Ante el incremento de contagiados del COVID-19 que ya suman 2.954 casos y 107 fallecidos, los médicos y enfermeras de diversos hospitales de Lima protestaron contra la política sanitaria del Gobierno y exigen que se les brinde los medios de protección necesarios para tener las condiciones básicas que necesitan para trabajar.
Miércoles 8 de abril de 2020 09:00
Foto: Diario Trome
El martes 7 de abril, médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud realizaron un plantón en los exteriores del Hospital de Vitarte exigiendo equipos de protección personal. En el Hospital del Niño de Breña, las enfermeras realizaron una acción similar y el Sindicato de Enfermeras del Seguro Social del Hospital Sabogal del Callao se manifestó mediante un comunicado exigiendo elementos de bioseguridad para enfrentar el avance de la pandemia del coronavirus.
Estas denuncias, junto a la de muchos profesionales de la salud y los sindicatos de trabajadores del sector, ponen en evidencia que el Gobierno solo hace demagogia cuando dice que enfrenta el avance del COVID-19, ya que hasta la fecha no se ha mejorado la dotación de elementos de bioseguridad para las y los trabajadores de este sector que son los que enfrentan en primera línea la propagación del virus ya que están en contacto directo todos los días con los probables contagiados. Por esa razón y ante la alerta de pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sindicatos del sector vienen exigiendo se les proporcione cuanto antes implementos de bioseguridad para que ellos puedan atender eficientemente y no sean contagiados por los pacientes que ya estén infectados de COVID-19.
Vizcarra hasta la fecha hace oídos sordos ante estas urgentes demandas de los trabajadores de salud, de esa manera busca ocultar bajo la alfombra la precariedad del sistema sanitario, que se expresa, entre otras cosas, en la falta de equipos de protección personal para los profesionales de la salud y la carencia de ambientes para aislar en los hospitales a los pacientes portadores del COVID-19. La crisis sanitaria es de tal magnitud que el último fin de semana médicos y enfermeras del Hospital Rebagliati, el más grande del seguro social del país, anunciaban que este hospital ya había colapsado y que no estaría en las condiciones de recibir a ningún paciente más de COVID-19.
Hoy las y los trabajadores que están en primera línea enfrentando el avance del coronavirus, trabajadores de la salud, de limpieza pública, de la alimentación y otras áreas esenciales no necesitan los aplausos de Vizcarra y su gabinete ministerial, necesitan que se les brinde algo tan elemental como equipos de protección personal (EPP), sino sus vidas y la de sus familias están en peligro, además que si ellos se contagian y no se detecta a tiempo esto, se convierten en un factor de contagio que puede llegar a extenderse de manera masiva.
Mónica Rochabrum - Diario Trome
Frente a esto, también es importante que se implemente cuanto antes una campaña nacional de testeo molecular masivo y gratuito que nos permita saber objetivamente cuantos están contagiados para de esa manera implementar las medidas sanitarias que hacen falta.
Pero, tanto la implementación de equipos de protección personal para los trabajadores y profesionales del sector salud, así como el testeo masivo no podrán materializarse sino se aplica cuanto antes un impuesto progresivo que grave las fortunas de los grandes empresarios que son los que hoy, no solo obligan a que sus trabajadores vayan a laborar sin ningún tipo de protección, sino que también se preparan para implementar despidos masivos si ven que las cosas no van bien en sus negocios.
