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Red Internacional
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Tribuna Abierta. McDonald’s: "Un primer triunfo y una primera lección para seguir esta lucha"

Desde La Izquierda Diario venimos cubriendo el importante proceso de organización que llevan adelante las y los trabajadores de la reconocida cadena de comida rápida, así como el valor de las primeras conclusiones de éste. Por eso, a continuación, reproducimos la carta, que a modo de balance, escribieron las y los protagonistas.

Lunes 27 de abril de 2020 19:20

Somos trabajadores y trabajadoras de McDonald’s de Córdoba, que venimos haciendo un proceso de organización junto con trabajadores de otras cadenas de comida rápida de todo el país durante las últimas semanas.

Ya que los dueños de Arcos Dorados hicieron de todo para aumentar sus ganancias durante esta cuarentena y nos vimos obligados a defender nuestra subsistencia.
Estos son testimonios de algunos compañeros y compañeras de trabajo que fueron escribiendo durante este tiempo para La Izquierda Diario:

6 de abril, Jimena, 17 años.

"Empecé a laburar a los 16 para poder ayudar a mi vieja con la cuota del colegio y con el día a día. Hay sábados que hago doble turno. Entro de 8 a 12, tengo 20 minutos para comer y vuelvo a entrar de 12.20 a 16. Me quedaba laburando después de las ocho de la noche, cuando soy menor, me vendían que me anotaban en la planilla la cantidad de horas que hacía. Llegaba el día de ir al banco y ver qué había cobrado, de repente: 3.200 míseros pesos. No había presentismo porque un día había fichado un minuto tarde, el segundo turno de ese sábado no me lo habían pasado. Como por arte de magia habían desaparecido esas 4 horas que había laburado en negro. Ahora nos quieren pagar una miseria mientras los gerentes ya cobraron entero su sueldo. Y nos quieren obligar a hacer un montón de cursos porque si no, corrés riesgo de sanción, y atrás de la sanción hay días de suspensión y falta de presentismo. Atrás de todo eso, hay muchos pibes y pibas que en esta cuarentena necesitan cobrar el sueldo que generaron levantando cada caja y cada bandeja dentro del local, porque si no, sus hijos e hijas, sus viejos, no van a ver un plato de comida"

13 de abril, Yamila, 19 años.

"En unos días tengo que volver a trabajar, cosa que no puedo hacer, debido a que convivo con un menor que sufre problemas del corazón, y cualquier resfrío puede ser de riesgo para su sistema inmunológico. Pero prácticamente me están obligando a volver, ya que la empresa no se hace cargo de las personas con familiares de riesgo y nos quieren dar licencia sin goce de sueldo. Yo no puedo ir a trabajar de esta manera, puedo contraer el virus hasta yendo al laburo.
No entiendo como quieren que me mantenga y si voy a trabajar cómo quieren que me cuide. Ellos no van a ser los que corran cuando mi hermano esté internado, voy a ser yo. No pueden jugar con la vida de las personas de esta manera".

25 de abril, Marianela, 20 años.

"Yo me enteré hoy que mañana a las 10 am vuelvo a laburar, y ahora me entero de que voy a tener que ir a pata, casa por casa, repartiendo hamburguesas porque los dueños de Arcos Dorados se quieren ahorrar la plata del delivery de Rappi o PedidosYa."

Claramente la bronca que expresamos no empezó el último tiempo, sino que es producto de aguantar durante meses para algunos, y años para otros, el abuso de los empresarios, que aprovechan cada oportunidad para agrandar un poco más sus ya millonarias ganancias. Reduciendo los "costos" que les significan nuestros salarios. Pero esta vez no nos callamos más.

La segunda quincena de marzo hubieron recibos que iban desde 200 pesos. En el marco del aislamiento obligatorio sobrevivir con esa plata se hace imposible. Por eso pusimos en pie una compaña enorme en las redes sociales, con twittazos, videos, fotos, denunciando a la empresa. Logramos llegar a muchísimos medios de comunicación, fuimos a programas de radio, hicimos entrevistas, expusimos nuestros nombres mandando telegramas para pelear por lo que nos correspondía.

Lo primero que recibimos fue la persecución por parte de la empresa, que nos amenazó con despidos y suspensiones por "ensuciar la marca" con nuestras denuncias y muchos despidos se concretaron. En esto jugaron un papel clave los y las gerentes, colándose en nuestros grupos de WhatsApp y revisando nuestras redes sociales, para pasar nuestros nombres a la empresa.

Pero no nos dejamos frenar por estas amenazas y seguimos insistiendo. Una semana de tendencia en Twitter #PandemiaSonLosEmpresarios #McEstafa y muchos más. Y el sindicato de panaderos que nunca se había acercado ni siquiera a garantizar nuestro derecho a la representación gremial, apareció y tuvo que exigir al ministerio de trabajo que intimara a la empresa a pagar los salarios correspondientes. Dos semanas, y nos indignábamos viendo que el presidente hablaba en las noticias de la posibilidad de salir a correr y no de la situación de millones de trabajadores, entre los que nos encontramos, que no tienen plata ni siquiera para comer.

Seguimos exigiendo y la empresa cedió. Pero aceptando negociar con el sindicato. Luego de una reunión de la que no fuimos parte, ambos anunciaron que se nos iba a pagar el 100% de la segunda quincena de marzo, y el 70% de las horas no trabajadas en abril más las trabajadas. El sindicato había pactado regalarle a la empresa el 30% de nuestro salario. Pero conseguimos un primer triunfo producto de nuestra organización. Y la primera lección de esta lucha: para defender nuestros derechos tenemos que organizarnos independientemente del sindicato y del Gobierno, y confiar en nuestra propia fuerza. Esto va a ser muy importante para continuar por todo lo que nos falta.

Seguimos exigiendo a la empresa:

El pago del salario completo (sobre el promedio de los últimos 6 meses), durante todo el tiempo que dure la cuarentena y lo aún no abonado del mes de marzo más el presentismo.

Que se reincorpore a todas y todos los trabajadores despedidos durante la cuarentena.

Licencias con goce de sueldo al 100% para quienes son, o conviven con personas que sean parte del grupo de riesgo.

Un protocolo de higiene y seguridad que incluya medidas que garanticen el distanciamiento y los elementos necesarios para el cuidado de la salud, tanto de empleados como de deliverys de aplicaciones, en todos los locales.

Que se retroceda con la implementación del reparto a domicilio caminando.

Que se establezca un salario mínimo igual a la canasta básica familiar.

Que se garantice de ahora en más pago de las horas extras que realizamos.

Y al sindicato le exigimos que se ponga a la cabeza de todos estos reclamos.

Agradecemos la difusión de esta carta y invitamos a sumar fuerzas para seguir organizándonos.

Número de contacto: 3517517270