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Red Internacional
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Política. Maquillar y mantener intactas las AFP: Este fue el acuerdo del presupuesto 2020 del Senado y el Gobierno

Como una medida tomada frente a la presión de las calles fue reconocida por los mismos congresistas el ajuste de presupuesto para el 2020, el cual aborda pensiones, transporte y gasto fiscal principalmente. Sin embargo ¿es un cambio al Chile de los últimos 30 años?

Miércoles 27 de noviembre de 2019

El Congreso Nacional despachó el día de ayer el Presupuesto del sector público correspondiente al 2020, el cual se encuentra referido principalmente al presupuesto destinado a pensiones y transporte.

Sin embargo, y lejos de lo que uno se podría esperar, el ajuste de presupuesto mantiene intacta la estructura del cuestionado “Chile de los últimos 30 años”. Es decir que, pese a que el gasto fiscal ascienda estimativamente a 4,5%, las condiciones que tanto aquejan a los millones de habitantes en Chile se mantienen. Fue un acuerdo del oficialismo de Piñera y la "oposición" de los viejos partidos de la ex Concertación, que buscan conceder algunas concesiones con "letra chica" para mantener el "modelo" que ha sido desafiado en las calles. Un acuerdo para que las y los abuelos sigan sufriendo con pensiones de miseria (y las AFP saqueando los ahorros), para que las familias sigan muriendo en listas de espera en los hospitales y paguen enormes precios de medicamentos, para que sigan los sueldos bajos y la precariedad laboral.

En este sentido, lo que refiere a pensiones, se adelanta para el 24 y el 31 de diciembre el aumento porcentual según el tramo etario para las y los adultos mayores; es decir, el grupo entre 65 y 75 años recibirá un aumento de un 25%; mientras que para quienes estén entre los 75 y 80 años, se fija un incremento de un 30%, y finalmente para aquellos de 80 años en adelante, se establece un aumento de un 50%.

Lo contundente es lo siguiente: Debemos tener en cuenta dos factores para comprender que este acuerdo no es más que una farsa y un completo engaño para nuestras abuelas y abuelos:

  • El beneficio porcentual anteriormente nombrado sólo será dirigido para el 60% más pobre de las personas jubiladas. En donde el aumento de 50% en las pensiones apenas alcanzaría a cubrir un 17,8% de las personas que cuentan con Pensión Básica Solidaria, ni siquiera un 17,8% del conjunto de las y los pensionados en Chile.
  • A este engaño debemos añadir que la esperanza de vida al nacer en Chile es de unos 79,52 años promedio. Es decir, sólo las personas que superen el promedio estimado de vida alcanzarán a ver este aumento en sus pensiones.
  • Pero esto no termina aquí. ¿Se han preguntado cuánto es el aumento de un 50% para las personas de tercera edad que están debajo de la línea de la pobreza? Un aumento de apenas $55 mil. Los que incluso quedan $1.546 por debajo de la mísera línea de la pobreza, la cual llega a $166.857. ¿Puede alguien vivir con esa cifra de dinero en Chile?

Pero esto no queda aquí. Para el día de hoy diversos estudios revelan que el 91% de las y los jubilados recibe pensiones que no superan los $150 mil. En donde incluso 400 mil adultos mayores reciben menos de $86 mil. A lo que se añade que de seis AFP, cuatro de ellas son de propiedad de capitales extranjeros. Es decir, no conformes con privatizar hasta el agua, los recursos que han trabajado con sus vidas nuestras familias se van al bolsillo de grandes empresarios que engordan sus bolsillos estando sentados cómodamente en otro lugar del mundo, mientras aquí nuestros familiares deben ideárselas para llegar a fin de mes.

Con esta medida el Gobierno no hace más que vender humo de forma escandalosa, además de jugar con la esperanza de una pensión digna de todos nuestros abuelos y abuelas, protegiendo así las ganancias de los empresarios de las AFP, negocio que surgió bajo el amparo de la dictadura genocida de Augusto Pinochet, Jaime Guzmán y cia.

Mientras lo que se refiere a materia de transporte, pese a que se perciba un descuento del 50% en el costo del pasaje para mayores de 65 años, éste seguirá siendo uno de los más caros de Latinoamérica. ¿No debería acaso ser el transporte completamente gratuito? Incluso las y los trabajadores del metro -por ejemplo- han afirmado que éste puede funcionar por cifras menores a la mitad del costo del pasaje. Pero pongamos un ejemplo. En Antofagasta el pasaje en autobús cuesta $590. Si descontamos el 50% son aproximadamente $300 pesos, los que de mínima deben ser multiplicados por los viajes en promedio que realice la persona para transportarse; en donde si consideramos que una persona debe transportarse en el mes de lunes a viernes esto llevaría a un costo mensual de $7.200 aproximadamente, de una pensión de apenas $130 mil promedio. Una completa burla a la realidad de nuestras abuelos y abuelas.

Sin embargo, no es casual que estas modificaciones lleguen en un momento en el que el Gobierno ve por el suelo su aprobación y las calles aun tienen fuertes manifestaciones de descontento. Sin embargo, estas medidas mantienen al Estado como un financista de los negocios de los empresarios. Es decir, que este aumento de las pensiones se traducirá en un financiamiento mayor para los mega-empresarios de las AFP. Lo mismo ocurre con el transporte, el cual se encuentra casi de manera completa en manos de privados, quienes mantienen uno de los transportes más caros a costa de cada uno de nuestros bolsillos.

La vida en Chile alcanza niveles de precariedad enormes. No por nada Chile es catalogado como uno de los más desiguales de la OCDE. Así, lo que nos fue vendido como el jaguar de América Latina se cae a pedazos, rasgando el velo que cubría la verdad: la profunda desigualdad, los profundos y sistemáticos abusos, la explotación y la violencia sistemática. Parte de esto es que la Fundación Sol afirme que prácticamente 3 de cada 10 personas estaría por debajo de la línea de la pobreza o que incluso un salario mínimo de $301 mil no alcance para que una familia viva dignamente.

Si lo que queremos es una vida realmente digna no sólo para nuestros abuelos y abuelas, sino que para el conjunto de la población y las futuras generaciones debemos fortalecer la movilización a través de un plan de lucha y movilización ascendente, convocada por los grandes organismos y centrales sindicales, como la CUT, la Confederación de Trabajadores del Cobre, la Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores, la ANEF, el Colegio de Profesores, así como el conjunto de los sectores productivos, así como también organismos estudiantiles como la Confech, la CONES y la ACES, en donde las Coordinadoras como NO+AFP y la Coordinadora 8 de Marzo también convoquen a esta movilización indefinida.

Hoy más que nunca debemos luchar en lo que se refiere a materia de pensiones y sueldos por:

  • Un salario mínimo de $550 mil, que se ajuste en base al costo de la canasta básica familiar.
  • Un sistema de pensiones tripartito, público, solidario, y que sea gestionado por sus propios trajadores, pensionados y especialistas. En donde la edad de jubilación sea a los 55 años, y a los 50 años en trabajos pesados, con pensiones que no sean inferiores al 80% del sueldo líquido percibido durante la vida laboral.
  • La prohibición por ley de los despidos.
  • La nacionalización de los recursos naturales, bajo control de sus trabajadores, especialistas y comunidades aledañas -como el cobre y el litio- para financiar viviendas dignas, educación 100% gratuita, laica y con educación sexual integral, así como pensiones, salud, entre otros.

Muchos dirán que es imposible. Pero si hay algo que ha demostrado el pueblo chileno en lucha es que lo que era imposible ayer, hoy está a nuestro alcance. El horizonte de lo posible se acercará a nosotros en la medida de que levantemos un plan de movilización y lucha ascendente en cada lugar para derrotar a este gobierno y su represión.

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