A diez años del asesinato del joven militante del Partido Obrero, el homenaje de uno de los protagonistas de esa larga lucha en la Línea Roca contra la tercerización y la precarización garantizadas por la burocracia sindical y el Gobierno kirchnerista.
Lunes 19 de octubre de 2020 23:48
Este 20 de octubre se cumplen diez años del cobarde asesinato de Mariano Ferreyra por parte de una patota organizada por José Pedraza y la burocracia de la Unión Ferroviaria. Mariano vivirá por siempre en la memoria de los miles de ferroviarios tercerizados que en 2010 salimos a luchar contra la tercerización y por nuestro pase a planta permanente.
Aquel 20 de octubre la Policía Bonaerense y la Federal liberaron la zona para facilitar el accionar de la patota integrada por miembros de la conducción del sindicato junto a barra bravas reclutados por ellos mismos. Buscaban impedir nuestro reclamo a punta de pistola.
Mariano fue baleado a varias cuadras de las vías, cuando el corte ya había sido levantado, poniendo en evidencia la animosidad y la decisión que los movía para quebrar nuestra lucha.
Aquel ataque, en el que también resultaron gravemente heridos Elsa Rodríguez y Nelson Aguirre, no fue un hecho casual. Un par de meses antes habíamos realizado el histórico corte en la estación Avellaneda, donde demostramos la fuerza de nuestra lucha y la organización que habíamos alcanzado.
Fue a partir de ahí que el Gobierno, encabezado por Cristina Kirchner, redobló sus fuerzas para dividirnos y desorganizarnos. Por un lado, intentó desviar nuestro reclamo de pase a planta a cambio de una recomposición salarial del 80 % de lo que cobraba un ferroviario efectivo. Ante esa maniobra nuestra agrupación se mantuvo siempre firme, llamando a mantener nuestro reclamo de pase a planta, reincorporación de los despedidos y fortalecimiento de movimiento de lucha.
El Gobierno estaba decidido a mantener la tercerización a toda costa. Para ello inició una serie de ataques, persecuciones e intentó demonizarnos ante la opinión publica, queriendo hacernos aparecer como "izquierdistas" que solo buscábamos "generar violencia".
Fue esa campaña sucia la que le fue dando aire a los burócratas y su patota para terminar realizando el ataque del 20 de octubre, que terminó con la vida de nuestro compañero Mariano Ferreyra, un joven militante del Partido Obrero y solidario con nuestra lucha.
Pablo Díaz, de la Unión Ferroviaria e integrante de la Comisión de Reclamos del Roca, ante todos los medios lo había dicho claramente: "lo que la Policía o haga, lo vamos a hacer nosotros".
El clamor popular por juicio y castigo para quienes mataron a Mariano Ferreyra fue ganando las calles y el Gobierno se vio obligado a “jugar el pellejo” de José Pedraza y de algunos miembros de la patota para esconder su responsabilidad política.
En el juicio, realizado recién en el año 2013, Pedraza fue condenado a solo quince años de prisión con el privilegio de que parte de la misma la cumpliera en su lujoso departamento en Puerto Madero.
En ese juicio también saltó a la luz la complicidad y el encubrimiento del gobierno “nacional y popular” de Cristina Kirchner con este verdadero crimen de Estado. Allí se conocieron las distintas escuchas telefónicas entre Pedraza y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Es increíble que tanto él como el resto de los funcionarios involucrados, como el secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi (el subsecretario Antonio Luna murió sin ser juzgado) al día de hoy sigan impunes.
También lo están los jerarcas de la empresa gerenciadora, responsable de que miembros de la patota hayan sido liberados de sus tareas y se les permitiera abandonar sus puestos de trabajo para participar del ataque del 20 de octubre.
Todos ellos estaban unidos para mantener la estafa laboral de la tercerización. Desde el propio Estado, el Gobierno, pasando por los funcionarios de la concesionaria Ugofe hasta la burocracia pedracista, que insólitamente gerenciaban su propia empresa tercerizada. Contra ese negociado nos levantamos nosotros con nuestra lucha. Nadie nos regaló nada.
Hoy, diez años después y otra vez bajo un gobierno kirchnerista, sectores de los ferroviarios siguen tercerizados al igual que en muchas empresas y establecimientos del país. En el caso del Ferrocarril Sarmiento está la empresa Cy5 y en el San Martín y el Mitre está Murata, claros ejemplos de colaboración entre empresas, Estado y conducciones sindicales para precarizar y degradar aún más nuestras condiciones de vida.
Ante la profundización de la crisis económica en el marco de la pandemia del coronavirus, en la mayoría de los casos muchos de esos trabajadores y trabajadoras son despedidos y empujados a una miseria mayor, que ni siquiera les permite poder tener un lugar donde vivir. Eso es lo que puso en evidencia la lucha por tierra y vivienda en Guernica, protagonizada por miles de familias integradas por extercerizados-as y precarizados-as que lo perdieron todo.
Por eso la lucha por el pase a planta permanente de todas y todos los ferroviarios, que hace diez años desató un conflicto histórico, hoy sigue estando tan o más presente en un contexto de crisis profunda. No debe ser la clase trabajadora la que baje sus banderas ante las amenezas de los empresarios y sus agentes políticos.
Para terminar con la tercerización y la precarización hace falta luchar por una salida anticapitalista. Hace falta recuperar los sindicatos para unir las filas de la clase trabajadora y que ésta encabece y tome como suyas las demandas de los sectores empobrecidos. Este es nuestro homenaje a Mariano Ferreyra.