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Red Internacional
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Magisterio. Memorándum, oposición parlamentaria y el magisterio frente a la reforma educativa

Para no estar sujetos a simulaciones y pugnas en las alturas, las maestras y maestros podemos dar una salida independiente.

Arturo Méndez Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase

Martes 16 de abril de 2019

Este martes, López Obrador firmó un memorándum dirigido a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, al Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y al Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, que busca dejar sin efecto la reforma educativa de Peña Nieto “mientras el proceso de diálogo no culmine en un acuerdo”. Esto último, en referencia a la oposición mostrada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a la nueva reforma educativa impulsada por el gobierno y detenida por ahora en la Cámara de Diputados.

Según el documento, se dejarían sin efecto “todas las medidas en las que se haya traducido la aplicación de la llamada reforma educativa”. Nos preguntamos si esto contempla las medidas privatizadoras y pro empresariales como la autonomía de gestión escolar, los consejos escolares de participación social, el programa Escuelas al CIEN y el Nuevo Modelo Educativo (clubes y educación socioemocional incluidos).

En las directivas del memorándum también se instruye a los secretarios de Estado para que la nómina del sector educativo quede bajo control de la Secretaría de Hacienda y las plazas magisteriales sean administradas por la SEP.

Junto a ello, el ordenamiento señala: garantizar la contratación de los egresados de las normales públicas; reinstalar a los maestros cesados por la aplicación de las evaluaciones punitivas y que sean puestos en libertad, a la brevedad, los maestros y luchadores sociales presos por oponerse a la reforma o por haber participado en otras causas sociales justas; retirar imputaciones legales formuladas para castigar activismos pacíficos; indemnizar a familiares de quienes perdieron la vida por la política autoritaria de los gobiernos anteriores. Es decir, lo mínimo que no se ha hecho a más de cuatro meses de la 4T.

Con el memorándum, AMLO plasma sobre papel lo que venía perfilando desde el lunes de la semana pasada: que de no haber acuerdos con la CNTE plantearía volver a la legislación previa a la reforma educativa de 2013.

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En ese sentido, el sábado 13 de abril el Presidente anunció que si no había pronto un acuerdo sobre la reforma educativa, emitiría un decreto para abrogar la actualmente vigente.

Ante esa advertencia presidencial, los diputados del PRI, secundados por el PRD, se apresuraron a explicar que el Ejecutivo no tiene facultades constitucionales para abrogar la reforma, ni para determinar su no aplicación o inobservancia.

Ahora, frente al memorándum, el PRI, el PAN, el PRD y MC salieron a rechazarlo, calificándolo de usurpación de funciones legislativas, atentado a la división de poderes y jurídicamente insostenible, planteando diversas medidas con las que se proponen contrarrestarlo.

En estas condiciones, el memorándum de López Obrador podría no ser más que una demostración de buenas intenciones, con el objetivo de calmar los ánimos del magisterio.

Por lo pronto, se dio a conocer que Morena informó en la Cámara Baja que la reforma educativa del gobierno no se aprobará en el actual periodo de sesiones, sino que se discutirá hasta septiembre.

Los dirigentes de la CNTE, por su parte, aunque preparan nuevas manifestaciones y paros para el 1 y 2 de mayo, y reservan para la Coordinadora el derecho a movilizarse por la abrogación total de la reforma educativa, junto a ello plantean la posibilidad de construir consensos a través del diálogo con el gobierno, sembrando expectativas en que las demandas podrán resolverse sin que medie una gran lucha, lo que apunta a conducir al movimiento, nuevamente, a un callejón sin salida.

Mientras tanto, el problema es que la reforma educativa de Peña Nieto sigue implementándose con todas sus consecuencias sobre los maestros, los alumnos y los padres de familia.

Para dejar de estar sujetos a reformas que cambian las palabras para que no cambie casi nada, como la que defiende AMLO; para no depender de los partidos del Pacto por México y los políticos al servicio de los empresarios y la OCDE; para dejar de padecer la reforma educativa vigente y todos sus derivados neoliberales, desde Nuestra Clase opinamos que la salida está en generar una correlación de fuerzas favorable, mediante el impulso de la organización desde las escuelas y la movilización del magisterio junto a los padres de familia y otros sectores de trabajadores, como los del SITUAM en huelga, con una política independiente del gobierno y las instituciones del régimen.

En esa perspectiva, consideramos que la CNTE debe pasar de las declaraciones de unidad a los hechos y convocar a un Encuentro nacional de todos los sectores en lucha para discutir un plan de acción unificado, llamando a los sindicatos que se reclaman democráticos como los de la Unión Nacional de Trabajadores, la Nueva Central de Trabajadores y el minero, para ponerle fecha a un paro nacional por el triunfo de todas las luchas.