Participaron la CGT y los llamados “movimientos sociales”. Adhirieron la CGERA y la Federación Agraria. Desde el escenario lanzaron palabras grandilocuentes pero no habrá medidas de lucha.
Sábado 19 de noviembre de 2016
El día de ayer se realizó una masiva movilización al Congreso convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie y la CGT. La consigna central fue “Unidad para la justicia social y basta de despidos y suspensiones”. De la jornada también participaron organizaciones como Libres del Sur, el Frente Popular Darío Santillán, la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) y la Federación Agraria Argentina. Las dos CTA apoyaron la convocatoria pero finalmente ni Pablo Micheli ni Hugo Yasky se hicieron presentes.
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Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (CCC), Esteban Castro (CTEP), Carlos Acuña (SOESGyPE) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) fueron los oradores. Los llamados “movimientos sociales” aportaron las delegaciones más nutridas. Las columnas sindicales fueron poco numerosas, con una relativa presencia de UOCRA (Construcción), UOM (metalúrgicos), Dragado y Balizamiento, UPCN y Comercio.
Desde el escenario, los dirigentes conjugaron palabras rimbombantes con frases vacías. Los miembros del triunvirato cegetista mostraron una vez más su inclinación a amenazar con medidas que nunca llegan. “Vamos a tomar las medidas que tengamos que tomar”, alertó Acuña. Como si se hubiera enterado recientemente de la orientación del macrismo, exigió que “se empiecen a cumplir los compromisos de campaña”. A su vez, haciendo un guiño a las cámaras empresariales del sector PyME que adhirieron a la marcha, pidió que “que se reactiven las pymes, el comercio y la industria nacional”.
Schmid resaltó la importancia de que la central unificada haya concretado una movilización con las organizaciones que nuclean a los trabajadores no registrados. Intentando lavar las manos a las burocracias, grandes responsables del crecimiento del trabajo informal, planteó: “durante mucho tiempo se criticó a la CGT porque se ocupaba sólo del trabajo registrado. Algo de razón había (...). Pero eso respondía a un tiempo en que el trabajo era la regla y el desempleo era la excepción”. El secretario general además dedicó palabras elogiosas a Ubaldini y al Papa Francisco. Y deslizó críticas al kirchnerismo: “el pueblo trabajador no fuga capitales, no estamos tirando bolsos por arriba de los muros”.
Los “movimientos sociales”, que vienen de peregrinar hace unas semanas hacia el Vaticano, durante el Tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, también reivindicaron a Bergoglio. Daniel Menéndez, quien fue el segundo en tomar la palabra, denunció el ajuste del gobierno de Cambiemos. Alegó que ya “no puede hablarse de la pesada herencia” y que los trabajadores deben “ir por nuevos derechos”. Alderete, con uno de los discursos más moderados, refirió a la necesidad de construir un “movimiento de unidad”, con “pluralidad”, que involucre empresarios pequeños y medios. Esteban Castro de la CTEP, por su parte, resaltó que no quiere que surja una nueva central así como la “unidad de acción” que se habría expresado en la plaza. Por último, se pronunció contra los empresarios extranjeros. “Tenemos ventaja. Los monopolios tienen un profundo odio de clase. Nosotros, amor al pueblo”, concluyó.
Por el Congreso pasaron distintas figuras políticas ligadas al Frente Para la Victoria-PJ. Uno de ellos fue el ex intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, quien ayer había encabezado acto por el Día del militante. También acudieron los senadores Juan Abal Medina y Teresita Luna, autores del proyecto de ley de Emergencia Social cuyo pedido de aprobación fue motivo de la marcha. Tampoco faltó un mensaje de José Luis Gioja, el titular del PJ nacional, que fue leído desde el palco.
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Desde el oficialismo ya anunciaron que, en caso de que la ley de Emergencia Social se aprobara, la vetarían. A nadie podría sorprender esta decisión por parte de un gobierno de empresarios, que tiene el antecedente de vetar la Ley Antidespidos. Sin embargo, tampoco pareciera que ésta llegara a tratarse en Diputados, en el marco del cierre del ciclo legislativo. De hecho, los legisladores peronistas que ahora pretenden embanderarse con la causa, votaron la mayoría de las leyes sostén del ajuste de Mauricio Macri, de la misma forma que dejaron pasar ataques a los trabajadores durante los últimos doce años.
Tampoco puede esperarse nada por parte de los líderes de la CGT que dieron tregua al macrismo durante todo el año. O de los dirigentes de la CTEP, el Movimiento Evita, la CCC y Barrios de Pie, que buscan instituir una burocracia “sindical” de la informalidad, que negocie con el Estado, concesiones y demandas distintas a los trabajadores sindicalizados.
La “unidad de acción” de la que se habló el día de ayer, no fue más que una articulación destinada a garantizar los privilegios de unos pocos y de institucionalizar la división de la clase trabajadora. Y, hacia 2017, a la recomposición del peronismo como variante patronal opositora.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario