La represalia anunciada por la policía y los paramilitares que habían atemorizado a los habitantes de los barrios de la región metropolitana de Belém de Pará se cumplió con una verdadera matanza. El accionar conjunto de la policía y grupos armados se inició en la madrugada del miércoles 5 en respuesta a la muerte de un policía de la R.O.T.A.M. (Ronda Ostensiva Táctica Metropolitana), especializada en reprimir rebeliones en cárceles y “controlar” multitudes.
Jueves 6 de noviembre de 2014
Durante la madrugada del miércoles un mensaje de voz circulaba por el aplicativo whatsApp alertando a la población que no pasara por los barrios del Guamá, Canudos y Terra Firme, siendo Guamá el lugar donde residía y donde habría muerto el cabo Antônio Figueiredo la noche anterior. “Señores, seriamente, por favor, hagan lo que sea necesario pero no vayan a Guamá ni a Canudos ni a Terra Firme hoy por la noche. Es una cuestión de seguridad. Mataron a un policía de los nuestros y habrá limpieza en el área. Nadie asegura a nadie, ni el coronel de las galaxias”. Además desde Facebook con perfiles policiales convocaban a una matanza.
Este tipo de represalias, que ocurren regularmente en las regiones pobres y marginales de las capitales brasileras, estuvo en primera plana por el uso de las redes sociales tanto de parte de los policías convocando a la matanza como por parte de la población que denunció el terror y las ejecuciones. Durante la madrugada los habitantes denunciaron la matanza en las redes sociales, con videos que mostraban bandas armadas de motoqueros rondando los barrios. Testimonios de la situación en los barrios explotan en las redes sociales bajo el hashtag #chacinaembelém, destacado con #guaná e #belem, transformando el caso en uno de los más comentados nacionalmente.
La Policía Militar anunció por la mañana que eran siete el número de muertos. Antes del mediodía, el secretario de Seguridad Pública anunció que el número subió a nueve en seis barrios de la ciudad. En las redes, durante la madrugada y toda la mañana, habitantes desmienten las informaciones oficiales, anunciando números que variaban por decenas. Según los peritos, por lo menos seis de estas muertes tienen características de ejecución.
Los barrios afectados por la onda de homicidios en la región metropolitana son pobres y sus moradores son mayoritariamente negros. En momentos como estos la principal víctima es la juventud negra de la periferia expuesta más directamente a la violencia social. Es la dura realidad que mata cotidianamente a miles de negros de las favelas y periferias. De tanto en tanto se profundiza esta política, como en los procesos de pacificación en los morros de Río de Janeiro con las UPPs (Policías Pacificadoras) o en la guerra entre el PCC y la policía como en mayo de 2006 en San Pablo y otras tantas matanzas.
El hecho de que este crimen ocurra luego del cierre del 3° Encuentro de la ONU, que discutió sobre la Prevención del Crimen y la Justicia en Belém (los días 3 y 4 de noviembre), debe servir como ilustración de que el Estado burgués y todas las instituciones creadas y administradas por la clase dominante y sus representantes son incapaces de resolver los problemas de los oprimidos por el simple hecho de poseer intereses de clase opuestos. La única forma de garantizar la seguridad de los oprimidos y explotados es a través de la autoorganización independiente contra los que explotan y oprimen.
Basta de impunidad
El gobernador del estado de Pará, Simão Jatene del PSDB, hasta el momento no se pronunció. Electo para un segundo mandato, uno de los lemas de su campaña fue invertir en las fuerzas policiales para combatir el narcotráfico. La guerra a las drogas o el combate a los grupos del narcotráfico son parte de la demagogia de los diversos partidos del orden (PSDB, PT, PMDB) como justificativa para la inversión y la expansión del aparato policial, de las ocupaciones militares en las favelas y las periferias. Así como es utilizada para justificar, por parte del propio aparato policial, brutalidades y matanzas como ésta.