El superministro con el respaldo de todos los socios del FdT evitó en estos meses un descalabro. Así, sobrecumplió las metas del FMI (más ajuste). Sin embargo, la inflación, los pocos dólares, y la bola de deuda no ahuyentan el fantasma de la crisis. Estos problemas impactan en las condiciones de vida de las mayorías populares.

Mónica Arancibia @monidi12
Sábado 28 de enero de 2023 09:56

Foto: Télam.
Sergio Massa niega en público que será candidato, y uno de sus desafíos es lograr que la economía no termine a la deriva para poder estar en la carrera electoral. Algunas opiniones de especialistas señalan que el ministro logró alejar los escenarios apocalípticos, el apoyo de todos los socios del Frente de Todos para avanzar con el ajuste, el respaldo de los grandes empresarios y ser un amigo de Estados Unidos fue de ayuda para evitar un estallido en estos cinco meses de gestión. Pero, los problemas económicos como la elevada inflación, la debilidad de las reservas del Banco Central, las metas del FMI, y la deuda todavía están allí. Como señaló el propio ministro en una entrevista al diario Financial Times cuando asumieron entendieron que estaban tratando “con un paciente que estaba en coma" y "hoy está en cuidados intensivos”. Es decir, es una situación frágil en un contexto mundial atravesado por la guerra en Ucrania y sus consecuencias en el costo de vida.
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La intención oficial de honrar el acuerdo con el Fondo lo que implica otro año de más ajuste (como reducción de jubilaciones, salarios públicos y programas sociales), la alta inflación, que carcome el poder de compra, y las pocas reservas, que podrían empujar a una devaluación (lo que aceleraría la suba de precios) provocarán un mayor deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora. El Gobierno del Frente de Todos asumió con la promesa terminar con el ajuste de Macri y recuperar lo perdido, pero eso no ocurrió.
Variables en la mira
La economista Marina Dal Poggeto indicó que Massa es como un mago que saca muchos “conejos de la galera” en referencia a la creatividad del ministro para generar “una sensación de alivio financiero” respecto a julio de 2022 tras la salida de Guzmán. La especialista advierte en el diario La Nación por la brecha cambiaria, el problema de la inflación y la escasez de reservas. A continuación un breve repaso por estas variables que acechan al ministro.
- Inflación: en 2022 fue de 94,8%, la cifra más alta en tres décadas. Para este año el Gobierno proyecta un incremento de 60%, un porcentaje de ilusión cuando habrá nuevos aumentos de los servicios públicos, de los combustibles, y el tipo de cambio. Para enero, se anticipa una inflación superior a diciembre. El programa de Precios Justos que lanzó el ministro para contener la suba de precios es burlado por las grandes empresas como Arcor, Bagley, Unilever, Molinos, entre otras, según publicó Página12, que desabastecen y no entregan todos los productos pactados. Vale aclarar que las empresas que ingresan al programa son beneficiadas por el Gobierno con dólares oficiales baratos para importar insumos más rápido.
- Dólar: el tipo de cambio paralelo subió este viernes a $386 y lleva ocho semanas de ascenso consecutivo. Entre las causas se puede mencionar un fenómeno estacional por mayor demanda para el turismo, efecto “dólar Qatar” porque es más barato el blue si hay que pagar gastos en dólares, entre otras. De fondo, las frágiles reservas se deben a una salida de dólares por los pagos de deuda, fuga de capitales y deuda de las empresas privadas.
La sequía es otro factor que incidirá en una menor cosecha, y se espera un menor ingreso de dólares. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe semanal indicó que con las lluvias que se registraron en los últimos días se puso “un freno al deterioro del cultivo” en la parte final de la siembra de soja y maíz. El Gobierno cocina un nuevo dólar soja para las patronales agrarias con el fin de hacerse de divisas, aunque el costo es alto, se emite más deuda para compensar al Banco Central por la diferencia entre la cotización oficial de la divisa y la del tipo de cambio para los sojeros. Los recursos naturales están de remate con el fin de conseguir dólares como lo confirmó Massa al Financial Times promocionando Vaca Muerta y la minería, también esta semana se reunió con el Asesor Especial del Presidente Joe Biden para las Américas, Christopher Dodd, donde acordaron que hay “grandes oportunidades de extender los negocios conjuntos en sectores estratégicos como minería (litio), […], hidrocarburos…”. Este sábado el canciller alemán Olaf Scholz llega al país con empresarios con los mismos intereses: energía, litio y alimentos. No se quieren quedar fuera del negocio.

Otro “conejo de la galera” fue el anuncio de Massa de la recompra de deuda por U$S 1000 millones para contener la suba del dólar financiero. El interrogante es de dónde saldrán esos dólares que escasean. Según trascendió en los medios el ministro está negociando con un grupo de bancos un préstamo de U$S 2.500 millones, pero no hay nada confirmado. Mientras tanto las divisas se escurren para la deuda, en los próximos días el Gobierno desembolsará U$S 1.400 millones de un vencimiento con el FMI.
- Deuda: para este año se calculan pagos por U$S 118.734 millones, según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso. De ese monto, U$S 37.995 son vencimientos que se pagan en moneda extranjera. El FMI realizará desembolsos por el acuerdo, pero también hay vencimientos este año con el organismo, se proyecta un saldo neto negativo de U$S 3.500 millones. También desde 2023 y en los siguientes años cobra mayor peso los vencimientos de deuda con los acreedores privados que reestructuró Martín Guzmán. La deuda en pesos es otra potencial bomba, si bien Massa logró descomprimir vencimientos del primer trimestre del año (ofreció bonos que cubre a los bonistas frente a una devaluación o inflación), gran parte de las colocaciones vence antes de las elecciones. La deuda es un eterno sometimiento.
- Déficit fiscal (ajuste): Massa sacó 10 con el FMI ya que sobrecumplió la meta de 2,5% pactada con el organismo de déficit fiscal primario y fue de 2,4% del PIB. Es decir, hubo un mayor ajuste. Los gastos que más cayeron en términos del PIB fueron Jubilaciones y Pensiones Contributivas (-0,27 p.p.), Subsidios a la Energía (-0,23 p.p.), Asignación universal para protección social (-0,09 p.p.), entre otros, según Iaraf. Se recortó a los más vulnerables. Sobrecumplir con el FMI por una décima del PIB equivale a aproximadamente $60.600 millones, una suma que podría haberse destinado a pagar el bono de $45.000 a los trabajadores del Potenciar Trabajo, según publicó Alejandro Bercovich en el diario BAE Negocios. Pero las prioridades oficiales son otras, honrar la deuda.
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Bolsillos deteriorados
En este contexto de elevada inflación el ministro Massa se reunió con los gremios para pactar una pauta salarial para el año de 60%, en dos acuerdos semestrales de 30%. El objetivo es fijarlos al mismo porcentaje que espera el Gobierno de inflación para este año, pero es un número de ficción, como ya señalamos.
El poder de compra de los salarios registrados cayó en octubre un 2% en relación a diciembre de 2019 cuando asumió Fernández. Los trabajadores no registrados son los más castigados el poder adquisitivo se desplomó un 17% en el mismo período.
Los dirigentes sindicales están a los pies del ministro para cumplir la pauta salarial. Habrá que ver qué sucede con las paritarias de este año, será otra pulseada que Massa pretende ganar, pero los trabajadores del neumático y los residentes de Caba demostraron el año pasado que habrá resistencia para imponer salarios a la baja y que con lucha se puede ganar.
El Frente de Todos respalda el ajuste recargado de Massa como señaló el exministro Guzmán en diversas entrevistas, un apoyo que no tuvo. La carrera 2023 será larga para Massa y es un camino plagado de obstáculos, la coalición oficial deberá enfrentar la contradicción de seguir los recortes en un año electoral cuando las condiciones de vida de la clase trabajadora están cada vez más degradadas. A diferencia de lo que decía el FdT quedó demostrado que era incompatible pagar la deuda y resolver los problemas populares. Ante la decepción con el Gobierno, hay que construir una fuerte alternativa de izquierda.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.