Un diálogo con el autor de la más importante investigación sobre el Grupo Clarín. Mucho más periodismo de orden que periodismo de guerra.
Fernando Rosso @RossoFer
Domingo 2 de octubre de 2016 02:46
Fotografía: Sebastián Linero // Enfoque Rojo
Periodismo de orden
La inmensa mayoría de artículos que reseñaron los libros de Martín Sivak sobre la historia de Clarín no pudieron independizarse de la “grieta”. En una orilla destacaban que la investigación desenmascaró a Héctor Magnetto y mostró su verdadero rostro, que coincidía exactamente con la construcción oficial del enemigo perfecto. En la vereda de enfrente, resaltaban que quedó develada la operación kirchnerista y caían como castillo de naipes todas las mentiras en torno a una empresa que fue una simple víctima inocente de la persecución política (Osvaldo Pepe, Revista Ñ, 15/09/15). Lo que los libros juntaban, la “grieta” lo volvía a separar.
La declaración de Julio Blanck a La Izquierda Diario, reconociendo que en los últimos años habían ejercido un supuesto “periodismo de guerra”, sacudió el avispero y reinstaló el uso maniqueo para las disputas de pequeña política.
Esta entrevista (y la investigación de Sivak), entre muchas otras cosas, derriba algunos mitos: a lo largo de su itinerario, Clarín practicó mucho más un “periodismo del orden” que un periodismo de guerra, y el “periodismo independiente” fue absolutamente dependiente de todos los gobiernos y de su interés empresarial, más allá de la narrativa del Grupo.
En sus orígenes, Clarín recibe beneficios estatales, créditos, ayuda y papel de parte de Perón y el primer peronismo; el enorme predio que ocupa la redacción se lo concede Arturo Frondizi; Papel Prensa lo obtiene gracias a la dictadura; la posibilidad de entrar en la radio (adquiriendo Radio Mitre) la consigue gracias a la interesada “vista gorda” de Raúl Alfonsín; el ingreso a la TV y a Canal 13: Menem lo hizo; con la Alianza tiene una relación obscena y especialmente con su niño mimado: Carlos “Chacho” Álvarez; la Ley de Quiebras que salvó a Clarín es un regalo de Eduardo Duhalde (y de todos los partidos tradicionales que la votaron, incluida la por aquel entonces representante del pueblo de Santa Cruz en el Senado), la Ley de Bienes Culturales (una segunda salvación) es un obsequio de Néstor Kirchner, complementado con el “7D” más preciado, cuando el expresidente habilita la fusión de Cablevisión y Multicanal, horas antes de dejar el sillón de Rivadavia. En el presente, en los inicios de la era Macri, ya logró habilitación para avanzar en su expansión irrefrenable.
El Grupo es un fiel representante de la fantasmal “burguesía nacional”, dependiente y prebendaria del Estado al que esquilma en función de sus intereses privados y nada “nacionales”, con la especificidad de que Clarín siempre logró presentarlos, en palabras de Sivak, como el “interés general”. Cómo Techint, con la diferencia de que los tubos sin costura no hacen agenda.
Si la democracia es la mejor envoltura de la dictadura del capital, el “periodismo independiente” es el mejor revestimiento para el mezquino interés patronal.
Intrínsecamente relacionado con esto, también queda develada una realidad: a lo largo de toda su trayectoria y especialmente con el poder alcanzado en las últimas décadas, Clarín practicó mucho más un periodismo de orden que un periodismo de guerra. Sólo como ejemplos están el ocultamiento de la verdad en torno a la profunda crisis de la convertibilidad y la real situación de los bancos hacia el fin del Gobierno de la Alianza o el camuflaje de la protesta social bajo el Gobierno de Duhalde y... de Kirchner. La excepción, ya en proceso de “guerra-divorcio”, fueron los piquetes de los dueños de la tierra durante la llamada “crisis del campo”. Periodismo con conciencia de clase.
En un extenso diálogo, repasamos a Clarín antes, durante y después del primer peronismo; su rol bajo la Revolución Fusiladora y hasta en el famoso caso Satanowsky magistralmente narrado por Rodolfo Walsh; la función del desarrollismo todo terreno en la orientación del medio, la historia completa de Papel Prensa y su ubicación frente a la dictadura, incluida la intrincada cuestión de los hijos irregularmente adoptados por Ernestina Herrera de Noble, difícilmente enmarcable en un asunto de índole privado; los mitos y realidades de la relación con Alfonsín y las llamativas semejanzas con la “batalla” perdida del kirchnerismo; el despliegue bajo el reinado neoliberal; el apoyo a la Alianza y al progresismo que votó “con la gorrita de Clarín”; la empatía con el kirchnerismo de los orígenes y el “acompañamiento” a Macri en el presente. La entrevista se condimenta con la historia de “los malditos” (entre ellos Carlos Salvador Bilardo y el misterioso caso del “suicidado” Mario Krasnov), la industria y el negocio de lo “no publicable” y una opinión sobre La Izquierda Diario.
Martín Sivak es sociólogo, periodista, docente y autor de libros de no ficción. Realizó la más profunda investigación sobre la historia de Clarín publicada en dos libros: Clarín, el gran diario argentino: Una historia (Tomo 1, 2013) y Clarín, la era Magnetto (Tomo 2, 2015). Es autor además, de otros libros como El asesinato de Juan José Torres; El dictador elegido: Biografía no autorizada de Hugo Bánzer Suárez; El doctor: Biografía no autorizada de Mariano Grondona; Santa Cruz: una tesis; y Jefazo: Retrato íntimo de Evo Morales que fue traducido al inglés, francés, italiano y recientemente al chino.
Para brindar a nuestros lectores una historia crítica, más allá de los slogans, de un medio que es a la vez una empresa y un “partido”, La Izquierda Diario entrevistó a Martín Sivak.
La entrevista completa de más de una hora puede leerse en el texto y ponemos a disposición una síntesis en video.
Vamos a empezar por el final y después seguramente nos vamos a remontar a la historia pero, vos que sos el autor original del concepto ¿qué fue para Clarín o qué es el “periodismo de guerra”?
Vos decís al final de tu segundo libro que no había ninguna autocrítica de Clarín. Ni autocrítica de su posición empresarial ni autocrítica de su posición periodística. ¿Cómo leíste lo que dijo Julio Blanck a La Izquierda Diario en términos de esa “confesión”?
Yo tampoco veo a Clarín como un grupo tan homogéneo, me parece que hay líneas, hay halcones y palomas en todo sentido y en muchos
¿Lo de Blanck lo viste como parte de un correr la frontera, el límite de lo que se podía decir o un intento de cambio de paradigma de Clarín?
Con Perón y contra Perón
Remontándose a la historia, detrás de la definición de “periodismo independiente”, desde su nacimiento, Clarín y en general los medios tuvieron mucha ayuda estatal. Siempre crecieron o se salvaron al amparo del Estado. En el peronismo en principio ¿cómo fue esa relación?
En el momento que es más dependiente recurre a la idea del periodismo independiente
¿Cómo se expresó en el peronismo, cómo fue la relación de Clarín con el peronismo?
Entonces Clarín, y esto es interesante, nace en agosto del `45, antes del 17 de octubre e inicialmente asume una posición muy crítica con el peronismo. Y ahí también es un momento interesante para ver la prensa que se ve a sí misma como profesional o balanceada. Félix Luna, que precisamente no era peronista, en su libro El 45 -creo que es uno de sus mejores libros-, ahí toma las medidas de cuánto La Nación y La Prensa le asignó a Perón en la cobertura electoral: 10 % y 90 % fue para la otra fórmula. O sea, cualquiera de estas ideas, digamos, de balance ahí no aparecía. Clarín se suma a esa idea de atacar o desconocer la candidatura de Perón, pero es el primero de los diarios que reconoce la victoria electoral en marzo. Eso es interesante, porque si uno ve los documentos de la embajada de Estados Unidos, eso le llama mucho la atención a Washington, preguntan: ¿Por qué Clarín? ¿Quién está detrás de Clarín?
Entonces, Clarín lo que hace es, desde más o menos septiembre u octubre del 46, hasta septiembre del ‘55 acompaña al Gobierno peronista. A cambio recibe enormes beneficios estatales, créditos, ayuda, papel; en un momento en que el gobierno peronista manejaba discrecionalmente el papel y a cambio le entrega la línea editorial.
Lo que es interesante son los documento de Raúl Apold, el jefe de propaganda. Hay un documento donde para el año ’52, cuando es la reelección de Perón, Apold hace una suerte de mapa de los medios de comunicación: dice que hay opositores, hay oficialistas y hay independientes. Y hace una mención muy concreta a Clarín: “Aunque aparece como independiente en los temas centrales nos apoya”. Eso lleva a situaciones ridículas, por ejemplo, Noble desplaza a un crítico teatral porque hizo una reseña negativa de una de las obras organizadas por Apold. Es decir, Noble le suma ese estilo.
Perón se enoja tanto con Clarín al ver que sin transiciones pasa al antiperonismo que le pide a este secretario de prensa: cierre Clarín
Cuando empieza a tambalear el Gobierno peronista, sin ninguna transición, Clarín se vuelve violentamente antiperonista y lo que cuento en el libro es que Perón ordena el cierre de Clarín, hubiese sido el único cierre de Clarín. Esto es a partir de un testimonio que dio el secretario de prensa de Perón y que está en uno de los expedientes, Perón se enoja tanto con Clarín al ver que sin transiciones pasa al antiperonismo que le pide a este secretario de prensa: cierre Clarín. En el contexto del golpe de Estado, obviamente de un poder que se licúa, no tiene la suficiente fuerza para cerrar el diario.
Lo más curioso de estos cambios tan abruptos es que Clarín no pierde lectores. Uno podría suponer que para el año ’55, el lector de La Vanguardia, el diario del Partido Socialista o de La Nación, si esos medios cambian tan radicalmente iba a afectar su lectorado, el caso de Clarín no, porque precisamente, y esto es una hipótesis porque no tenemos estudios sobre el lectorado de Clarín, no es tan exigente, no le demandan coherencia ideológica como si los medios clasistas le demandan a sus publicaciones. Entonces, ahí Noble encuentra un método: asociarse con un Gobierno, recibir beneficios, flexibilizar su línea editorial y después cambiar abruptamente sin perder lectores. Y en lo que es una suerte de caricatura de sí mismo, después Noble le pide a la Revolución Libertadora una indemnización por haber sido afectado económicamente durante el Gobierno peronista. Entonces, desarrolla una suerte de método, primero para sobrevivir como empresario y después para expandirse.
Fotografía: Sebastián Linero // Enfoque Rojo
De esa etapa me resultó muy interesante un hallazgo: el tema de la participación de Clarín en el caso de Marcos Satanowsky, que después fue narrado magistralmente por (Rodolfo) Walsh. Es el intento de recuperación del diario La Razón por parte de la familia Peralta Ramos y el asesinato de Satanowsky ¿cómo es esa participación?
Si, Héctor Salís que trabajaba para Noble y que tuvo una reunión no sé si con los Peralta Ramos y Walsh lo describe como “cada palabra una extorsión y cada párrafo una amenaza”.
Desarrollismo todo terreno
La hegemonía desarrollista o el desarrollismo en general como ideología, en un sentido veo que le sirvió a Clarín para hacer de todo: desde (Arturo) Frondizi hasta las privatizaciones de Menem. Pero ¿qué rol cumplió esa visión política y económica dentro de la dirección de Clarín en esos años?
Clarín tenía un método, un lectorado que lo sigue y es parte de su éxito. Clarín es lo que es no solamente por sacarle cosas a los gobiernos, sino por tener una audiencia y poder fidelizar y ampliar esa audiencia. Lo que le faltaba a Clarín era una ideología que le permitiera transitar los años siguientes porque era percibido por las elites políticas y económicas como un diario zigzagueante, incoherente política y económicamente. Entonces, el desarrollismo le prestó ese paraguas que Clarín mantiene hasta hoy, y como decís vos es un paraguas tan flexible que le permite acompañar a Frondizi cuando llegó a la presidencia y también las privatizaciones del Gobierno de Menem.
Frigerio desde sus míticas oficinas de la calle Córdoba orientaba al diario aunque obviamente, formalmente el control y la dirección del diario estaba en la viuda de Noble
También lo que le dio inicialmente es una serie de beneficios gubernamentales durante la presidencia de Frondizi, entre otras cosas el enorme predio en el que Clarín ocupa la redacción y donde Magnetto tiene su redacción es parte de esa serie de beneficios que recibió. Y fue mucho más que eso, porque cuando Noble se enferma le cede el control a Rogelio Frigerio, que es el ideólogo o uno de los ideólogos del desarrollismo. Tiene una presencia importante, Clarín nunca lo pudo reconocer, por eso no lo pudo integrar al panteón de sus figuras. Pero Rogelio Frigerio es una figura decisiva desde el año ‘65 hasta el ‘82.
La idea del MID (Movimiento de Integración y Desarrollo) fue usar a Clarín para instalar la agenda desarrollista, pero se propuso también que no sea visto como un órgano del MID. Entonces, ubicó al secretario de redacción, en la sección economía y la sección editoriales ubicó una serie de cuadros políticos para controlar eso pero sin lucir como partisanos. Creo que eso funcionó, hasta el ‘82 que fue despedido, funcionó. Frigerio desde sus míticas oficinas de la calle Córdoba orientaba al diario aunque obviamente, formalmente el control y la dirección del diario estaba en la viuda de Noble.
Muchacha ojos de papel
Las dos banderas tomadas exclusivamente por el kirchnerismo de estos años fueron: la discusión sobre los hijos de Ernestina de Noble y Papel Prensa. Me pareció interesante esa aparte de tu libro donde decís que fue “robarle el papel a un ladrón”. Porque es como que se contaban dos partes de la historia. ¿Cómo sería la historia completa de Papel Prensa?
El caso de Papel Prensa es distinto, porque hay una historia, hay una investigación judicial, hay un expediente y ahí también las explicaciones de Clarín han sido pobrísimas, tanto los dueños de Clarín como los de La Nación le deben, al menos a sus lectores una explicación sobre algo que es muy pero muy difícil de sostener.
Es decir hay una historia previa, esta historia previa es la vulnerabilidad de la industria gráfica en Argentina: uno de los diarios con mayor cantidad de lectores en América Latina, no producía papel. El primer intento se da en la oficina de Noble, es el primero que convoca a todos los editores en el año ‘68 para buscar algún tipo de asistencia estatal para desarrollar una empresa de papel. Pero después, esa experiencia va pasando de un grupo político a otro: primero (Agustín) Lanusse le da el control a Civita (familia propietaria de Editorial Abril NdR), en una licitación que es dudosa; después (José Ber) Gelbard-(David) Graiver*; y después la parte más conocida donde la dictadura militar presiona a los dueños para vender y le da el visto bueno a los compradores para comprar. Ahí la debilidad de Magnetto es presentar eso como una suerte de acuerdo entre privados, porque si algo no hubo ahí es un acuerdo entre privados. Más allá de cierta enorme insensibilidad frente al dolor de los otros, que es uno de los temas que Clarín ha tenido durante muchos años es una notable insensibilidad frente al dolor de los otros.
*Aunque no a través del método que incluya torturas, el banquero David Graiver se apropia de Papel Prensa, con métodos mafiosos y extorsivos sobre sus anteriores propietarios, en una alianza con el Estado y especialmente con la ayuda política y financiera del ministro de Economía, José Ber Gelbard. La otra cara de la historia.
La relación con la dictadura: ¿criticaba la política económica y apoyaba al régimen político, incluso más que otros medios, no?
Ahora, las críticas fueron más bien livianas, no pensemos en Clarín criticando a la política económica de (Raúl) Alfonsín, eran críticas a ciertos aspectos de la política económica y siempre buscando el general desarrollista. En un momento, cuando (Emilio) Massera se suma a las voces críticas de las políticas económicas recibe en el diario un tratamiento… (positivo NdR). Aparte de los encuentros que tenía Massera con Frigerio y con muchos de la conducción del diario, porque aparecía como el oficial que podía llevar adelante la agenda desarrollista.
Hay una cosa que es importante y es una de las debilidades del argumento de Clarín: decir que lo de Papel Prensa no afectó a la línea editorial. Lo que yo cuento en el libro con mucho detalle a partir del testimonio de los principales conductores de la redacción, de los empresarios, etc., es que la asociación con el régimen militar influyó en la línea editorial, no fue menor, tuvo un notable impacto y eso si bien la decisión de Clarín como la mayoría de los diarios fue apoyar el Golpe y continuar en el apoyo al régimen, obviamente que Papel Prensa, en algún sentido contribuyó a que esa afinidad y simpatía se prolongase en el tiempo.
Quizá lo más novedoso de Clarín, que lo distingue entre los otros diarios, es que si uno ve todas las listas de venta, el promedio de cómo eso funcionaba, hay una retracción de la lectura de los diarios, de los libros y de las revistas y el único diario que crece exponencialmente durante la dictadura militar es Clarín. No por su oficialismo y acá es un mérito si se quiere de la parte profesional del diario y es que su conductor, especialmente Marcos Cytrynblum, descubre en la hiperdeportivización de Clarín una forma de mantener vivo un diario, que era un diario de una grisura insoportable: boxeo en la tapa, tenis en la tapa; encontró más lectores en un momento en que los diarios no podía encontrar lectores. Por eso es que salió tan fortalecido de la dictadura militar, Clarín sale con Papel Prensa y como el diario más leído, por eso es imposible desligar la relación de Clarín con esos años.
Alfonsín: imagen de radio
El kirchnerismo recuperó el famoso discurso de (Raúl) Alfonsín en la Rural criticando a Clarin, ¿no? Pero al principio le permitió dar un salto importante al permitir que viole el artículo 45 de la Ley de medios vigente, que prohibía a los diarios comprar empresas de otras ramas de la comunicación.
Nunca hace evidente o público su interés privado, o sea siempre habla en nombre de un interés general.
Como diría Margarita (Stolbizer), antes de la elección Clarín podía decir “yo ya gané”, pero en ese caso, era verdad.
Hubo un diario que se llamó Tiempo Argentino, impulsado por el Gobierno a través de empresarios, por lo menos cercanos, que puso a su agrupación juvenil en la conducción política o editorial, que cerró al poco tiempo y que tuvo a sus trabajadores exigiendo seguir “Por más Tiempo”. Parece una historia muy actual, pero esa política de tener un diario propio y la política de enfrentamiento de Alfonsín con Clarín ¿cómo la ves?
Es decir, pensar que Alfonsín solo se valió de la Constitución me parece que es errado. Lo mismo Tiempo Argentino, en la discusión con el Gobierno radical, Alfonsín creía que con el apoyo más o menos estable del diario La Nación, el Gobierno no necesitaba de un diario. Ahora, prevaleció la idea de los jóvenes de La Coordinadora de un órgano propio, además de tener, por supuesto, la radio y la televisión estatal. Me parece que en términos generales, Tiempo Argentino fue un intento fallido de tener un diario propio. No fue el único: Dante Caputo con dinero de Jacobo Filkenstein, un banquero, también tuvo su semanario, tampoco es algo nuevo de la democracia.
En el esquema del Gobierno de Alfonsín lo que primaba era la idea de medios estatales y en algún sentido después del ‘87 lo que está en la discusión con la Renovación peronista es un modelo a la italiana, es decir donde los partidos políticos controlen o tengan una suerte de tutela o influencias sobre los medios estatales, con (Antonio) Cafiero eso era posible, con Menem eso no.
A mí me da la impresión, tomando esto, que lo que hizo el kirchnerismo y lo que hizo el menemismo en un sentido, fue querer dar “batalla” con la propia ley de Clarín ¿no? Murieron en la ley ajena, lo “combatieron”, tratando de armar grupos empresarios: también pasó ahora en los años kirchneristas, lógicamente, no tuvieron resultados.
Menem lo hizo
Claro, el CEI
Los años menemistas son de gran despliegue: primero empresarial y después hegemónico entre los medios de comunicación, ahí es donde obtiene licencia para desarrollarse.
Fotografía: Sebastián Linero // Enfoque Rojo
Los malditos
Un paréntesis por el capítulo de “los malditos”. No sé cuánto conocerán las nuevas generaciones: Jorge Asís es más o menos conocido, Guillermo Patricio Kelly, quedó borrado, pero a algunos nos queda en la memoria su enfrentamiento con Clarín. Ahora, el caso de (Mario) Krasnov me llamó la atención, es una historia desconocida ¿cómo es la novela de Krasnov, en los dos sentidos?
Pero la novela y el modo que se negoció ese libro, también habla de que el Gobierno de Menem, aunque fue generoso con Clarín y procuró un buen vínculo, al mismo tiempo (Eduardo) Bauzá, que era de los más dialoguistas con Clarín, de la oficina de Bauzá se financió esta novela aún inédita.
Un “maldito” también, como una nota de color, o no tanto, fue (Carlos Salvador) Bilardo
Menotti en el mundial ‘78 era columnista del diario. Hay una tapa del año ‘79: “Clarín pasó la navidad con Menotti”. O sea, Menotti tenía una muy buena relación con Clarín, con el jefe de Deporte, el jefe de Redacción. Bilardo siempre entendió que fue muy áspero su tratamiento, como trataban a su selección. Entonces, cuenta su supuesta alianza con los quiosqueros para los días que había notas críticas de Clarín: supuestamente daban vuelta la tapa de Clarín. La imagen es: Bilardo yendo por los quioscos de Buenos Aires, pidiendo que no se lea Clarín. Fue un modo anticipatorio al que muchos funcionarios del Gobierno anterior también pensaban que no se vea la tapa como si esa tuviera tanto impacto.
Chacho y la Alianza “con la gorrita de Clarín”
En los años de la Alianza ves un giro. Yo lo tomé para preguntarle a Blanck: Clarín se asume como “pilar de la gobernabilidad”. Y por otro lado, hay una afinidad fuertísima con Chacho Álvarez ¿no? Que después estuvo cercano al kirchnerismo, pero la frase que me quedó es: “nosotros votamos con la gorrita de Clarín”.
En el caso de Chacho Álvarez, con la agenda era la corrupción. Clarín llega tarde a la agenda de la corrupción de otros diarios como Página/12, pero cuando se suma, lo hace sin el estilo y los tonos del modo que cubrió el kirchnerismo, pero empieza a instalar el tema de la corrupción. Chacho Álvarez era el político que tenía mayores simpatías en la redacción de Clarín, de La Nación y de Página/12. En el caso del Gobierno de la Alianza me parece que parte del conflicto instalado con el Gobierno de Menem hace que Clarín, en algún sentido apoye esa fórmula, a (Fernando) De la Rúa y Álvarez hasta los últimos minutos. Ahí también, casi sin transiciones, empiezan estas críticas y me parece muy relevante esta idea de pilar de la gobernabilidad. En la racionalidad de los conductores periodísticos: si Clarín contaba todo lo que sabía sobre el estado de los bancos el 1° de diciembre, el Gobierno de De la Rúa caía antes”.
Fue el momento de mayor desesperación de toda la era Magnetto, el momento donde se encontró frente a la posibilidad de perder el control del diario
Vos marcás que no nombraron la palabra “corralito” hasta cuando ya estaba instalado.
No era solamente una cuestión de deber cívico, Clarín estaba endeudado en dólares y quería sostener la convertibilidad por razones obvias, tenía miedo de perder el control de la empresa por la Ley de quiebras. Por eso la idea del deber cívico la relativizaría bastante. O sea, fue el momento de mayor desesperación de toda la era Magnetto, el momento donde se encontró frente a la posibilidad de perder el control del diario. Cómo fue la reacción: conseguir la Ley de Quiebras que fue votada por el peronismo, el radicalismo y los restos del Frepaso. Otra manera exitosa, donde Clarín actúa como líder de industria e invoca un interés general y consigue salvarse (la modificación de la Ley de Quiebras, sus idas y venidas, salva a Clarín de su eventual entrega a los acreedores externos con los que estaba endeudado el Grupo, NdR)
En todo este período, como en la transición duhaldista, esa supuesta “ética de la responsabilidad” los lleva a ocultar hechos. Por ejemplo, ocultar la verdad sobre la situación de los bancos. O en el caso de (Eduardo) Duhalde, no reflejar la protesta social en términos de lo extendida que estaba ¿no?
Hubo una presión, un “vandorismo” por la Ley de Quiebras ¿no? Contás una cosa interesante: a la ley la envía el jefe de Gabinete de Duhalde, que era Jorge Capitanich, el mismo que años después rompe en público, una edición del diario ¿no?
PH. Diego Levy - Revista Anfibia
Es como un buen representante de la “burguesía nacional” lo que después queda en cuestión es cuán nacionales son sus intereses.
Unidos y empatizados
Julio Blanck dijo en la entrevista, que nunca vio una alianza más empática como la de Clarín y el kirchnerismo de los orígenes. ¿Fue así?
También tuvo beneficios, ¿no? La Ley de Bienes Culturales, tiene un nombre que lo ponés en tu libro que es larguísimo, para incluir todo lo que tenía Clarín…
Sin lugar a dudas fue, desde la recuperación de la democracia, la alianza más sostenida y permanente de Clarín
¿Y para vos cuál fue el punto de la ruptura?
Pero el punto de conflicto, el inicio, es la llamada crisis del campo. Ahí es cuando Kirchner ve que es un tratamiento ingrato sobre la presidenta Kirchner. Sobretodo esta idea de los piquetes. Una parte de las coincidencias entre Kirchner y Magnetto en 2003 es que TN tenía que mostrar poca conflictividad social en las pantallas. Y Magnetto es muy receptivo a eso. Basta ver TN en 2003. El cambio en el 2007 es esta idea que TN desde la pantalla estaba agitando la idea del desgobierno y la protesta callejera. Kirchner se enoja mucho. Pero yo creo que hasta la muerte de Kirchner, a pesar del "qué te pasa Clarín", había una conversación. Kirchner se seguía viendo con los directivos. El punto de quiebre, es decir cuando ya no hay posibilidad de acuerdo, es con la muerte de Kirchner. Porque Cristina asume la idea de la guerra y la lleva hasta el última día. Todavía continua en algún sentido.
Ahora, el “7D”, el 7 de diciembre de 2007 que firma la fusión entre Cablevisión y Multicanal, que vos escribís que es una gran parte de los ingresos del diario…
Clarín se convierte claramente en un despedidor serial y con una tendencia a no reconocer la agremiación de los trabajadores
Claro, fue el 7D más real que el otro. Porque el otro (2012) no cambió mucho lo que sucedía dentro de Clarín…
En términos generales, estoy de acuerdo con vos: el 7D que tenemos que mirar es el 7D de la birome Bic, que formaliza la fusión entre Cablevisión y Multicanal.
Ahí hay otra coincidencia con lo que dijo Blanck. Vos lo comparás con la política que tuvo el peronismo en términos de “viveza” política, en relación a tratar de darle concesiones, como la política del peronismo en general, a los trabajadores de prensa y atacar a la élite o a la dirección del diario, y que en el caso de Kirchner fue un ataque en regla que incluía a todo el mundo.
Te decía en relación a la política del Gobierno. Blanck dijo que Kirchner puso a los periodistas “espalda con espalda”, por la famosa conferencia en la que Kirchner ataca a un movilero, y eso lo copiaron muchos funcionarios kirchneristas. Inclusive (Héctor) Timerman le reclamó que no tenían comisión interna.
María Seoane hace una reseña muy elogiosa en la biografía oficial de Magnetto. Así que María Seoane no era alguien ajena a Clarín o a la conducción periodística de Clarín, pasa a Radio Nacional.
Es decir, que no fue solamente un abroquelamiento. Hubo muchas personas que se fueron incómodas por el tratamiento hostil, incómodas por otras situaciones. Pero también es cierto que lo novedoso en esos años es que en Clarín han convivido en las redacciones comunistas, fascistas, trotskistas, peronistas, antiperonistas, y nunca hubo ese nivel de tensión interno como el que provocó la antinomia kirchnerismo-antikirchnerismo.
Clarín, la era Macri
¿Cómo estás viendo en esta primera etapa del Gobierno de Mauricio Macri, la ubicación del diario?
Libertad de prensa y libertad de empresa
Una cosa sobre el periodismo en general. Leí algo interesante que se ejercitó en Clarín, que es la información restringida. Después se generalizó en Ámbito Financiero. Todo el universo de lo no publicable. Hoy es una práctica común. Después al público le llega información de segunda. ¿Cómo es ese mundo?
La pregunta iba en el sentido de una reflexión: dependencia del Estado y durante mucho tiempo tener que congraciarse con quien me ha hecho favores, una suerte de periodismo de comercio o tráfico de comercio. Entonces, ¿cuánto queda para la verdad?
Nítidamente de izquierda
Lo último, si la tenés ¿qué opinión te parece un proyecto como La Izquierda Diario, prensa partidaria de izquierda que se ponga un diario aprovechando las posibilidades actuales?
Fernando Rosso
Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.