En la segunda edición mendocina del Torneo Amistad Obrera compiten 13 equipos de trabajadores de distintas empresas. Mas de 130 jugadores que junto a sus familiares y amigos comparten el gusto por el deporte y también sus experiencias.
Martes 19 de mayo de 2015
Uno tiene los amigos del barrio, los amigos de la primaria, los amigos del colegio, los amigos de la vida, y, entre tantos amigos, están los amigos del laburo, esos amigos de todos los días. Sin entrar en la intensidad, o en la profundidad de cada una de las amistades mencionadas, los amigos del laburo son lo más parecido a una extensión de la propia familia. Porque casi todos tenemos un Tío medio boludo que cree que se las sabe a todas, justo igual a ese compañero que, si lo dejan, no lo calla nadie en el horario del almuerzo. O todos tenemos un primo facho, que piensa que la mano dura es el único camino para enderezar a los jóvenes, como lo dice cada vez que puede, ese compañero medio “garca” en el que nadie confía. Todos tenemos un pariente buen tipo, que nos cae re bien, y que sabemos que siempre está ahí, como nos pasa con el petiso que comparte el turno con nosotros, y que sabemos que está dispuesto a colaborar con lo que sea. Es así, la Amistad Obrera no se mide en la profundidad o la intensidad del afecto, la Amistad Obrera, es un eterno ida y vuelta de acciones compartidas en lo cotidiano, y en un espacio en donde las personas que forjan esta relación están afectadas a un régimen común.
Y en esa situación, en donde se comparten 8 horas diarias (con suerte), con un mismo grupo de compañeros, es que se fortalecen los lazos de compañerismo, porque seguramente el compañero de turno conoce más los pensamientos, las preocupaciones y las alegrías de otro compañero, que la misma familia. Porque trabajamos ocho horas en conjunto, tratando de que el turno no se nos complique, y entonces, con solo ver como se mueve el compañero, sabemos que algo le pasa, y estamos ahí para hacer lo que se pueda. Así fluye, naturalmente, la Amistad Obrera.
De la fábrica a la cancha
Teniendo en mente estos conceptos de la Amistad dentro del ámbito laboral, es que los Trabajadores de Cuyoplacas pensamos en conectar los distintos turnos de compañeros-amigos, que ya venían divididos en sectores o en turnos, realizando actividades extra laborales (desde salidas en familia, hasta campeonatos internos, que no siempre terminaron con el festejo de un campeón), bajo una misma bandera, la de un campeonato distinto a los realizados anteriormente. Para esto los aportes, en general, del PTS, fueron fundamentales. Por primera vez, la organización de un torneo estuvo a cargo de trabajadores de distintos sectores, y se quitó el carácter separatista de los anteriores torneos; por primera vez se decidió abrir las inscripciones para trabajadores de otras fábricas; y por primera vez, un torneo de los trabajadores de Cuyoplacas levantaba consignas y fines solidarios, en ese momento con las familias de Lear. Los ex trabajadores de Cuyoplacas, instalados en otras fábricas, respondieron gustosos a la convocatoria y presentaron sus equipos de compañeros-amigos, del sector Bodeguero, del transporte, Petroleros y algunos más. Por supuesto, el nombre del torneo caía por su propio peso, “Amistad Obrera”.
La reticencia y desconfianza inicial de nuestros compañeros de Cuyoplacas a la participación de equipos que no fueran de la planta se desvaneció en cuanto se destapó el primer porrón, luego de la primera fecha en que todos los participantes disfrutamos de un gran choriceada y compartimos las historias que todos los obreros, lo sepamos o no, tenemos en común. Y luego de eso, la “buena onda” fue la estrella del campeonato, los incidentes aislados esperables, dentro del ímpetu de la competencia, pero el clima de camaradería era casi tangible cada sábado a la tarde.
La presencia y la intervención de los amigos del PTS, militantes y parlamentarios, se dio de forma natural, y fueron muy bien recibidos por los trabajadores, hasta Nicolás del Caño se calzó los cortos para intentar unas gambetas.
Se va la segunda
El sábado 16 de mayo, comenzó en Las Heras, Mendoza, la segunda edición de Torneo Amistad Obrera, esta vez con 15 equipos, mayoritariamente de Cuyoplacas, (recordemos que esta empresa cuenta con 400 operarios), y los invitados de distintas fábricas, bodegas y empresas, algunos invitados hacen su segunda aparición, ya que disfrutaron los sábados del último torneo. Se produjo una rotación de equipos invitados y se aumentó el número de equipos de Cuyoplacas, en definitiva, el torneo cuenta con tres equipos más que la anterior edición. Otro hecho, muy válido y rescatable, que marca un crecimiento desde al primer torneo, es que muchos compañeros manifestaron su voluntad de participar en la organización, desde colaborar con retirar listas de buena fe, hasta ayudar en el armado de planillas estadísticas.
Esta vez, en la charla de bienvenida, desde la organización, no sólo se llamó a bajar el fragor del ímpetu dentro de la competencia, sino que se repudiaron los actos de violencia, ocurridos precisamente en el fútbol en el último Boca-River, y se alentó a todos los participantes y a los amigos espectadores, a participar, y promocionar desde el torneo la marcha del 3 de junio, “Ni una Menos”, contra la violencia de género. Además, se realizó una colecta, pidiendo un aporte solidario a voluntad para el compañero de Cuyoplacas recientemente despedido, injustamente con causa, Jorge Barrera.
También se presentó, para quienes no lo conocían, a Rubén Vera, trabajador petrolero, que participó con sus compañeros de la última edición, y en este momento está organizando en Maipú, Mendoza, una edición del Amistad Obrera. Y se propuso un cruce con los campeones de cada regional.
Y esto último, es algo que en Cuyoplacas, sobre todo a los delegados y los organizadores de la primer edición del Amistad Obrera, nos llena de orgullo, y no solo porque el nombre del torneo que sentimos como nuestro, en octubre-noviembre de 2014 se traslada a otra regional de la misma provincia, sino que también se ha reproducido ese nombre en distintas zonas industriales del país.
Conscientes como estamos de porque pusimos ese nombre en la bandera de un torneo de fútbol, nos sentimos orgullosos y emocionados de que, no sólo del nombre, sino también el espíritu del campeonato se reproduzca en miles de hermanos obreros de todo el país.
