En un marco en que existe un aumento del “poder militar” en la actual situación política y en el gobierno de Maduro, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, informó que ha asignado altos militares para que supervisen la distribución de distintos rubros alimentarios.
Jueves 25 de agosto de 2016 00:25
El ministro para la Defensa Vladimir Padrino López lo hace en calidad de Jefe de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, un programa coordinado directamente por las Fuerzas Armadas, para, según el gobierno, “hacer frente a la crisis de escasez y desabastecimiento de productos básicos”. Este proyecto forma parte de la emergencia económica y de la unión cívico-militar en el marco del “estado de excepción” que impera a nivel nacional.
En el programa En Contacto con Maduro transmitido este martes, el General Padrino López, dirigiéndose al presidente, afirmó: “He ordenado, (…) de acuerdo a las instrucciones que usted me dio, asignar un general con un equipo cívico-militar por cada rubro. Es decir: un general o almirante va a ser jefe del rubro arroz. Y va a mostrar en un mapa todo, desde la producción o importación, pasando por todo el proceso de la agroindustria, hasta la comercialización llegando hasta los CLAP”.
El General además añadió que: “Con esto buscamos gobernar realmente todos los productos: los 18 primeros que nos hemos trazado y eso lo podemos extender en los próximos meses a los 50 rubros prioritarios, estratégicos, tanto de farmacia como de consumo humano, como también de productos industriales”.
Asimismo, detalló el ministro de Defensa, han sido preparados varios generales para que hagan las veces de autoridades únicas de los mercados mayoristas “para sanear todo eso desde la base y reimplantar allí un nuevo orden sano, consistente, que vaya acorde con los principios económicos y todo lo que estamos diseñando desde la base”.
Con este mayor peso de las Fuerzas Armadas en órdenes claves de la política nacional, Maduro piensa que podrá resolver el gran problema de la escasez que existe bajo la severa crisis económica imperante. Si hasta el momento, las política de superar la escasez y el desabastecimiento del gobierno ha fracasado en todos estos años, como ya se está observando con los CLAP ahora, menos se hará con los militares, pues toda la supuesta lucha oficial del gobierno contra el desabastecimiento no responden en lo más mínimo a la acuciante situación y la catástrofe económica que está en ciernes.
Con la militarización lo que se busca es imponer un mayor control social sobre la población, con unas Fuerzas Armadas que tienen el monopolio y el uso “legal” de las armas de fuego. Es imponer el garrote en medio de esta gran escasez que genera las grandes colas frente a los supermercados o abastos. Además que se presta para la gran corrupción de aquellos que tienen el poder de mando que emana de un fusil.
Es de recordar que Padrino López, además de ministro de la Defensa y Jefe de la Misión Abastecimiento Soberano, también es el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la estructura ejecutiva más poderosa del organigrama militar venezolano. Además, de acuerdo a lo anunciado por Maduro el pasado 6 de julio cuando se le puso a cargo de la Misión de Abastecimiento, todos los ministros quedaron bajo su mando, tal como están bajo el control del presidente de la República.
Además la mayor presencia militar en los programas de “abastecimiento” no es para enfrentar la escasez o a los empresarios, como dice Maduro, que le hacen la supuesta “guerra económica”, es para prevenirse y enfrentar escenarios de protestas como las que ya se han dado en algunas partes del país, es decir el “desborde” de un pueblo que comienza a expresar su rabia mediante saqueos o explosiones sociales.
Lejos de la militarización, frente a la escasez, el desabastecimiento, el mercado negro y la especulación, que justamente se hace con los productos más básicos y sensibles para la población, es necesario que sean realmente los trabajadores y los sectores populares tomen en sus manos la distribución de alimentos y bienes básicos. Pero no de la manera engañosa de los CLAP, sino imponiendo verdaderos Comités de Abastecimientos populares por zona barrial, por áreas de vivienda, pero democráticamente constituidos, y que tengan el verdadero control sin ninguna injerencia del Estado.
Estos comités, junto con el control obrero de la producción, además de un digno salario mínimo vital y móvil y el reparto de las horas de trabajo sin pérdida de salario, son las primeras tareas de un Plan de Emergencia obrero y popular, con que responder a esta situación imperante.
Basta que sea el pueblo el que siga pagando esta agobiante crisis que el gobierno con sus políticas de ajuste deja descargar sobre sus espaldas, que incluso la derecha con su política demagógica se monta para pescar en río revuelto pero que encarna todo un plan reaccionario y antiobrero.