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Red Internacional
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Misiones. María Ovando nuevamente al banquillo de una Justicia clasista y patriarcal

El caso María Ovando, mamá de trece hijos, acusada y luego absuelta en 2012 bajo la acusación del "abandono" a su beba de 3 años, vuelve a concentrar las miradas. Hoy inicia un segundo juicio con acusaciones infundadas. Divesos organismos de derechos humanmos, feministas y politicos salieron en su apoyo y exigen su absolución.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Lunes 21 de septiembre de 2020 15:27

El caso de María Ovando, una mujer analfabeta, mamá de trece hijos, acusada y luego absuelta por el delito de "abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo", sigue siendo motivo de maltrato judicial y de un amplio rechazo social, por el ensañamiento del Estado.

Lo denunció hace unos días el Equipo Transfronterizo Interdisciplinario con Perspectiva de Género ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, solicitando su intervención urgente.

Es que hoy, luego de una injusta condena, que en 2012 la tuvo en prisión por casi dos años, María vuelve a ser objeto del carácter clasista y patriarcal que tiene la justicia, que la lleva a lleva a juicio por segunda vez, en un debate oral en la que se la pretende responsabilizar -nuevamente- del supuesto delito de "omisión".

Por mujer y por pobre

Recordemos el caso. En marzo de 2011, María, quien vivía en condiciones de extrema pobreza en la zona rural de Colonia Mado, en la provincia de Misiones, se vio obligada a llevar en brazos y a pie a Carolina, su hija de 3 años, que se encontraba enferma, en búsqueda de auxilio. Pero la beba murió en el camino, en medio de la ruta, mientras María la llevaba a upa a un hospital. María la enterró en un pozo que cavó llena de angustia con sus propias manos, y la puso bajo la tierra, como se hace con los muertos.

Cuenta que volvió llorando a su casa, con las manos vacías, los pechos llenos de leche por sus gemelas recién nacidas y mucho miedo a que su esposo, con el que había sido obligada a casarse a los 13 años, la moliera a palos otra vez, pero peor.

El Estado, que jamás se le había acercado más que para amenazarla por pobre, la juzgó y la condenó por "mala madre". ¿Qué había hecho antes por María y sus hijos? Ninguno tenía documentos. Carolina, la beba que murió, recién los tuvo enconces. A María, que no sabía ni leer ni escribir, la encerraron un año y ocho meses, y una jueza repartió a sus niños por distintas casas y familias.

"Una de las cosas más sorprendentes de este caso es que el padre del bebé nunca estuvo imputado. El fiscal le imputaba a María no cumplir correctamente con su rol de madre en la crianza de los hijos. Nos preguntamos entonces, por el padre, ¿no tenía acaso la misma responsabilidad?", cuentan desde el Equipo Transfronterizo, y destacan que fue la intervención de movimientos de mujeres y de derechos humanos la que logró finalmente la absolución de María por la muerte de su hija desnutrida. Una situación que en Misiones padece el 42% de les niñes y adolescentes, según datos oficiales.

En aquel momento, todo el país conoció las arbitrariedades del Poder Judicial, que criminalizaba la pobreza, como ahora, mientras negaba la atención sanitaria y alimentaria para las familias más pobres. Lo mismo que sucede ahora, con el mismo carácter, profundamente patriarcal.

Revictimizada por denunciar

María pasó 20 meses presa por un crimen que no cometió. Producto de esa incansable lucha del movimiento de mujeres fue absuelta, y después de tanto maltrato se atrevió a demandar al Estado.

Según el Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género (EMiDH), la causa que hoy tramita con el el Expediente Nº48426/2015, "se inició casi al mismo tiempo en que María Ovando, con el patrocinio legal de la Dra. Roxana Rivas, demandó al Estado misionero por la prisión injustificada que había sufrido durante casi dos años antes de ser llevada al juicio en noviembre del 2012, de donde resultó absuelta de responsabilidad en la muerte de su pequeña hija".

La respuesta del Estado ante esa denuncia de María también fue la de aumentar las trabas, exigencias y controles para impedir que se revinculara con sus hijos e hijas, con la excusa de evaluar su "idoneidad" como madre. María Ovando, a pesar de haber sido absuelta en noviembre del 2012, permaneció así bajo el control y la vigilancia permanente del Poder Judicial, "mediante las actuaciones arbitrarias del Juzgado de Familia a cargo de la Dra. Margarita Potschka, polémica magistrada que tuvo que renunciar a su cargo en el 2017, para evitar así un jury por mal desempeño de sus funciones", nos cuentan desde el EMiDH.

Como advierten sus abogados y abogadas, de todos esos estrictos controles "no surge ni el menor indicio de maltrato ni menos aún de facilitar cualquier tipo de abuso sexual". Sin embargo, desde este 21 de septiembre, María se encuentra ante un segundo juicio, acusada nuevamente de ser "mala madre", por no haber impedido el supuesto abuso de una de sus hijas y una de sus nietas, mientras estaba alejada de ellas por la propia orden judicial.

No se sabe cuándo ni por quién o por quiénes, ni cómo, pero para la justicia, antes de que inicie el juicio, la culpa es de María. Por eso hoy, 8 años después de aquel 28 de Noviembre de 2012, cuando fue absuelta por el Tribunal Penal N° 1 de Eldorado, hoy María vuelve a ser juzgada por la misma institución que aquella vez, aunque fue absuelta, la condenó por mujer y por pobre.

Según el Equipo Transfronterizo Interdisciplinario con Perspectiva de Género, "la imputación a María Ovando es similar al juicio del año 2012", porque "se le atribuye lo que se denomina en dogmática penal tipos de omisión, lo que implica describir cual es la conducta debida lo que supone establecer claramente la situación típica, la ausencia de la acción ordenada y capacidad de efectuar la conducta debida. Debe distinguirse los supuestos de atipicidad por imposibilidad de efectuar lo ordenado y de ausencia de conducta"... pero eso no sucede.

De hecho, en el caso de María, hasta el derecho a defenderse le fue negado: sin describir ni cuándo ni cómo supuestamente "omitió" su deber de custodia a la niña supuestamente abusada por dos jóvenes que se encuentran hace 5 años en prisión, María Ovando irá nuevamente a juicio por conclusiones que carecen de cualquier tipo de prueba o sustentación.

Por el contrario, María es juzgada nuevamente "por su calidad de madre, a partir de un modelo de desempeño ideal que no coincide con los recursos económicos, sociales y culturales que posee", dicen desde su defensa, y destacan que "se la juzga por no haber impedido un hecho del cual además no se tiene mayores datos, ni respecto al tiempo ni al lugar. Se lleva a debate el fracaso de su función de madre, entendida esta desde una mirada patriarcal. No ha cumplido el rol esperado, la maternidad patriarcal". Y tampoco con esa carga individual de garantizar la reproduccion, que impone para las mujeres este sistema capitalista.

El debate seguirá en estos días, a cargo del Tribunal Penal 1 de Eldorado, y se estima que se prolongará los días 22, 23 y 24 del corriente. María Ovando y los dos jóvenes presos, amigos de sus hijos, deberán enfrentar los cargos de "abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado y abuso sexual gravemente ultrajante para la víctima doblemente calificado".

Miemtras tanto, la causa que le adjudica injustamente el Estado avanza al compás de la causa civil que María le inició al Estado por tanto maltrato. "Es una muestra de la impunidad con la que actúa el poder judicial", dice una de sus abogadas del Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género, que también denuncia persecusión.

En estos días se esperan nuevas movilizaciones y acciones del movimiento de mujeres de Misiones para repudiar este nuevo ataque y exigir la absolución de María y el cese de la persecusión.