La Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otros gremios, buscan la intervención del derechista Nicolás Monckeberg, ministro del trabajo, frente a “despidos injustificados de seis dirigentes sindicales”.
Martes 11 de diciembre de 2018
Ya van más de cuatro mil despidos en el sector público como consecuencia de la política del gobierno de Sebastián Piñera de “sacar grasa al Estado”, mientras las direcciones de la ANEF y la CUT hacen un llamado a la paralización, con un discurso contra los despidos pero que en la práctica, su salida es que el gobierno y en particular el ministro del trabajo “cumplan su palabra”, cerrando el problema “por arriba”.
Mientras, se desarrolla un paro de los trabajadores del puerto de Valparaíso, que va aumentando su fuerza con las distintas acciones en solidaridad a lo largo del país, además se viene desarrollando también una movilización de las y los trabajadores de la Fundación Integra.
Sin embargo, estos personajes, dirigentes de los organismos de trabajadores más importantes (principalmente del Partido Comunista y el Partido Socialista), mantienen separadas estas luchas y, en el caso de los despidos en el sector público, ponen sus fichas en “las palabras” del gobierno antes que poner a disposición todo su peso parlamentario y sindical para potenciar las luchas de las y los trabajadores que ya se vienen desarrollando.
¿Rogar al gobierno?
Cuando podrían utilizar todas sus herramientas para buscar la unidad de la clase trabajadora en un plan de lucha ascendente, ruegan al gobierno que les escuche y por el lado, más para descomprimir el descontento que otra cosa, hacen llamados públicos a movilizaciones aisladas, pero concretamente en los distintos lugares de trabajo no buscan desarrollar asambleas donde las y los trabajadores puedan discutir cómo llevar a cabo dichas movilizaciones, lo que incide directa y desastrosamente tanto en el alcance de los paros, como en su participación activa, basta recordar lo que ocurrió con el “paro nacional activo” de la CUT el pasado 8 de Noviembre o con la jornada del 24 de Octubre convocada por la coordinadora No+AFP.
¿Vimos acaso a estas direcciones hacer algo en ese sentido contra los más de 8 mil despidos que han habido a nivel nacional solo este año? Nada de eso ¿Vimos acaso a estas direcciones en las luchas de las y los trabajadores que se han desarrollado hasta el momento de manera aislada? Nada de eso tampoco, han preferido las cenas millonarias con los ministros y agentes del gobierno.
Cuando despiden a miles y miles de trabajadores y trabajadoras se limitan a hablar mucho en la prensa, pero en la práctica naturalizan la desmovilización, que así mismo promueven, desechando la posibilidad de que la clase trabajadora unifique sus fuerzas en un plan de lucha ascendente que finalice en una huelga general efectiva, asestando un golpe de muerte al actual gobierno ¿Por qué? Pues porque prefieren la conciliación infértil en los salones del gobierno de la derecha antes de que las y los trabajadores excedan su capacidad de control en la lucha por sus condiciones de vida.
Para que estas luchas no queden aisladas y que de ésta forma se unifiquen las filas de trabajadores y trabajadoras para luchar contra la derecha y el empresariado, es necesario superar a estas viejas direcciones que ponen límites para ir mucho más allá.
Es necesario levantar una alternativa política independiente que se disponga a luchar, no solo por reintegrar a 6 dirigentes sindicales, sino que también para hacer frente a los despidos, mediante la repartición de las horas de trabajo sin disminución de salario.