Los sectores políticos más conservadores protegen el rodeo como un “deporte nacional”, actividad donde la Ley de Maltrato Animal no aplica. Es la cultura de las clases altas de la sociedad.
Domingo 3 de septiembre de 2017
¿Por qué nos manifestamos contra en Rodeo en la ciudad de Concepción?
El sábado 2 de septiembre nos manifestamos desde Plaza España para promover los derechos de todos los animales, que en este caso específico, se ven gravemente vulnerados con el rodeo: vemos violencia explícita hacia los novillos, obligados a levantarse una y otra vez para la diversión del público presente, son golpeados, pateados, abofeteados, torturados e inclusive reciben golpes eléctricos en caso de que el animal no tenga fuerza suficiente para levantarse, sin mencionar el daño psicológico que se genera en ellos.
Muchos de estos animales terminan con fracturas de costillas, torceduras de cola, hematomas, hemorragias internas, son maltratados durante su encierro en los establos y varios de ellos terminan en mataderos.
El rodeo es una práctica de élites.
No olvidemos que son los sectores huasos de latifundio y patriarcales de origen colonial los principales actores que promueven este tipo de actividades, que incluye a los sectores políticos más conservadores que protegen el rodeo como un “deporte nacional”, además de ser una actividad donde la Ley de Maltrato Animal no aplica.
Ciertamente, una práctica de las clases altas de la sociedad, donde el patrón, dueño de fundo, es el único que puede costearse un caballo, de incluso cifras superiores a 20 millones de pesos, y atuendos de huaso con valores igualmente excesivos.
En las competencias nacionales profesionales podemos encontrarnos con grandes auspiciadores como El Mercurio y más aún, los fondos concursables de Desarrollo Regional entregan cifras millonarias para el impulso de estas actividades.
Dejamos en evidencia que son los mismos sectores políticos conservadores que día a día legislan para las grandes empresas, y no para las trabajadoras y trabajadores, los que mantienen la legalidad de aquellas prácticas, siendo que, inclusive se nos ha buscado inculcar en la cultura popular la pertenencia a una tradición que se basa en el sufrimiento animal en nombre de su supuesta "patria", ante lo cual, movilizaciones como ésta indican que no nos identificamos con costumbres irracionales.
Diana Miranda
Vocalía de Medio Ambiente Cs. Políticas y Administrativas, UdeC
Patricio Araneda
Economía.