La mujer murciélago de René Cardona se basó en la historia de Batman y se ha convertido al paso del tiempo en una película de culto.
Viernes 3 de septiembre de 2021
Minifalda, biquini, botas altas, capa, máscara y auto deportivo, eran los accesorios de la primera batichica en el cine mexicano, que encarnaba la actriz de origen italiano Maura Monti, en el filme “La mujer murciélago” (1968) de René Cardona.
La actriz da vida a Gloria, una luchadora, millonaria, intrépida, aguerrida, experta en artes marciales, que conduce autos deportivos a toda velocidad, resolviendo crímenes en el puerto de Acapulco.
“La mujer murciélago” al pasó se los años se convirtió en una película de culto, por haber mostrado una de las primeras heroínas en la pantalla mexicana, además de ser un spin-off del popular personaje Batman. Monti fue invitada por la Filmoteca UNAM a una charla en 2019 con motivo de los 80 años de la creación del “Caballero de la Noche”.
“Nunca en su momento lo vi como un cine trascendente, pero ahora veo, después de 50 años, que ha sido trascendente (…) yo por una parte me avergonzaba y pensaba ‘bueno, pues son unos churros’, pero no, ahora veo que estamos en lo clásico, que es un cine de culto”, relató la actriz en esa ocasión en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.
La Época de Oro del Cine Mexicano se acaba cuando muere Pedro Infante en 1958, en adelante se realizarán muchas películas llamadas “churros”, por su factura barata y hacerse prácticamente en serie.
Así el cine de luchadores, muy popular, seguirá produciéndose de manera masiva con la nueva estrella El Santo “Enmascarado de Plata”, al cual le doblaban la voz para las cintas. Maura Monti participó con él en “El tesoro de Moctezuma” (1966), de René Cardona Jr., y “Santo contra la invasión de los marcianos” (1967), de Alfredo B. Crevenna.
Santo
En el marco de la charla organizada por Filmoteca UNAM, en una entrevista al reportero cinematográfico José Vera declaró sobre la cinta de Crevenna; “No, bueno.
De todas esas películas estaba yo muy chiquita, estaba recién llegada a México, acuérdese que yo soy italiana y de esas películas casi no recuerdo, porque hice tantas. Pero El Santo era un caballero y una persona muy agradable. Una vez vi su rostro, porque me tocó una escena donde le quitaba la máscara”.
Sobre la reacción del rostro del ídolo del pancracio al revelarle su identidad dijo, “…Inmediatamente se la (máscara) puso porque era algo que el productor le había pedido, así era la cinta. No se la quitaba toda, pero casi y la cámara no plasmó su rostro, pero yo sí lo vi. Son recuerdos hermosísimos de mi época en el cine”.
La italiana realizó casi 40 películas, la última fue “Invasión siniestra” (1971) de Juan Ibáñez, en la misma entrevista habló sobre su trabajo con Mario Moreno “Cantinflas” en “Su excelencia” (1967); “Cuando me mandan a llamar para el casting con ‘Cantinflas’, para mí era un sueño hecho realidad, porque yo desde chica lo había visto y lo había admirado (…) era el premio de mi vida”.
Monti se casó con el productor y director Gilberto Gazcón de Anda, abandonando su carrera en el séptimo arte, pero continuó como conductora de televisión en los programas En vivo y Para gente grande, ambos con Ricardo Rocha, en donde tuvo la oportunidad de entrevistar a personajes como Emilio “El Indio” Fernández y María Félix. Ahora, comentó, es pintora y escritora.
Riesgos
La actriz se sincera y añade que para el rodaje de “La mujer murciélago” no uso dobles para las escenas de riesgo; “Quiero decirle que nunca permití que me suplieran con una doble. Yo me la rifé en toda la película. Traté de hacer todo lo que pedía la historia, menos las escenas de lucha libre, ahí sí no pude”.
Pero esto tuvo sus consecuencias, recuerda una escena submarina donde estaba buceando; “Según yo llegué a tocar la arena en el fondo, pero qué fondo, nada, era una enorme mantarraya que al sentirme se levantó y oscureció todo, y enseguida por la ansiedad agoté el tanque de oxígeno. Me subieron, pero muy lentamente para que no me descompensara”.
Y en otra escena donde bajaba de un paracaídas cayó en el mar cerca de unas rocas y tuvo que ser rescatada por el lanchero que la arreaba, casi se ahoga. La actriz continúo el rodaje y siguió realizando todas las escenas sin importar el peligro.
Una prueba del intenso rodaje que se vivía en esa época es una anécdota que cuenta; “yo filmaba allá (Acapulco) en la mañana y en la tarde volaba hacia la Ciudad de México, porque acá estaba haciendo otra película, me parece que era ’Despedida de casada’; le confieso que ese ritmo de trabajo se aguanta cuando uno tiene 20 años”.
Monti recordó que se sorprendió cuando supo que la película había sido vendida en Francia para su explotación comercial en Europa, “… quién iba a pensar que el filme, que considerábamos un divertimento, iba a tener gran impacto, pues además se dobló al italiano y al francés. Nunca sabes qué va a pasar.”
Legado
La escritora se dijo nerviosa cuando a través del Facebook detectado el entusiasmo que ha levantado el largometraje que protagonizó, “Ahí veo que hay una gran cantidad de seguidores a quienes les encanta el género… yo creo que ese es un cine que dejó una huella a mucha gente; además, la película la siguen proyectando continuamente”.
Sobre el tiempo en que participó en el cine dijo; “Esa fue una época hermosa y fue una moda increíble que dejó un sello espectacular, pero ahorita es otra forma de vestir, otra forma de ser y es una vida que ha pasado. Entonces, por ejemplo, en mi escuela de Chiapas jamás a mis alumnos les comentaba nada de cine hasta que ellos poco a poco lo iban descubriendo.”
Otra película que se recuerda de ella es “El mal” (1966) con Stella Stevens y Glenn Ford, de la cual recordó; “Una película del señor Gilberto Gascón que hizo un gran esfuerzo para colocarse en el cine estadunidense y lo logró, fue de gran taquilla y donde lo conocí. A los 20 días me casé con él.
Participó en el drama histórico como “El proceso de Cristo” (1966), dirigido por Julio Bracho y protagonizado por Enrique Rocha.
Maura Monti nació el 28 de julio de 1942 en, Italia, pasó una parte de su niñez en Caracas, Venezuela y en su juventud estudió dos años en Londres, ahora vive en Chiapas, donde se ha consolidado como escritora y pintora.
Monti vivió una época donde la mujer empezó a ser protagonista, la imagen de minifaldas, biquinis y conduciendo ya sea autos deportivos o lanchas a gran velocidad dejaron una huella que ha perdurado hasta nuestros días.
Muchas películas de luchadores se han convertido en obras de culto, tanto por su valor estético como por reflejar un espíritu de época, pero no debemos de olvidar que los productores de su tiempo abarataron la producción de los filmes y nunca buscaron mejorar por ejemplo el sonido.