De funcionario a traidor, de enemigo y cazador de “ñoquis” a socio, de iluso y soñador del 2023 a superhéroe del poder.
Miércoles 3 de agosto de 2022 18:35
Ilustración: Lafken.
Se ha dicho de este personaje peculiar que es domador de mercados y que sus amigos del poder reaccionaron bien a su nombramiento. ¿Serán suficientes los poderes para combatir a las fuerzas del mal y devolverle “el rumbo” a la liga de súper amigos que lo observa con ansias?
Tiene en su bolsillo “la lapicera” que le reclamaban a Alberto que use y el visto bueno de “la jefa” que dicho sea de paso, su debilidad ya no le permite ser ella misma la heroína en este lío. El “superministro” (como pidió su equipo a los medios que lo llamen) además cuenta con el poder de simpatía y confusión. Por eso, a pesar de ser el salvador de la coalición gobernante, aún sostiene un globo amarillo. Obsequio del mismo Mauricio cuando paseaba con “ventajita” como parte de la comitiva argentina por el viejo mundo.
Sus amigos de la CGT aportarán esa fuerza espiritual y de gobernabilidad que saben aportar a cada gobierno, sea el que sea. En esta ocasión, el superministro llega justo cuando se empezaba a rumorear que en algún momento habría que llamar a alguna medida dominguera, "responsable" y sobre todo en apoyo al tan debilitado presidente. Aunque también sería contra los malos que especulan con los precios, aprovechándose de la bondad del Poder Ejecutivo y la paciencia de los líderes sindicales en tiempos de salarios tan miserables.
Así es que la liga de la justicia frentetodista elige a este personaje para llevar adelante el enorme desafío de llegar con vida al 2023. Y es que no la tiene nada fácil. Cada vez son más las y los laburantes que empiezan a dudar del poder de estos personajes, frente al irrefutable hecho de que acá sólo ganan quienes más poseen. Así lo exige el FMI y así le responden.
Quizá debamos pensar que de “súper”, no tienen nada. Y que la única salida, es que seamos las y los laburantes, los únicos que podamos reunir el poder necesario, haciendo nuestra propia política, para que los problemas que se resuelvan, sean los nuestros, los que tenemos los de abajo.
