Las universidades, pilares del conocimiento, han caído en las mismas tendencias nacionales de precariedad, despojo e inseguridad que se han venido dando a lo largo de los últimos años ante la crisis. Es el caso de los estudiantes de medicina.
Aztlán Almodóvar Corresponsal en Ciudad Juárez, Chihuahua
Sábado 23 de mayo de 2015
Estos, como requisito para graduarse al terminar sus estudios, realizan estancias de servicio social en diversas localidades del país. Sin embargo, muchas de esas localidades se encuentran hundidas en la inseguridad del narcotráfico, la delincuencia y pésimas condiciones laborales. Con jornadas extenuantes, pocos recursos, nada de salario y con más de 2500 pacientes por médico, es clara la explotación de los profesionistas.
Huelga de hambre
Antonio Muñoz Quintana, Médico Pasante, miembro de la comunidad universitaria de la UACJ sostiene desde el día 21 de Mayo una huelga de hambre a las afueras de rectoría de esta misma casa de estudios, en protesta por los abusos antes mencionados, ya que de acuerdo con la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina, del 2006 al 2012 al menos 71 médicos pasantes fueron amenazados, agredidos, secuestrados o asesinados en diversas entidades del país. Esto ha convertido a la noble labor de la medicina en una actividad de alto riesgo debido tanto a la ineficiencia del Estado como a la poca preocupación de las respectivas universidades ante la situación.
En el caso particular de Antonio, él fue enviado a la localidad de Namiquipa, en el estado de Chihuahua y asegura que dos médicos anteriores habían sido agredidos, uno a punta de metralletas y otro a golpes, sin que se haya perseguido o castigado el delito, porque según comentarios de los pobladores de la región, miembros de alto nivel del gobierno municipal pertenecen al grupo criminal que controla la plaza de la región.
No obstante, la problemática no recae solamente en el llamado crimen organizado o las malas políticas gubernamentales, sino también en las entidades universitarias y de salud que, a pesar de haber sido informadas de los incidentes en numerosas ocasiones, siguen enviando a sus estudiantes a esos lugares.
Por otro lado, el exceso de trabajo, la falta de instrumentos y medicinas, así como las condiciones precarias, representan una explotación justificada bajo el argumento de que se trata de un requisito para poder titularse y posteriormente ejercer su profesión. Esto claramente viola los derechos fundamentales de los médicos y enaltece a las autoridades diciendo que el seguro médico y el servicio es para todos, las 24 horas y en cualquier parte del país.
La respuesta de la rectoría de la UACJ fue clara, pues el rector asegura que la problemática social no es un problema de la máxima casa de estudios de la localidad, sin embargo permitieron que el compañero se manifieste a la entrada de rectoría donde ya va a cumplir 24 horas de huelga de hambre. Ante esto, el pasante Antonio Muñoz ha escrito un pliego petitorio donde se enumeran los siguientes puntos:
1. Que la actividad médica no sea forzosamente una actividad de alto riesgo, y no se exponga la integridad física de ningún pasante. Para ello la universidad deberá llevar un registro de las zonas donde hayan ocurrido agresiones contra sus estudiantes y que la UACJ no envíe, en lo sucesivo, a ningún pasante a esos lugares.
2. cuando alguno de las y los pasantes hayan sufrido un daño en su integridad, sea la UACJ el mediador ante las autoridades para reparar el daño sin que pueda existir alguna excusa para dilatar el trámite.
3. Debido a las declaraciones que he realizado, las cuales ponen en riesgo mi integridad física, pido que se me asigne una plaza fuera de la jurisdicción de la que me encuentro actualmente con todas las características de una plaza “C” establecida por la ley, la cual atienda a una población inferior a los 2500 habitantes.
En estos momentos la lucha del compañero Muñoz sigue en pie y desde La Izquierda Diario nos solidarizamos con su lucha y por el cumplimiento de sus demandas.