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Red Internacional
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Nueva Mayoria. Marcando falsas diferencias Andrade critica a “aduladores de la secta del crecimiento”

El cambio de Gabinete a seis meses del fin del periodo de la Nueva Mayoría ha traído a flote sus últimos recursos para ser recordado como un gobierno “progresista” y cumplidor con el pueblo trabajador. Un lavado de cara cada vez menos creíble.

Martes 5 de septiembre de 2017

El diputado Osvaldo Andrade ha comunicado su respaldo al cambio de gabinete económico presentado tras la renuncia de Valdés, Micco y Céspedes por el rechazo a Dominga. Calificando de “aduladores de la secta del crecimiento” a todo aquel que se ha opuesto a la decisión de gobierno por la negación del proyecto.

Crispaciones ha causado dicha decisión, sumadas a las que ya se han presentado a lo largo de toda la coalición de la Nueva Mayoría por el tan defendido en un comienzo programa de gobierno. Protagonizado por un “tira y afloja” entre la contención de las demandas de la “calle”, el crecimiento económico y el resguardo de los intereses de los empresarios defensores del gran capital.

Son estos últimos, como el senador de RN, Alberto Espina, quien sostiene que los dichos de Andrade, significan no entender la importancia del crecimiento económico para el desarrollo del país, representando el apoyo al ex equipo económico de gobierno, indicando que al menos podían dimensionar la importancia del crecimiento económico para el desarrollo del país.

Evidenciando que al momento de tratarse de “crecimiento”, explotación y producción, los intereses políticos traspasan las banderas de sus partidos.

Finalmente la postura “progresista” que pretende dejar de legado como última impresión el gobierno, no es más que eso, una ilusión más que intenta mostrarse a favor de las demandas de los trabajadores, las mujeres y los estudiantes, sin embargo sobre ello no ha habido grandes avances fuera del marco de la herencia e institucionalidad de la dictadura.

Quedando aún en deuda el sistema provisional, la negociación del reajuste del sector público o el presupuesto, entre tantas otras demandas y exigencias del pueblo trabajador, y es que aún queda planteada la necesidad de responder realmente a todas ellas desde una alternativa de combate y con independencia política que de la pelea al falso “progresismo”, respondiendo desde la organización de los propios trabajadores.