Marco Ferrando, dirigente del PCL de Italia (Partido Comunista de los Trabajadores) tomó la palabra en el acto internacionalista convocado en Paris por la CCR y Revolution Permanente, el pasado 5 de diciembre, después de la primera jornada de la conferencia europea de la FT, en la que participó como invitado. Reproducimos su internvención.
Miércoles 16 de diciembre de 2015
Es un glan placer traer el saludo del Partido Comunista de los Trabajadores [PCL] a esta fiesta internacionalista y a vuestra Conferencia Internacional.
La situación de Francia y la situación de Italia presentan desgraciadamente hoy fuertes analogías, en el campo de una deriva reaccionaria particularmente concentrada.
La lucha conta el imperialismo y contra la reacción en ambos países asume un significado central. Puesto que la lucha contra el imperialismo es sobretodo la lucha contra el propio imperialismo, queria deciros a vosotros camaradas franceses que vuestra lucha contra el imperialismo francés, contra el gobierno de Hollande, contra la “union sacrèe”, contra la politica policial, es nuestra misma lucha contra el imperialismo italiano y el gobierno Renzi y sus tendencias bonapartistas.
El gobierno Renzi es más prudente que el gobierno Hollande sobre la cuestión de la guerra en Siria, no porque sea más pacifista, sino porque apuesta a ganar la dirección de la futura intervención militar en Libia, en competencia con el imperialismo francés, a la cola de los intereses de la gran compañía petrolífera del ENI y para construir en Libia un nuevo campo de concentración de migrantes exactamente igual que en época de Gadafi.
Fijaros cómo es de curiosa la Historia. Contra todas las teorías burguesas sobre el hecho de que la historia de la humanidad sería una historia de la evolución a través del progreso, nosotros estamos observando, sobretodo en esta dramática semana, que en realidad la Historia vuelve atrás ahí donde los revolucionarios no fueron capaces de construir una alternativa. Y hoy el Imperialismo vuelve exactamente a los lugares de los crímenes, a los lugares de sus propios crímenes cometidos un siglos atrás. El imperialismo francés vueve a Siria exactamente donde un siglo atrás, junto al imperialismo británico, marcó con regla y compás las fronteras de la nación árabe; y el imperilismo italiano vuelve a Libia, exactamente donde un siglo atrás experimentó los gases asfixiantes contra la resistencia bereber.
Por esta razón, exactamente como un siglo atrás, los revolucionarios italianos, los revolucionarios franceses, los revolucionarios de Europa están llamados a proclamar: “Ni un euro para las guerras coloniales, ni un euro para los balances militares, ni un euro para la unión sacrèe!”.
Y aquellos que nos dicen, aquellos que nos acusan que de esta manera nosotros olvidamos la guerra contra la reacción islámica, o contra el fascismo islámico, queremos responderles que la lucha por la destrucción política de la reacción islámica, del fundamentalismo fascista en tierra árabe y en Oriente Medio es un objetivo central del movimiento obrero internacional y de las masas oprimidas del mundo.
Justo por esto no conbatiremos la guerra al lado de las grandes potencias imperialista coloniales que en los ultimos 25 años han construido en Oriente Medio una verdadera galería de horrores y de sufrimientos. No haremos esta guerra abrazados a los responsables de Guantanamo, de Abu Grahib, de las bombas al fosforo en Falluya, del embargo criminal de la ONU contra la población de Irak. (...)
Al mismo tiempo es evidente que, exactamente como hace un siglo, la lucha contra el imperialismo es inseparable de la lucha contra el reformismo. Lo que ha sucedido en estos meses dentro de la izquierda europea en el terreno de sus posicionamiento político generales es un hecho clamoroso e impactante. La capitulación de Siriza y de Tsipras ante la Troika, la vergonzosa capitulación del Front de Gouche a las leyes reaccionarias del gobierno Hollande sobre el orden publico, junto a Sarkozy y Le Pen; las garantias crecientes de Podemos y de su dirección a la burguesia española a partir del terreno de la política exteior; el ingreso en la area de gobierno del partido estalinista en Portugal y del Bloco de Esquerda, a cambio de la aceptación pública de la Unión Europea y de la OTAN; el voto de la izquierda italiana en el parlamento a favor de la prolongación de la misión militar italiana en Afganistan y a favor del aumento de un billòn en el gasto militar. (...)
Todo esto es la prueba de que sólo la izquierda revolucionaria y anticapitalista es capaz de defender los intereses inmediatos, sociales, políticos y democráticos de la clase trabajadora y las masas oprimidas. La construcción de esta izquierda revolucionaria en cada país, a nivel europeo y en el mundo, es nuestra tarea. Creo que esta tarea pasa también por la realización de una unificación política y organizativa de todas las fuerzas coherentemente marxistas revolucionarias que existen en Europa y en el mundo.
Querría concluir diciendo algo, con un anuncio no formal pero verdadero, que expresa una opinión fuertemente presente en nuestro partido y aprobada en nuestro Congreso. Somos organizaciones diferentes, diferentes por la tradición, historia, experiencia, pero también a causa de nuestras respectivas ubicaciones internacionales como todos sabemos. Pero tenemos un extraordinario patrimonio común en el campo de los principios y del programa general: la oposición a los gobiernos burgueses, la diferenciación del reformismo y del centrismo, la persecución del gobierno y del poder de los trabajadores, la perspectiva socialista, y en Europa la prospectiva socialista de los Estados Unidos Socialistas de Europa. Este patrimonio común, que nos une, es exactamente lo que nos separa de todas las demás tendencias de la izquierda reformista y centrista, en Europa y en el mundo.
Y si esto es cierto, y nosotros creemos que sea profundamente cierto -aún más luego de haber escuchado vuestra excelente conferencia internacional de hoy y luego de haber leído los documentos políticos que han preparado la discusión-, entonces el problema no creo que sea, no creemos que sea el de conservar las diferentes particularidades, fruto de diferentes historias y tradiciones dentro del recinto organizativo de fracciones, en cierto modo separadas entre ellos y quizás concurrentes entre ellos. Sino es el de unir las nuestras fuerzas en un sujeto común , en un partido internacional común, a partir de un programa común y después afrontar dentro este marco organizativo unificado todas las inevitables cuestiones, confrontaciones, divergencias, discusiones, que inevitablemente surgen en cualquier organización revolucionaria que aspira a ser trascendente y no ser una secta.
Hemos escuchado hace un momento [en un video enviado desde Argentina y proyectado en el acto] la intervención el compañero Nicolás Del Caño quien nos ha trasladado la extraordinaria experiencia del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que se ha gestado entorno a un programa que expresa claramente [la idea de] “obreros al poder”. El programa de “obreros al poder” no es un programa electoral, tampoco es un programa de frente único, es el programa de la revolución, es el programa de un partido revolucionario. Nosotros pensamos que si los camaradas de las tres organizaciones de la izquierda revolucionaria argentina [Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista] que se reunieron entorno a aquel programa, trabajaran por construir, sobre ese mismo programa, un mismo partido revolucionario argentino, sería una extraordinaria contribución a la refundación de la Cuarta Internacional. Este es nuestro deseo para Argentina, nuestro deseo para Europa y para el mundo. ¡Viva la Cuarta Internacional!