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Red Internacional
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¿HABRÁ DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA? Aumenta la tensión entre Catalunya y el Estado español a horas del discurso de Puigdemont

El president Carles Puigdemont comparecerá hoy a las 18 horas ante el Parlament de Catalunya en medio de grandes presiones del Régimen y el gran empresariado para que no declare la independencia.

Lunes 9 de octubre de 2017

Puigdemont irá hoy al Parlament a llevar los resultados del Referéndum e “informar sobre la situación política actual” en medio de una tensión como hace años no se veía. Declaraciones al Financial Times y a la BBC, de Artur Mas y Marta Pascal, luego desmentidas, son la base que hace pensar que el PDeCAT y Junts pel Sí se preparan para una declaración simbólica de independencia. Es decir, sin efectos prácticos y por tanto, sin atender a la voluntad popular expresada el 1O y los días posteriores.

Las presiones son máximas. El domingo Puigdemot estuvo reunido con Juan José Brugera, el presidente del Cercle d’Economia, el foro económico de la burguesía catalana. Brugera fue a explicarle que una DUI provocará la huida aún mayor de empresas catalanas. En el día de hoy otras dos empresas, Abertis y Colonial, han decidido llevar su sede social fuera de Catalunya. Sin embargo, son muchas las que dicen que esperan al martes para tomar la decisión.

Por otra parte, la CUP insiste en que se vote la DUI éste martes. El Diputado cupaire Benet Salellas ha vuelto a recalcar la idea de cumplir con lo votado el 6 y el 7 de septiembre. Sin embargo, no pudo especificar más a causa de que el PSC lo denunciaría ante el Constitucional. Argumento extraño para un grupo que se caracteriza por desobedecer. No es el caso de Junqueras quien no ha dado respuestas claras, igual que algunos de sus socios de Junts pel Sí.

La ANC está por realizar la Declaración de Independencia aunque con unos matices. En una entrevista Jordi Cuixart dijo “la declaración se debe hacer en el marco que toca, que es mañana en el Parlament de Catalunya. Aun así, podría aceptar una petición explícita de algún interlocutor que diga de manera clara que es imprescindible parar la declaración para garantizar que no se pare el diálogo”. Lo que es peculiar es qué quiere decir con eso de que no se “pare” el diálogo (¿cuál?) y con quién piensa dialogar.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, busca un espacio intermedio entre los millones que defendieron el 1O y Rajoy.

Le avisó a Puigdemont que “los resultados del 1O no pueden ser un aval para proclamar la independencia”, al tiempo que le exigió a Rajoy “que descarte aplicar el 155”. Colau ha señalado que el “El 1 de octubre es una ventana de oportunidades para el diálogo”. Sin embargo, ésta posición significa no reconocer los resultados del 1O que es precisamente lo que pide Rajoy.

Ofensiva de Rajoy a los unionistas

Rajoy se está jugando su futuro político en éste forcejeo. Junto a la organización derechista Societat Civil Catalana y con el apoyo de Ciudadanos, el PSC y varios grupos neofascistas realizaron la primera movilización masiva como oposición al derecho de autodeterminación en Catalunya. Alrededor de 250.000 personas de diferentes puntos del Estado se han movilizado por las céntricas Vía Laietana y Marqués de Argentera.

Este lunes las declaraciones de Pablo Casado han dejado bien en claro las intenciones “dialogantes” que tiene Rajoy. El portavoz-hooligan del PP dejó bien claro que si Puigdemont declara la DUI harán lo mismo que con Companys hace 83 años, que terminó siendo fusilado. Casado no ahorró palabras, llamando a Puigdemont y cía como “los golpistas del siglo XXI”. La Vicepresidenta Soraya Sáenz aseguró que tienen todos los instrumentos para impedir la independencia (quizás pensando en el mini-ejército de Policías anclados en el puerto de Barcelona y en el famoso 155).

El Poder judicial está obrando al unísono con el Gobierno central y las fuerzas unionistas

El Mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Luis Trapero y los presidentes de la ANC y de Òmnium, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez están acusados del delito de sedición por llamar a movilizaciones estos últimos y, el primero, por no obligar a los Mossos a llevar a cabo la represión que finalmente fue ejercida por la Policía Nacional y la Guardia Civil.

El Consejo de Europa pide explicaciones por la represión del 1O. Zoido respondió que las “actuaciones” policiales fueron prudentes, adecuadas y proporcionadas. Por el contrario, en un discurso realizado éste fin de semana el Ministro de Interior se comprometió a investigar los insultos recibos por la Policía y la Guardia Civil como “delitos de odio”. El mundo al revés. Qué visionario era George Orwell.

Veteranos dirigentes del PSOE se pronuncian en los mismos términos que el PP y la FAES. Bono, Borrell, Felipe González o Alfonso Guerra han clamado por el 155.

Además, el PSC junto al PSOE, han llamado a movilizarse en la manifestación organizada desde el búnker de Societat Civil Catalana, el PP y Ciudadanos.

Al mismo tiempo, Pedro Sánchez busca bascular entre el apoyo firme a las autoridades del Estado y dar una imagen de diálogo. Por ello apoyó la manifestación del búnker del domingo. Pero al mismo tiempo, elogió las manis de Parlem/Hablemos tratando de no quedar pegado del todo a la derecha.

Procesos constituyentes para una república independiente y socialista

No es claro lo que pasará el martes en el Parlament, pero las declaraciones titubeantes y poco claras de Puigdemont, Junqueras, Pascual o Mas, dan la impresión de que Junts pel Sí y la CUP como mucho votarán un “declaración de independencia en diferido” para buscar un espacio de diálogo (vaya a uno a saber con quién).

El 10-O abrirá una nueva etapa en la lucha democrática del pueblo catalán por ejercer el derecho a decidir. Una etapa que debe profundizar el 20S y el 3O: las movilizaciones y la huelga general que apenas lograron desbordaron a sus direcciones. Una etapa que debe llevar los Comités de Defensa de la República de los barrios a los lugares de estudio y de trabajo. Una rebelión generalizada de los trabajadores y los pueblos contra el Gobierno de Rajoy y la hoja de ruta de Junts pel Sí.

La independencia sólo podrá ser realizada sobre la base de que los trabajadores y el pueblo desalojen de la posición dirigente a Puigdemont-Junqueras. De ésta manera, el proceso democrático radical de Catalunya podrá extenderse más fácilmente al resto del Estado español para impulsar procesos constituyentes soberanos y acabar con la represión del Régimen del 78 y de los empresarios y abrir el camino a una Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas.