En la madrugada de hoy la policía de la provincia dispuso la detención de al menos 208 personas. Una caravana de policías motorizados patrulla las calles en el marco de un virtual toque de queda que esconde las falencias de una deficiente estrategia sanitaria.
Sábado 21 de marzo de 2020 15:40
En el marco del operativo "Nadie en la calle" organizado por el Ministerio Público Fiscal de la provincia, el gobierno de Tucumán ha dispuesto el despliegue de las fuerzas represivas del estado en todo el territorio.
En la madrugada de hoy la policía ha detenido y encarcelado al menos a unas 208 personas en distintos puntos de la capital, Yerba Buena, San Pablo, Famaillá y Lules.
Los operativos se realizan con la infantería y los cuerpos motorizados de la policía, que circula exhibiendo armas de grueso calibre. En distintos videos que circulan por las redes sociales se puede escuchar el estruendo de lo que parecen ser disparos disuasivos.
Este despliegue policial en todo el territorio nacional que apunta a la individualización de la responsabilidad por la propagación del virus y se combina con una estrategia sanitaria que ni siquiera dispone de los recursos necesarios para hacer test masivos, como ocurre en otras países donde se pudo controlar el avance del virus sin cuarentenas masivas (que amenazan multiplicar el hambre y desempleo para millones de personas). En nuestra provincia, el estridente despliegue territorial de una policía acostumbrada a operar con la mas absoluta impunidad, es la contracara de una política negligente que directamente niega las denuncias de los trabajadores de la salud sobre la falta de insumos básicos para la higiene y seguridad laboral de médicos, enfermeros y trabajadores de la limpieza de los nosocomios.
Las asambleas de trabajadores de la salud pueden organizar comisiones de higiene y salubridad para relevar el verdadero estado en que se encuentran los hospitales respecto a los insumos básicos y a la capacidad de atención efectiva, en una provincia que ya antes de la pandemia se ubicaba entre las últimas del país en cantidad de camas disponibles y centros de internación por habitante.
Un plan de emergencia sanitario sostenible en el tiempo debe incluir necesariamente un fuerte aumento en el presupuesto de salud en base al desconocimiento del pago de la deuda externa, la prohibición de los despidos y el pase a planta de todos los trabajadores precarizados, la ocupación y el control obrero de toda empresa que cierre.