En el departamento de Rivadavia, trabajadores rurales discuten de política y de la necesidad de un partido de "otra clase", junto al PTS y el Frente de Izquierda.

Virginia Pescarmona @virpes
Martes 1ro de septiembre de 2015
Tierras salitrosas con olivos que dominan el paisaje. Extensiones "ociosas" se combinan con las viñas que contienen la uva, fruto de la vid que simboliza permanente especulación con la vida del trabajador. Las máquinas desplazan a más trabajadores y eso de que ""para el tiempo de cosecha que lindo se pone el pago", de la tradicional tonada, se vuelve frase amarga en los labios del obrero, que en tractores o entre los surcos, trabaja, mientras el único que recoge las bondades de la cosecha es el bolsillo del patrón.
Miles de contratistas y peones rurales que trabajan largas jornadas al rayo del sol. Una enorme fuerza social poca veces puesta en movimiento, pero llena de diarias escaramuzas con los patrones. Evidencia de que se acercan otros tiempos.
Es también tierra petrolera. Escasos kilómetros nos separan del yacimiento La Ventana. Hidrocarburos y cosechas. Trabajadores del petróleo y de la tierra. Una combinación que promete, sobre todo si de los intercambios surge esa idea "roja" de que los trabajadores no sólo tienen que hacer política, sino prepararse porque la salida a esas infinitas penurias es que efectivamente sean los que gobiernen.
Es viernes a la tardecita, en La Reducción, departamento de Rivadavia, sobre la Ruta Provincial 62 en donde funciona el Club Social Defensores de Belgrano. Cuando se entra, en un modesto cartel se lee: " Bienvenido al Club Defensores de Belgrano, sin peleas ni problemas. Lo importante no es ganar: es divertirse". Allí se practica fútbol y bochas, se sostiene con mucho esfuerzo y es un lugar claramente importante, desde el punto de vista social y deportivo. Ubicado, según dicen, en "el paraje más antiguo del departamento". Es una localidad donde, como dicen sus vecinos "no hay nada", "ni un teléfono público".
Fue allí que trabajadores rurales y jóvenes de la zona se reunieron con la candidata a diputada Noelia Barbeito, el candidato a diputado y obrero de YPF Rubén Vera, y militantes del PTS Maipú. Una mesa de una veintena de trabajadores y jóvenes en la que durante horas se discutió de política, pensó cómo construir un verdadero partido de la clase obrera.
Una mesa en la que no faltaron inquietudes, preocupaciones por el país que se viene en el post kirchnerismo y la convicción de que si los trabajadores no hacen política de su clase seguirán pagando con su esfuerzo y privaciones la sed de ganancia de los patrones y sus políticos, que sólo gobiernan y legislan para ellos.
Un largo intercambio sobre la realidad que viven día a día miles de trabajadores de la tierra, sometidos a largas jornadas de trabajo, por salarios verdaderamente insuficientes y la prepotencia patronal. Zonas donde no llega la política punteril, pero la izquierda se hizo presente. Como contaban, la última visita del intendente incluyó lo que serían irreproducibles agravios xenófobos a los vecinos que se acercaron a plantear sus reclamos: "negros de mierda".
Ellos vienen votando en varias ocasiones al FIT e incluso han fiscalizado junto al PTS en la zona. Contaban que están entusiasmados con la emergencia de la izquierda, porque habla de ellos, del obrero. "Quiero ser de un partido que pelea para el obrero, no para mi. No quiero ser rico yo, sino que se haga política para el obrero. Fui obrero siempre y ganemos o no ganemos lo voy a seguir votando, porque es un partido hermoso que pelea con los obreros", reflexionaba un trabajador de décadas de labor rural. "Nos voté a nosotros, aún sabiendo que no íbamos a ganar", "hay que seguirle poniendo el pecho a las balas, y que sigan pasando nomás", acotaba otro trabajador.
El entusiasmo e identificación que se viene expresando en los lugares de trabajo, los colegios, las facultades con el Frente de Izquierda en todo el país no es ajeno a las zonas más alejadas, más olvidadas, allí donde hay miles de trabajadores superexplotados.
Con anécdotas expresaron su hastío a la política de los partidos tradicionales. Algunos más cautos: "He venido para conocer. Los veo jóvenes y con entusiasmo y eso es muy bueno". Otros que ya vienen participando de varias actividades y campañas plantearon que quieren que allí el partido tenga presencia.
"Creen que somos tontos, brutos, pero todos sabemos que acá las tierras, el petróleo, todo está en manos extranjeras. Dicen que son nacionales, pero sabemos que no". Saben sobre concentración de la tierra, sobre la extranjerización de los principales recursos naturales, sobre el rol de las direcciones sindicales vendidas para mantenerlos a raya y sin conquistas.
A pesar del cansancio del viernes y del viento zonda que tiñó con sus consecuencias el cierre de la semana, cada uno aportó su visión y se acordó volver a reunirse. Saben de política, opinan sobre todo, son parte de esa franja de trabajadores que quieren emerger a la vida política y el Frente de Izquierda, con el PTS en particular, significa una gran herramienta para ello.
Son los que saben cómo funcionan las máquinas, cómo trabajar la tierra, cuáles son las necesidades del pueblo trabajador. La fuerza está, se dijo: "hay que organizarse y luchar". Aseguraron que hay muchos más que quieren sumarse y se propusieron una nueva jornada. Como dijo uno de los trabajadores ya "jubilado": "de acá puedo irme y cuando me cruce con alguien hacerme el distraído y decirle que estuve el viernes en el club como siempre o contarle de la reunión, de que tenemos una posibilidad de involucrarnos en la política de otra manera, de hacer nuestra política". Cerramos: "¡Manos a la obra!" y todos se comprometieron a invitar a sus compañeros de trabajo, vecinos y familiares.

Virginia Pescarmona
Docente, Corriente 9 de abril/Lista Bordó, Mendoza