La capitana de la selección femenina de futbol de Estados Unidos se niega a ir a la Casa Blanca.
Jueves 27 de junio de 2019 00:00
Megan Rapinoe es una de las estrellas de la selección femenina de fútbol de los Estados Unidos, co capitana del equipo, campeona del Mundial en 2015, lesbiana, una “protesta andante contra Trump” como ella misma se define.
Megan fue una de las primeras en solidarizarse con el jugador de futbol americano Colin Kapernick que, en protesta contra la brutalidad policial que sufre la comunidad negra de su país, comenzó a arrodillarse durante el himno nacional antes de los paritdos. Rapinoe imitó su gesto hasta que la federación de futbol del país creó una norma que exigía “respetar” el himno estando de pie. “Supongo que, por el hecho de ser mujer y homosexual, siento una mayor empatía respecto a las personas que no se encuentran en una posición dominante. A mí me pareció una obviedad. Cuando alguien se ahoga, ¿vas a ayudarle o te quedas en la orilla?” declaró a El País en una entrevista.
Este miércoles el presidente Trump disparó en Twitter "Soy un gran fanático del equipo de fútbol femenino, pero Megan debe ganar primero antes de hablar”. En una entrevista para el sitio Eight by Eight Megan dijo I’m not going to the fucking White House (No voy a ir a la maldita Casa Blanca)
“I’m not going to the fucking White House.” - @mPinoe pic.twitter.com/sz1ADG2WdT
— Eight by Eight (@8by8mag) 25 de junio de 2019
Sexista, misógino, racista. Son solo algunas de las cosas que Rapinoe opina de Trump. Se sabe una estrella, una personalidad influyente en su país y asume esa responsabilidad. Es una de las principales impulsoras de una demanda contra la federación de futbol de Estados Unidos por discriminación salarial y por tener peores condiciones de entrenamiento y de viajes que sus contrapartes masculinas. Además, desde que en 2012 hizo pública su orientación sexual, se ha convertido en defensora de numerosas organizaciones LGTB.