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Red Internacional
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VENEZUELA - ESTADOS UNIDOS. Maduro quiere hacer pasar a Trump por un imperialista benevolente

“Peor que Obama no será” dijo Maduro ante la asunción de Trump como presidente de Estados Unidos. ¿Qué hay detrás de estos gestos que buscan hacer pasar al magnate como un imperialista benevolente?

Viernes 3 de febrero de 2017

El gobierno de Maduro se ha dedicado, incluso ya con Obama fuera del gobierno, a fustigar fuertemente al ex presidente de Estados Unidos, y no sin razón. Sin embargo, con respecto al gobierno de Trump, días antes de que asumiera, el pasado 18 de enero afirmó que: "Hoy por hoy nadie sabe qué puede hacer el presidente Donald Trump", para agregar contundentemente que, "No me sumo a las campañas de odio contra Donald Trump que hay en el mundo (…) Yo me pregunto a cuento de qué. Porque nosotros sabemos bastante de guerras sucias". Días antes incluso sostenía que "Peor que Obama no será".

Este jueves, a catorce días de haber llegado Trump al gobierno, Maduro volvió a la carga contra Obama al sostener que tiene evidencia de que el ex presidente estadounidense está obsesionado con Venezuela. Aseguró que mostrará las pruebas “en su momento”, pero guardando absoluto silencio sobre las medidas tomadas por Trump en estas dos semanas de gobierno, y frente a quién se han realizado gigantescas movilizaciones no solo dentro de Estados Unidos sino incluso en muchos otros países del mundo. Medidas tan intervencionistas y agresivas como las de Obama, que incluye deportaciones, la construcción del muro con México, la prohibición del ingreso a ciudadanos de países de mayoría musulmana, para citar solo algunas.

Lo de Maduro no se trata de simple “cautela”, sino que pone de manifiesto que su relación con Estados Unidos no puede más que mejorar con la llegada de Trump, y hasta el momento busca diferenciarlo de Obama sobre quien ha venido insistiendo, desde que salió de la Casa Blanca, que "Su gobierno ha sido el más intervencionista en los asuntos internos de Venezuela y el más nefasto que ha habido en la historia de Estados Unidos y Venezuela".

Aclaremos de paso que Obama ha sido tan intervencionista en Venezuela como en todos los países del mundo, como lo han sido todos los ex presidentes del país imperialista más importante, y como lo serán los presidentes entrantes tal como lo es Trump en estos momentos. Así lo demostró toda la batería de medidas xenófobas, racistas e intervencionistas que tomó en estas dos semanas hacia decenas de países, aunque hasta el momento Venezuela “no ha aparecido” en su mira, como tampoco otros países latinoamericanos a excepción de México. Pero el nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, pareciera haber ya definido su política, como lo hizo durante su audiencia frente al Senado antes de ser confirmado en el cargo.

Los conflictos de Tillerson con Venezuela cuando fue ejecutivo de ExxonMobil

Rex Tillerson, fue confirmado este jueves como secretario de Estado por el senado estadounidense, en una votación en la que obtuvo 56 votos a favor y 43 en contra. Es de recordar que Tillerson ha sido durante los últimos diez años (2006-2016) director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, empresa con la cual el chavismo ha tenido los mayores enfrentamientos.

En el 2007 Hugo Chávez, firmó un decreto de nacionalización que obligaba a la formación de empresas mixtas con el sector privado en las que el gobierno tendría al menos un 60% por ciento de las acciones. Todas las empresas extranjeras aceptaron, menos las estadounidenses ConocoPhillips y ExxonMobil. La Exxon optó por retirarse denunciando el caso ante un tribunal de arbitraje internacional y reclamando 10.000 millones de dólares como compensación, aunque finalmente se acordó un pago muy favorable a Venezuela de apenas 1.600 millones de dólares.

El conflicto con la ExxonMobil volvió a resurgir en medio de la controversia territorial por el Esequibo con Guyana, cuando en mayo del 2015 la transnacional petrolera anunció el hallazgo de un gran pozo petrolero con crudo de gran calidad a 200 kilómetros de la costa de Guyana. El problema es que Venezuela reclama esas aguas como parte de su territorio. El gobierno de Maduro asoció un plan de la ExxonMobil en alianza con Guyana contra Venezuela, sosteniendo en julio de ese mismo año que "Hay una campaña brutal contra Venezuela fundada por ExxonMobil", rematando que "ExxonMobil ha financiado campañas de televisión, de radio y de prensa, así como a partidos políticos en el Caribe, específicamente en Guyana". En enero de este año la ExxonMobil anunció el descubrimiento de otro pozo de crudo de gran calidad muy cerca del anterior en aguas de ese territorio en disputa.

Las declaraciones de Tillerson durante su audiencia en el Senado

Durante sus audiencias de confirmación para el cargo, Tillerson fue claro sobre lo que piensa de Venezuela, y en las preguntas que fue respondiendo por escrito, no parecen indicar un cambio con respecto a Venezuela. Entre las distintas respuestas de Tillerson se destaca la que sostiene que: “Estamos totalmente de acuerdo en cuanto a la calamidad que ha caído sobre Venezuela, en gran medida producto de su incompetente y disfuncional gobierno, primero con Hugo Chávez, y ahora con el sucesor al que designó, Nicolás Maduro”. Las preguntas y respuestas de la audiencia en el Senado fueron publicadas por Latin America Goes Global en su página web.

El ahora secretario de Estado sostenía también en sus respuestas que “Hay que seguir denunciando las prácticas antidemocráticas del gobierno de Maduro, pedir la liberación de los presos políticos, y hacer cumplir las sanciones contra los violadores de derechos humanos y narcotraficantes venezolanos”. Además de que: “Vamos a seguir apoyando firmemente los esfuerzos del Secretario General de la OEA, Almagro, al invocar la Carta Democrática Interamericana para promover la normalización de la situación en Venezuela y restaurar las instituciones democráticas”. Recordemos que el gobierno de Maduro tuvo una abierta confrontación con Luis Almagro, cuando éste justamente buscó aplicar la Carta Democrática contra Venezuela.

Frente a la pregunta a Tillerson de: “¿Se comprometería a presionar al gobierno venezolano para que libere a TODOS los presos políticos, incluyendo a Leopoldo López, y que responsabilice al régimen de Maduro por sus crímenes?”, categóricamente el ahora confirmado secretado de Estado responde “Sí, si soy confirmado”. Y ante una de las últimas preguntas, “Si se confirma, ¿defendería usted que los Estados Unidos continúen responsabilizando a los funcionarios del gobierno venezolano, especialmente teniendo en cuenta los agudos niveles de impunidad en ese país?”, a la que fue categórico en responder: “Sí. Cumpliré todas las sanciones impuestas por el Congreso, incluidas las medidas del Acta de Extensión del 2016 para la Defensa de los Derechos y de la Sociedad Civil de Venezuela”, que ha sido aprobada por el Congreso hasta 2019.

Pero Maduro, frente a todas estas declaraciones no hizo la más mínima alusión ni comentario, cuando siempre se ha caracterizado por responder a cualquier declaración de cualquier portavoz de la Casa Blanca en cuanto a Venezuela se refiere.

Maduro y la ilusión de un imperialismo benevolente

A Tillerson lo señalan por su cordial relación con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y recordemos que en 2013 el líder ruso condecoró al entonces jefe de ExxonMobil con la Orden Rusa de Amistad. Maduro considera al gobierno de Rusia como uno de sus importantes aliados, y dentro del gobierno de Caracas corren las voces de que Maduro podría aprovechar esta estrecha relación para mantener a Estados Unidos alejado de la disputa política de Venezuela.

Pero por las declaraciones de Tillerson, las esperanzas de Maduro de que Trump vaya a ser favorable hacia Venezuela, y aprovecharse de la relación con Rusia, quedan en el aire. Incluso ya hay analistas que han alertado que Trump puede tener “una aproximación más agresiva a la crisis en Venezuela”, y Tillerson estaría para confirmarlo. Es más, durante la campaña, por fuera de México y Cuba, el otro país latinoamericano a que Trump se refirió directamente fue Venezuela, y no fue nada benévolo con el gobierno de Maduro.

Pero la política de Maduro se transforma en una verdadera canallada y de completo cinismo, llegando a embellecer al entrante gobierno de Trump. La cuestión es que esto es de grave consecuencias, al dividir al imperialismo entre los imperialistas buenos y los imperialistas malos. Aunque actualmente, la gran mayoría de los gobiernos, por las políticas que está llevando Trump, consideran al gobierno de Obama como el imperialista bueno y a Trump como el imperialista malo, Maduro lo hace al revés, pero ambas políticas vienen a ser las dos caras de la misma moneda. Llevar a hacerle creer al pueblo de Venezuela que el gobierno imperialista de Trump pueda ser favorable no es otra cosa que llevar a los trabajadores y al pueblo pobre detrás de la ilusión de que hay imperialismos con los cuales se pueden beneficiar.