En una reciente entrevista radiofónica, la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta fue consultada por la incorporación en el gabinete del exgobernador Juan Manzur, reconocido clerical antiderechos. Allí dio varios rodeos para explicar estas decisiones en la conformación del nuevo gabinete que marcan un giro a la derecha.
Miércoles 22 de septiembre de 2021 19:14
FOTO: la ministra Gómez Alcorta con el entonces gobernador de Tucumán, Juan Manzur, en una reunión del mes de marzo.
En medio de la crisis desatada en el Gobierno tras las elecciones, se abrieron distintas lecturas sobre los cambios de gabinete en los que incluyeron, entre otros, a Aníbal Fernández como Ministro de Seguridad, Julián Dominguez como Ministro de Ganadería y Pesca, y a Juan Manzur como Jefe de Gabinete. Pero más allá de las interpretaciones, es innegable que estos nombres generaron vastos repudios desde diferentes sectores y especialmente de los feminismos, lo que obligó a la ministra Gómez Alcorta, a responder por las redes y en los medios.
Están muy felices de ponerle fin al patriarcado
Lejos quedaron atrás esas palabras que, equívocamente, pronunciara el presidente tras haber sido aprobada la ley de interrupción voluntaria del embarazo, y que fueran aplaudidas con risas condescendientes de las funcionarias presentes. Pocos días después de aquello, el país se vio sacudido por el femicidio de Ursula Bahillo, asesinada por su expareja, un agente de la Policía Bonaerense. Por si hacía falta aclarar que el patriarcado no se elimina por medio de un aviso en el Boletín Oficial, allí estuvieron para demostrarlo las balas de goma de la bonaerense comandada por Sergio Berni, contra las amigas y vecinos de la víctima que se movilizaron reclamando justicia.
La elección de Juan Manzur como jefe de Gabinete es otra prueba de que el Gobierno no decidió “volver mejores”. Su trayectoria es ampliamente conocida: el caso Belén, el caso de la niña de 11 años violada que fue obligada a parir, el ocultamiento de estadísticas sobre la desnutrición infantil en su provincia y un largo etcétera sobre violaciones a los derechos humanos y sociales más elementales. Como señaló la columnista Celeste Murillo: “su asunción como jefe de gabinete probablemente no se trata en sí de un gesto calculado contra el movimiento de mujeres y personas LGBTIQ+ o sus conquistas, pero genera la suficiente alarma viniendo de un Gobierno que justamente insiste todo el tiempo en publicitar cada gesto ‘feminista’.”
Te puede interesar: Historial de Juan Manzur, del Opus Dei a las filas del gobierno nacional
Te puede interesar: Historial de Juan Manzur, del Opus Dei a las filas del gobierno nacional
Feminización de la pobreza: no es la vida que queremos
Pero en medio del repudio de vastos sectores del feminismo a la designación de Manzur, Gómez Alcorta tuvo que esquivar el “fuego amigo”, mientras intentaba mostrar que su nuevo jefe no era algo que teníamos que temer. Por eso, buscó despegarse de las declaraciones reaccionarias que fluyeron en boca de referentes peronistas contraponiendo una supuesta afición del gobierno por la “agenda de minorías” contra la atención de las necesidades del “verdadero” pueblo pobre al que no le interesan las “cuestiones ideológicas”, sino el bolsillo. Los argumentos reaccionarios de los ultraliberales y los liberfachos, pero con acento nacional y popular, empezaron a usarse como justificativos del nuevo gabinete derechista. Y la ministra se esforzó por remarcar que sus acciones no fueron simbólicas y que el verdadero interés de su gestión es avanzar con los sectores más postergados, las mujeres trabajadoras precarias, sobre las que recaen las tareas de cuidado, las que perdieron su trabajo y que también son víctimas de violencia.
Pero lo simbólico no son los DNI no binarios, argumento con el que atacan desde distintos ángulos reaccionarios. Lo simbólico es decir que la preocupación está con las mujeres más pobres y, sin embargo, tener para mostrar unos números irrisorios de una gestión que hasta subejecuta el presupuesto miserable que se ciñe a los mandatos del FMI.
Son 46 mil mujeres víctimas de violencia las que hasta ahora están recibiendo el plan Acompañar, que consta de un salario mínimo (por debajo del nivel de indigencia) durante 6 meses. Otras 10 mil están inscriptas en el programa Potenciar, que se encuentran trabajando con 200 cooperativas y otros emprendimientos productivos, por el que reciben un subsidio que es la mitad del ya de por sí miserable salario mínimo. Apenas 155 mil son las mujeres que podrán beneficiarse con la jubilación por tareas de cuidado.
La propia ministra dijo que 7 de cada 10 personas que viven por debajo de la línea de la pobreza son mujeres. Con el nuevo gabinete, donde avanzan los gobernadores, los clericales y la derecha, sin tocar al ministro de Trabajo ni mucho menos al equipo económico ¿qué tendríamos que esperar?
Te puede interesar: Mujeres en Tucumán: régimen antiderechos, feminización de la pobreza y precarización
Te puede interesar: Mujeres en Tucumán: régimen antiderechos, feminización de la pobreza y precarización
Hay feministas afines al gobierno q están haciendo tanto esfuerzo por justificar el nombramiento de Manzur q, en cualquier momento, vamos a tener q pasar de repudiarlo a agradecerle su inconmensurable lucha por la paridad, la inclusión de la diversidad y el respeto de los DDHH
— Andrea D'Atri 😷✊🏽 (@andreadatri) September 22, 2021
Un giro a derecha para sostener el ajuste: no es con todas
En ese rumbo económico, de ajuste dictado por el FMI más allá de alguna que otra medida insustancial para los próximos dos meses, el nombramiento de Manzur es coherente con el propósito de sumar conservadores y derechistas al gabinete, con estrechos lazos con la Iglesia, la burocracia sindical o los gobernadores provinciales. Mientras las urnas dejaron en claro el descontento con la crisis económica y el ajuste, el Gobierno acaba de desembolsar 1.905 millones de dólares al FMI que equivale a 3,7 millones de IFE de 50.000 pesos por persona. Motivos sobran para que el movimiento de mujeres se mantenga alerta y en las calles.