A propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas conmemorado el pasado 9 de agosto, abordamos algunas de las problemáticas que viven los y las indígenas mazahuas.
Jueves 13 de agosto de 2020
El papel histórico de las aguerridas mujeres mazahuas fue determinante en la Independencia de México, con su participación en la Batalla del Monte de las Cruces, y luego, en la revolución armada de 1910. Hoy se encuentran en condiciones de profunda pobreza y discriminación racial.
Actualmente las mujeres mayores de edad son el único sector mazahua que sigue portando la vestimenta mazahua cotidianamente. Las nuevas generaciones de hombres y mujeres poco a poco han perdido su identidad indígena, aunque la lengua mazahua en algunos casos se sigue transmitiendo a las nuevas generaciones, estas han dejado de practicarla pues en sus comunidades es más común escuchar el español en sus charlas, en otros casos hay quienes lo entienden pero no
saben hablarlo.
Son las abuelas mazahuas las que entre ellas siguen utilizando su lengua como
medio de comunicación y siguen demostrando su identidad étnica a pesar de la discriminación y rechazo que han sufrido pero dejaron de transmitir ¿Cuál es el motivo?
Migración de grupos mazahuas a la ciudad de México.
Los mazahuas se encuentra asentado en la región noroccidental y centro-occidental del Estado de México, mayoritariamente en 13 municipios rurales que son: Almoloya de Juárez,Atlacomulco, Donato Guerra, El Oro, Ixtapan del Oro, Ixtlahuaca, Jocotitlán, San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Temascalcingo, Valle de Bravo, Villa de Allende y Villa Victoria.
A mediados de los noventas empezaron las primeras olas de migración de familias mazahuas a la ciudad de México viéndose obligadxs a abandonar sus pueblos.
Esto se da debido a la alta marginación, sin servicios básicos y extrema pobreza en la que se encontraban sus comunidades (problemas que actualmente siguen enfrentando en sus comunidades).
Otro factor que provocó la migración fue el despojo de sus tierras por parte del
caciquismo, los caciques los despojaban de sus tierras y los obligaban a trabajar sin recibir un pago por su labor esto obligo a familias a abandonar sus comunidades y desplazarse a la ciudad.
Al llegar a la cuidad, sin oportunidades se enfrentaron al problema de no saber hablar y pronunciar el español y de pasar las noches en algún rincón donde pudieran dormir o rentaban en patios de los edificios para poder pasar la noche. Al asentarse, el comercio informal se vuelve la fuente de sus ingresos económicos, comenzaron con la venta de dulces tradicionales y frutas en las banquetas o en las entradas del metro.
Discriminación y rechazo, una de sus tantas realidades
Con costumbres y vestimenta muy diferentes a las de la ciudad, sumado a las condiciones de pobreza y precariedad que ya mencioné, se enfrentaron a una realidad de discriminación y rechazo, una de las causas por la que su cultura se encuentra en extinción. Lejos de su comunidad y con un alto grado de analfabetismo, tienen que adaptarse a la realidad de la ciudad en la que solo hallan violencia hacia su persona.
Hay testimonios de abuelas e hijxs que me mencionan que pasaron por diversos problemas de discriminación, marginación, violencia e insultos en las calles, en sus hogares y en las escuelas. Sufrieron algunas ofensas como: “pinche india/indio”,“habla bien”,“regrésate a tu pueblo”, por estas razones las madres tuvieron que adaptar a sus hijxs a las costumbres de la ciudad, por lo cual se vieron obligadas a no transmitirles a sus hijos la enseñanza de su lengua y su vestimenta indígena sino más bien el español.
Sufrieron levantamientos de la policía por vender en vía pública, las trasladaban al torito y en algunas ocasiones les cortaban sus trenzas (las trenzas enredadas con un listón forman parte de su vestimenta). Siendo los organismos represivos del Estado los primeros en reproducir el racismo y la violencia contra lxs mazahuas.
La discriminación que sufren los mazahuas y los pueblos indígenas no es una mera problemática culturar, el capitalismo se apropió de las estructuras de dominación raciales que existen desde la invasión de América, para mantener en condiciones de pobreza a los pueblso originarios, facilitando la explotación de sus tierras y su incorporación a la producción de manera ultraprecaria así como utilizándolos como un ejército de reserva, en el desempleo o empleo fromal, lo que permite que el salario del conjunto de los trabajadores sea aún más bajo.
El problema de extinción que enfrenta la cultura Mazahua
Existe una alta posibilidad de que su cultura deje de existir, pues actualmente las abuelas son las últimas que preservan su lengua indígena y que muy pocas pudieron trasmitirles a sus hijxs.
Existen muy pocas escuelas en las comunidades mazahuas, en su mayoría los niños al convertirse en jóvenes tienen que abandonar sus estudios para dedicarse al campo o migrar a otro lugar donde pueda generar ingresos para su familia concluyendo solamente la primera y secundaria. Al igual, las jóvenes tienen que abandonar sus estudios para dedicarse de lleno al hogar o de igual
forma migran a la ciudad para trabajar, muchas jóvenes se vuelven madres a una edad muy temprana, pues no cuentan con educación sexual que les ayude a decidir sobre su cuerpo. Lxs jóvenes se ven obligadxs abandonar sus pueblos y sus tradiciones indígenas para poder mantenerse económicamente.
Con la llegada del neoliberalismo, a finales de los noventa y las políticas de los gobiernos al servicio de los empresarios, indígenas de todo el país son despojados de sus tierras y de los recursos naturales de sus pueblos, ya que bajo la lógica del capitalismo, hay que priorizar las ganancias de las trasnacionales con la construcción de megaproyectos.
Otro problema que enfrentan las comunidades mazahuas y muchas otras comunidades indígenas del país, es la escasez de agua potable en sus comunidades, es más accesible el consumo de refresco, viéndose obligados a consumir diariamente estas bebidas azucaradas que a la larga generan múltiples enfermedades.
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Los pueblos indígenas latinoamericanos han sido de los sectores más golpeados por el monstruo capitalista, pues son los que sufren los desastres que deja el capitalismo en sus pueblos, con megaproyectos, despojos, saqueos, explotación masiva de los recursos naturales, destrucción de las hábitats naturales, contaminación, etc. Además todo esto provoca desastres ecológicos terribles y cambios climáticos que
perjudican al planeta.
Aunque hoy en día contamos con diversas instituciones dedicadas a la protección de los pueblos indígenas se sigue evidenciando la falta de servicios médicos y de educación y la situación de pobreza es cada vez mayor. Sumado a esto el gobierno continúa con proyectos como el Tren Maya, Dos Bocas, y el Corredor Transítsmico.
Porque la tribu yaqui, cherán, wirikuta y ningún pueblo indígena se vende, se defienden. Los pueblos indígenas son la otra realidad de este país, que mientras se presenta como parte del "patrimonio cultural", se siguen atropellando sus derechos.
Es necesaria la unidad de lxs trabajadorxs, campesinxs, indígenas y estudiantes para defender el derecho a la tierra, el agua y la vida misma. Es con la solidaridad activa de trabajadorxs e indígenas y la articulación de sus demandas como puede avanzarse realmente contra este sistema capitalista que prioriza las ganancias de unos cuantos por sobre la vida de millones.