A cuatro años de la desaparición de su hija, Marta sigue denunciando a los gobiernos de turno, a la justicia patriarcal y a la policía: un Estado que conforma una compleja trama para custodiar los negociados del narcotráfico, la trata y la prostitución.
Sabrina Ramírez @sabry.ram
Lunes 26 de julio de 2021 00:05
Johana Ramallo: a cuatro años de su desaparición. Entrevista a Marta Ramallo - YouTube
Cámara y edición: Natalí Sznek y Agos Fernweh
Hace cuatro años Marta pasaba la noche junto a sus hijos y esperaba que Johana volviera. Como cada vez que una tormenta se avecinaba, decidieron juntar las camas en una habitación, la única que no permitía a las molestas gotas filtrarse por el techo.
La mañana del 26 la flaca no volvió, Marta intuyó que algo estaba mal, ¿no se habrá ido de joda? No. Estaba segura. Se puso su mochila y salió a buscarla, sin obtener respuesta volvió al atardecer. La escena se repitió al otro día: su hijo asomándose por la ventana y preguntando "¿Y? ¿la encontraste, la trajiste?". A las 48 horas se dijo a sí misma, a modo de promesa, "bueno, salgo y me llevo al mundo puesto, pero a mí me tienen que devolver a mi hija". Y así fue.
Tuvo que aprender de leyes y poderes, romper la cotidianidad, aprender qué era la DDI, qué es una querella, qué es un GPS. Se chocó de frente con un poder judicial que se negó sistemáticamente a investigar la desaparición de Johana como una víctima de red de trata, que se negó a aceptar las pruebas que ella misma conseguía investigando en lugares por demás oscuros. Esa justicia que cuando encontró los restos de Johana en Palo Blanco tardó meses en compatibilizar el ADN, para luego responderle, "ay señora, ¿sabe cuánta gente vive sentada en una silla de rueda sin una pierna?".
Chocó de frente con la policía, esa gorra que hostigó a sus hijos durante años, y que ahora la ninguneaba cuando iba con denuncias. Esa misma fuerza que regentea el narcotráfico y las redes de trata, que persigue a las mujeres que ejercen la prostitución, como en el caso de Soraya.
Marta la conocía, un día caminando y buscando información se la cruzó en la calle, ella le dijo que sabía lo que había pasado con su hija. Hace unas semanas Soraya fue brutalmente asesinada a balazos en diagonal 73 y 64, a unas pocas cuadras de donde se llevaron a Johana. "A nuestras pibas las callan", afirmó Marta.
La vulnerabilidad, la violencia y la muerte son moneda corriente. "El Estado abandonó a Johana mucho antes de su desaparición, sacándole un apoyo escolar que Johana venía teniendo en el Ellas Hacen, sacándole el apoyo psicológico que Johana venía teniendo, las capacitaciones de costura, de aprendizaje".
"Acá hay más que una red de narcotraficantes y una red de trata, acá hay políticos metidos", dice Marta, saca conclusiones y golpea la mesa. No importa quién esté en el poder, las pibas y pibes siguen desapareciendo, como Tehuel, como Guadalupe, pero también como Facundo Castro y Camila Cinali casos que continúan sin respuesta, o como Jorge Julio López.
Exige al gobierno local de Julio Garro, a Axel Kicillof, Alberto Fernández y al nuevo juez de la causa, Ramos Padilla, que le den hechos, no palabras, porque en la causa aún no hay ni un sólo imputado, y hasta no hace mucho, tampoco había una línea de investigación.
Caminando, también, cuenta Marta aprendió lo que es la fuerza de las mujeres cuando se unen y pelean, qué es el feminismo, la organización desde abajo, y conoció a militantes y luchadoras, algunas referentes de la ciudad, como Rosa Bru, o Nelly Gamboa. Aprendió a mirar el mundo con otros ojos, para cambiarlo.
A cuatro años de la desaparición de Johana, nos abrió la puerta de su casa, una vez más, para poder realizar esta entrevista, para contarnos qué pasó, pero también cómo era Joa, cómo llenaba la casa de risas. Su compañera infalible. Marta la ve en sueños, le pide que "donde ella quiera que esté, que me siga dando la fuerza que me dio hasta ahora, hasta el día que yo vaya a juicio y que paguen los que tengan que pagar. Yo siempre digo que por cada lágrima de su hija y por cada lágrima de Johana voy a seguir exigiendo justicia".
Invitamos a participar hoy 26 de julio en la Radio Abierta y concentración en Tribunales, convocada por la Multisectorial de mujeres, trans, travestis, lesbianas, y bisexuales de La Plata, Berisso y Ensenada, a las 16 hs. Para seguir exigiendo: basta de redes de trata, el Estado es responsable.