
Dauno Tótoro Santiago
Lunes 18 de abril de 2016
La presentación oficial del proyecto de reforma a la Educación Superior se atrasará en algunas semanas, así, tajantemente, lo planteó la ministra Delpiano. Argumentó que, primero que todo, debe ampliarse el trabajo pre legislativo, y además, debe generarse una mayor cohesión interna para aprobar dicho proyecto, ya que existen divergencias particularmente referidas al financiamiento.
Junto con esto, el gobierno ha sostenido un marcado giro hacia la derecha. Ya no sólo por la moderación de sus reformas, sino que también por la aprobación de la agenda corta “anti delincuencia”, donde buscan imponer el Control de Identidad por sospecha y la sanción a la filtración de información, ambas medidas que han generado un amplio rechazo
A su vez el gobierno se muestra intransigente con una de las luchas más importantes de los últimos meses: el combativo paro de los funcionarios públicos en Atacama, frente al cual el Ejecutivo sólo ha respondido con represión y sosteniendo que no se pagará el bono solicitado debido a la desaceleración económica y a las medidas de ajuste fiscal anunciadas por el Ministerio de Hacienda. Pero mientras utilizan dichos argumentos, los propios funcionarios del gobierno, ministros y subsecretarios, así como los propios parlamentarios, ganan millones de pesos y cuentan con enormes regalías y bonificaciones.
En ese escenario se enmarca la movilización nacional convocada por la CONFECH.
Esta será la primera marcha del año, a 5 años del 2011, fecha desde la cual el Movimiento Estudiantil se ha mostrado como uno de los principales opositores en las calles al régimen político heredado de la dictadura militar.
Las masivas movilizaciones, las tomas de espacios, las marchas multitudinarias y fundamentalmente la demanda de la gratuidad 100% financiada por el Estado, han llevado a que los estudiantes organizados, nos hayamos convertido en un actor político de peso a nivel nacional, capaces de imponer una agenda propia y de cambiar el rumbo del debate legislativo.
De todas formas, desde el 2011 a la fecha el Movimiento Estudiantil se ha visto relativamente debilitado. Esto debido a los intentos permanentes de cooptación por parte de sectores cercanos o integrantes de la Nueva Mayoría, como el Partido Comunista, pero también por la responsabilidad de las mismas dirigencias de la CONFECH actuales, que han llevado adelante una estrategia de movilización por hitos, que no ha hecho más que desgastar a las bases estudiantiles, mientras los dirigentes se subían y bajaban de mesas prelegislativas que no llevaron a nada.
Pero es cierto que los estudiantes organizados podemos imponer nuestras propias demandas, la gratuidad sin financiamiento a los privados, y conquistar el cogobierno universitario, como expresión de la capacidad de gobernar triestamentalmente las instituciones educativas, posibilidad impedida por la estructura antidemocrática de las Universidades, otra herencia más de la dictadura.
Para conseguir lo anterior, son necesarias dos cuestiones, que están planteadas como posibilidad para este año. Primero que todo, que como Movimiento Estudiantil tengamos una hoja de ruta clara, que apunte a aumentar y radicalizar la movilización, con fechas de marchas programadas con anticipación, con paralizaciones indefinidas, con tomas permanentes de espacios como núcleos de organización política, y con espacios de base de coordinación abierta para planear la movilización.
Es que la voz de las bases debe tener un peso fundamental este año, para avanzar a robustecer al Movimiento Estudiantil. Para ese camino es que la CONFECH debemos transformarla y volverla más democrática, para que pesen las mociones y las discusiones dadas en las bases, y no únicamente las definiciones políticas de los dirigentes.
A su vez, y de la mano con lo anterior, hay que apostar a organizarse, en las diferentes Universidades, a través de encuentros de delegados de base, electos por asambleas, para discutir el rumbo de la lucha estudiantil. Esto potenciará nuestras perspectivas y fortalecerá nuestras posibilidades de organizar una movilización que supere ampliamente la “estrategia de movilización por hitos”, poniendo en jaque al gobierno y al Parlamento de corruptos.
Ejemplos germinales de lo anterior son la Asamblea Interfacultades convocada por la Asamblea de Derecho en la Universidad de Chile, que busca coordinar las diversas luchas locales y que permite realizar una ligazón concreta de lo local con lo nacional. Y la Asamblea de Campus que organizamos en el campus Juan Gómez Millas, también de la U de Chile, desde donde buscamos agitar los problemas locales y ligar las problemáticas de las diferentes Facultades.
De dichas iniciativas formamos parte también los integrantes de Vencer, la FECh para las bases, agrupación de la Universidad de Chile levantada por la ACR y estudiantes independientes, que tiene la perspectiva de en lo inmediato ligar las diversas luchas locales para avanzar en el fortalecimiento del Movimiento Estudiantil desde la base a nivel nacional.
Un nuevo paso en ese sentido sería la organización de una Asamblea del Cordón Macul compuesto por el mismo Campus JGM, el Pedagógico, la UTEM y liceos aledaños, como un espacio de lucha y organización concreta. Las perspectivas para aquello están planteadas y la marcha del 21 de abril puede dinamizar esa posibilidad de organización, la cual a su vez sería un importante aliciente para la lucha nacional y para la fundamental organización desde las bases.
Pero todo lo anterior debe ir de la mano con un segundo desafío: la unidad con los trabajadores, y particularmente con los funcionarios de las Universidades que el 21 de abril también saldrán a marchar.
Ya ha habido atisbos de esto, con las actividades que organizamos los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U de Chile el día 22 de marzo, para el paro de la CUT, pero con una política alternativa al de las dirigencias oficiales de la Central.
Dicha unidad debe fortalecerse con asambleas biestamentales de discusión y resolución de medidas concretas de acción para llevar adelante una movilización que supere no sólo la marcha del 21 de abril como hito único, sino que también la unidad al interior de la misma Universidad y la lleve a otro nivel, permitiendo la ligazón con otros sectores de trabajadores.
Si ambas cuestiones anteriormente planteadas se desarrollan y llevan adelante, grandes serán las perspectivas y posibilidades para el Movimiento Estudiantil. Y, como vemos, ya ha habido experiencias germinales que apuntan en esa dirección. De lo que se trata ahora es de desarrollarlas, organizarlas masivamente y potenciarlas.

Dauno Tótoro
Dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios (Chile), y ex candidato a diputado por el Distrito 10.