda nacional y fue promocionada por el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez como un robustecimiento del signo local. Nueve años más tarde, tiempo en el que el país acumuló altísimos porcentajes de inflación, el país espera por el nuevo cono, cuya pieza más alta será 200 veces superior al billete de 100 bolívares.
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Estos hechos han puesto al rojo vivo una crisis económica que alcanza niveles catastróficos, siendo que en los últimos meses, si ya se vivía en una galopante inflación, volvió a tener mayor salto inflacionario, dejando el poder de compra de los asalariados por el piso. Al mismo tiempo, demostraron parte de los problemas operativos básicos y sus consecuencias inmediatas que trajo aparejada la medida anunciada por el gobierno, no ya contra presuntas mafias de las que solo han pretendido conformarnos con declaraciones oficiales sin presentar pruebas fehacientes, con nombres y apellidos de los supuestos responsables, sino afectando y golpeando de manera contundente a los trabajadores y al pueblo pobre.
Son más de tres años consecutivos de una crisis que sumado a las políticas de ajustes económicos por parte del gobierno de Maduro, golpean a la clase trabajadora y los amplios sectores populares. Pero son los propios trabajadores los que pueden poner orden en este estado de cosas, comenzando por tomar en sus manos la lucha contra los ajustes que viene imponiendo el gobierno de Maduro, que cuenta con el aval de la derecha aglutinada en la MUD y que ya anunció que de llegar al gobierno aplicará medidas antipopulares. Esto impone, tal como lo sostiene la LTS en una reciente declaración política, la necesidad de un [Plan de Emergencia obrero y popular-http://www.laizquierdadiario.com.ve/Por-una-Asamblea-Constituyente-Libre-y-Soberana-y-un-Plan-de-Emergencia-obrero-y-popular?id_rubrique=5442] frente a la crisis y que no sea el pueblo trabajador el que la siga pagando.