El ministro de Economía habló como candidato y se presentó como el mejor gestor de los negocios ante el poder económico en el Consejo de las Américas. Prometió juntar los dólares para pagar la deuda con el saqueo minero, del gas, el petróleo y el agronegocio, así como profundizar el ajuste fiscal. Solo el Frente de Izquierda rechaza la deuda ilegítima con la que el FMI presiona por mayor ajuste y reformas antiobreras.
Jueves 24 de agosto de 2023 20:46
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Sergio Massa ante el Consejo de las Américas.
Sergio Massa habló esta tarde ante empresarios de la Cámara Argentina del Comercio y Servicios en el Consejo de las Américas, que se desarrolla en el hotel Alvear de la Recoleta. Aclaró que "no fue como ministro" sino como candidato, luego de que lo hicieron Javier Milei y Patricia Bullrich horas antes.
Mostrándose amigo cercano de los empresarios presentes, mencionando los nombres de muchos ellos y habiendo sido presentado elogiosamente por la mesa, "Sergio" orientó su discurso a demostrar experiencia en el manejo del Estado y la "resolución de problemas complejos" para cuidar la rentabilidad de las empresas.
Como ya tiene acostumbrados a todos, en primer lugar el ministro-candidato se mostró como "el salvador" que atravesó la negociación con el FMI en medio de "una crisis estructural, como es la crisis de sobreendudamiento que tiene la Argentina, agravada por una crisis coyuntural grave, como es el impacto de la sequía en términos de volumen de exportaciones y en la balanza comercial argentina", y eso "nos obliga a estar muy encima de la evolución en el régimen de acumulación o pérdida de reservas", dijo Massa.
Y luego se refirió al FMI. Reivindicó haber hecho pagos al FMI tomando dinero de préstamos bilaterales con otros países y edulcoró ese manotazo de ahogado como una virtud planteando que "el FMI dejó de ser el prestamista de última instancia", ya que en el mes de julio "Argentina tuvo que resolver los vencimientos frente al Fondo recurriendo a operaciones bilaterales con China en la apertura del segundo swap; con Catar, que es la primera operación de crédito bilateral que realiza el país; y con el BID". Posteriormente, resaltó que esta gestión les permitió contar con un desembolso de U$S 7.500 millones, que realizó este miércoles el Fondo.
Pero lejos de haberse quitado de encima al FMI, el organismo internacional le respira en la nuca y ya mantuvo reuniones con Bullrich y con Milei, otros dos candidatos de las patronales.
Massa volvió a desentenderse de la devaluación del 22 % posterior a las PASO como una "imposición" del FMI que podría haber sido del 100 % o del 60 % si no fuese por él. Pero no contento con esto, dijo que "esa devaluación también nos da libertades". La devaluación ya está acelerando la inflación, reventando los salarios y fue ocultada por el ministro-candidato a toda la población en plena campaña
Y en pose de gran gestor, les preguntó a los empresarios: "Cuánto valía el patrimonio de la mitad de los que están acá y el nivel de actividad hoy si hace cuatro meses hubiésemos devaluado 100 % la moneda". No obstante, en la ronda de preguntas no se privó de aclarar que "no le gustan los múltiples tipos de cambio" y que "Argentina tiene que ir hacia una simplificación cambiaria". En otras palabras, a cerrar la "brecha" del oficial con los paralelos, es decir, una nueva devaluación.
Massa intenta ubicarse de cara a octubre como el "candidato sensato" y garante de los empresarios, polarizando con los planes ultraderechistas y delirantes de Milei y los de Bulrich, y dando a entender que puede jugar a dos puntas, de una parte con el FMI, de otra parte en la relación de fuerzas con las mayorías trabajadoras, evitando que el ajuste pueda terminar en mayor inestabilidad y de lugar a mayor conflictividad. Pero los resultados de propia gestión actual están a la vista: con una economía atada con alambres, en recesión, una inflación de tres dígitos y descontrolada y un deterioro agudo de los ingresos y de los salarios de las familias trabajadoras, en particular del sector más precarizado y postergado. Expresión de ello fueron los resultados de las PASO, que manifestaron el malestar y el descontento ante la crisis.
Promesas
El coqueteo de Massa con las grandes patronales no terminó ahí. Ante el fracaso de su gestión actual, les buscó transmitir a los "hombres de negocios" un futuro próspero que le niega a las mayorías trabajadoras. Prometió que en 2024 cambiaría el sentido de la flecha: "Comienzan además a terminar esas restricciones que en el 2024 cambian definitivamente y nos permiten avisorar un año muy distinto al actual".
Y allí volvió a enumerar las posibilidades de negocios con los bienes comunes naturales. Estimó en U$S 30.000 millones a U$S 40.000 millones de superávit comercial en base a la explotación minera (litio cobre), el "sector energético" con Vaca muerta y la "puesta en marcha en abril del gasoducto del norte", el crecimiento de exportaciones de petróleo y también para el agropower, a quienes les tiró un gesto mediante el pedido de que se trate en el Congreso la "ley de agroindustria".
Entre 2024 y 2032 los vencimientos de capital e intereses de deuda soberana que enfrentará el país con organismos internacionales de crédito y acreedores privados rondarán los U$S 18.000 millones de promedio anual. Es una suma impagable, aún si el país logra recuperarse de la crisis actual.
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Su principal polémica se centró con Milei, a quien buscó ridiculizar y pidió "seriedad" a los empresarios para que evalúen sus propuestas de dolarización.
"En esta elección no se debaten personas". "La elección de fondo es si Argentina es un país primarizado y solamente enfocado en la venta de servicios. O si Argentina construye un desarrollo industrial", dijo el candidato. ¿Y cuál es su modelo de desarrollo industrial? Los mismos sectores que vienen embolsando ganancias millonarias bajo su gobierno, profundizando el atraso productivo y la dependencia. Nombró de nuevo al sector agroindustrial, la industria farmacéutica, el "oil" (petróleo) y el gas (al que planteó como "una energía de transición para los próximos 30 años!), la "minería con valor agregado", el cobre", etc.
"La discusión de estos proyectos requiere de un estado presente", remató Sergio Massa. Al igual que ahora, un estado al servicio de los grandes empresarios y el capital financiero, un estado que no es más que el administrador de los negocios capitalistas. Esto implica profundizar la dependencia con el imperialismo, el atraso, el saqueo extractivista y los bajos salarios como condición de este "modelo de desarrollo".
Sólo el Frente de Izquierda rechaza el acuerdo con el FMI y plantea afectar los intereses de los dueños del país, la única forma de evitar que los trabajadores paguemos la crisis. De esta forma, es posible pelear por otro tipo de sociedad, organizada desde abajo, con un nuevo Estado gestionado por las y los trabajadores.
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