Las elecciones de Virginia y Nueva Jersey y la reelección del alcalde De Blasio en Nueva York se transformaron en la primera prueba electoral de Trump. Victoria demócrata y preocupación republicana.
Celeste Murillo @rompe_teclas
Miércoles 8 de noviembre de 2017 13:14
¿La primera elección de 2018?
Un año después del triunfo de Donald Trump, las contiendas electorales en Virginia y Nueva Jersey, que eligieron gobernador, y Nueva York, que eligió alcalde, se transformaron, para muchos, en una suerte de referéndum del gobierno del magnate. Pero sería más preciso hablar de una primera prueba de fuerzas hacia las elecciones de medio término en 2018. Demócratas y republicanos siguieron de cerca los resultados y empiezan a debatirse estrategias y realineamientos.
La elección en Nueva Jersey estaba casi definida antes del martes 7 a favor del demócrata Phil Murphy. El gobernador Chris Christie, uno de los primeros funcionarios de alto rango en apoyar a Trump y asesor de su campaña, no fue candidato pero cargó con la derrota republicana en su estado por más de 10 puntos. Ya en las presidenciales, los demócratas se habían impuesto en Nueva Jersey. El martes, Murphy le ganó a la vicegobernador de Christie, Kim Guadagno.
En la carrera más cerrada de Virginia, el vicegobernador Ralph Northam retuvo la gobernación para los demócratas con 9 puntos de ventaja. Derrotó a Ed Gillespie, exmiembro del Comité Nacional Republicano y no alineado claramente con el gobierno de Donald Trump. El presidente aprovechó esta derrota para lanzar una advertencia al resto del partido y prometió nuevas victorias para los republicanos.
El partido Demócrata también se impuso en una serie de elecciones locales en Detroit, Atlanta, Seattle y Carolina del Norte. Los republicanos solo consiguieron una victoria importante en Utah. La elección con mayor peso simbólico sin duda tuvo lugar en Virginia, donde la banca estatal quedó en manos de la demócrata Danica Roem, la primera política abiertamente transexual en ganar un escaño. Roem derrotó a Bob Marshall, legislador hace más de 25 años, que impulsó leyes contra personas transexuales y apoyó la prohibición de que gays y lesbianas sirvan en la Guardia Nacional.
Preparativos para 2018
La elección de Virginia fue seguida muy de cerca por la Casa Blanca y las direcciones nacionales de los partidos porque podía dar alguna pista sobre cuánto influencian los bajos porcentajes de apoyo al presidente en las elecciones, pensando en 2018. Aunque Gillespie hizo una campaña parecida a la de Trump (apoyada en la xenofobia y con un fuerte discurso contra el crimen) no fue suficiente.
Según varias encuestas realizadas en Virginia, para la mitad de los electores que votaron el martes 7, a pesar de no estar en la boleta, Trump fue un factor decisivo para votar por uno u otro candidato. Y el presidente, de gira por Asia, se apuró a culpar al candidato republicano por no alinearse más decididamente con su política: “Ed Gillespie trabajó mucho pero no me apoya a mí ni lo que defiendo. No lo olviden, los republicanos ganaron 4 escaños de 4, y con la economía alcanzando números récord, ¡seguiremos ganando, incluso con victorias más grandes que antes!”, dijo Trump desde su cuenta de Twitter cuando se conocieron los resultados.
Ed Gillespie worked hard but did not embrace me or what I stand for. Don’t forget, Republicans won 4 out of 4 House seats, and with the economy doing record numbers, we will continue to win, even bigger than before!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 8 de noviembre de 2017
La tercera disputa del martes 7 fue en la ciudad de Nueva York, en la que resultó reelecto el actual alcalde Bill De Blasio. El demócrata derrotó con el 66,1% a la republicana Nicole Malliotakis que consiguió el 28,1%. De Blasio se ha presentado como el defensor de los valores progresistas y cosmopolitas neoyorkinos, aseguró que continuará su lucha para que Nueva York sea una “ciudad santuario”, contra las políticas xenófobas de Trump, y profundizará su proyecto de guarderías públicas para niños y niñas menores de 3 años, una de las claves de su apoyo, especialmente entre la comunidad negra e hispana.
Aunque solamente casi un 20% de los neoyorkinos votó por Trump en noviembre de 2016, De Blasio logró la primera reelección de un demócrata en la alcaldía de la ciudad desde hace 30 años. A su favor, el triunfo le permite seguir impulsando su agenda progresista, que contó con el apoyo del excandidato Bernie Sanders. Sin embargo, todavía debe encontrar su lugar en la estrategia demócrata, y probar que puede mantener el apoyo entre el electorado blanco y la clase media alta neoyorkina. Tanto el expresidente Barack Obama como la excandidata Hillary Clinton participaron y apoyaron a los candidatos demócratas, especialmente en Virginia, donde apostaron a una victoria lo más amplia posible.
Las victorias electorales del martes 7 pueden representar una mejora en la moral golpeada de los demócratas después de la derrota presidencial que cumple su primer aniversario. Esto no significa que hayan encontrado aún una estrategia para canalizar el sentimiento anti Trump que se extiende en amplios sectores de la población.
Pero los problemas demócratas superan esta elección, con un partido atravesado por acusaciones y divisiones. La última semana, la expresidenta interina Donna Brazile anticipó el contenido de su libro, donde recorre la crisis que encontró al hacerse cargo del Comité Nacional Demócrata con la salida de Debbie Wasserman Schultz. Vale recordar que Wasserman se vio obligada a renunciar en medio de la Convención que nominaría a Hillary Clinton cuando se reveló que la dirección del partido había favorecido la campaña de la exsecretaria de Estado contra Bernie Sanders.
Trump, por su lado, todavía tiene que demostrarle al partido republicano que es capaz de arrastrar el apoyo del electorado que lo acompañó en las presidenciales a pesar de que su imagen esté golpeada después del primer año en la Casa Blanca. La tensión que cruza la relación entre Trump y los republicanos tuvieron su capítulo más ríspido en los debates parlamentarios, con un bloque dividido y un partido que todavía debe delinear su estrategia para enfrentar a los demócratas en las elecciones de medio término que reordernarán mayorías y minorías en el Congreso y el Senado.
Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.