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Red Internacional
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INDUSTRIA FORESTAL. Matte y Angelini: gran fortuna gracias a la dictadura militar

La Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) es uno de los principales grupos forestales de Latinoamérica y el cuarto proveedor de celulosa a nivel mundial; desde la dictadura los grupos Matte y Angelini se han enriquecido con la explotación forestal en sur de Chile.

Galia Aguilera

Galia Aguilera Profesora, y dirigenta del Partido de Trabajadores Revolucionarios

Jueves 1ro de febrero de 2018

Actualmente, son dos las familias dueñas de prácticamente toda la industria forestal del país. Por un lado, el grupo Matte que control la forestal CMPC, y el grupo Angelini, dueño de Celulosa Arauco. Ambas empresas controlan el 70% del negocio forestal, que produce más de 4 millones de toneladas de celulosa anualmente.

La riqueza acumulada por estas familias a través de la explotación forestal, se origina en la dictadura de Augusto Pinochet. El decreto Ley 701 del año 1974, vigente hasta la actualidad con mínimas modificaciones, conocida como ley al “fomento forestal”, subsidia con un 75% de los recursos las plantaciones de monocultivos de Pinos y Eucaliptos. El Estado con este “subsidio” a las empresas, promovió la destrucción paulatina del bosque nativo por plantaciones de pino y eucaliptus rentables para el negocio forestal.

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Este claro regalo del Estado, se traduce en el saqueo y exterminio del bosque nativo, afectando a población de las zona de las regiones del BioBío y la Araucanía.

Para poder extender el territorio expoliado, lo que hacían era incendiar los bosques, para así plantar y producir la rentable producción de pino y eucaliptus, así el bosque chileno se transformó en una gran plantación seca para promover la exportación forestal de un negocio millonario; sin considerar la destrucción por el uso de pesticidas, herbicidas y fungicidas, como tampoco el sostenido despojo al pueblo mapuche, cuyas diversas comunidades no alcanzan siquiera el medio millón de hectáreas, mientras que las empresas poseen más de 2 millones de hectáreas. Un saqueo total.

En las zonas forestales, de supuesta abundancia de agua, hay 100.000 personas sin acceso al agua potable, “derecho” accesible sólo mediante camiones aljibes; siendo una de las zonas con mayor la pobreza a nivel nacional. Por otro lado, existe una descarada súper-explotación de los trabajadores forestales que sufren salarios de hambre. Frente a la lucha salarial, la represión ha defendido las ganancias de estos grupos económicos, basta recordar el asesinato por parte de carabineros de Rodrigo Cisterna, en plena huelga el año 2007.

Hay que poner fin al negocio forestal de Grupo Matte y Angelini, y exigir la nacionalización de las más de 2 millones de hectáreas que hoy tienen ambos grupos; lo que debe ir de la mano del control de los trabajadores sobre la producción forestal, y no en manos de empresarios que solo velan por sus propios intereses. Este control de las forestales debe ser en conjunto con las comunidades mapuche y las poblaciones, pues son ellas las únicas que pueden garantizar la planificación independiente de la producción forestal y un camino transitorio hacia la recuperación de los bosques nativos y la devolución de las tierras ancestrales a la nación mapuche.

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