La dirección de la FES Acatlán junto con el municipio de Naucalpan desalojaron a cerca de 20 puestos ambulantes de comida que por años se ubicaron a las afueras de la institución, sus trabajadores se vieron obligados a regresar a sus casas sin remuneración alguna.
Martes 27 de febrero de 2018

Jubal López
La decisión de Manuel Martínez Justo, director de la FES Acatlán, con apoyo de Luis Alberto Casarrubias, comisario de seguridad de Naucalpan, sobre el retiro de los puestos ambulantes de comida bajo el pretexto de tener más seguridad, nada tiene que ver con la situación de inseguridad que se vive los alrededores de la facultad.
El desalojo fue con presencia policial y de manera autoritaria. Cabe recordar que fue la misma policía que en el 2016, disparó al aire para intentar disolver el descontento generado por la reducción a la matrícula estudiantil.
Aparte de representar un ingreso a los puesteros, era una opción más para poder alimentarse de manera más barata que dentro de las instalaciones, pues tanto en la concesión de la libreria-cafeteria (espacio consecionado) no se sirven porciones vastas, como se encarece su precio y hay quejas de que la comida no es la mejor.
Ni menos ambulantes, ni más policías son la solución a la inseguridad y malas condiciones de vida, la FES Acatlán es así, parte de la zozobra que viven el resto de los trabajadores del país bajo un régimen que apuesta a la militarización en lugar de luchar contra la pobreza y el desempleo. Los lamentables hechos del jueves pasado en la entrada de la Mega no pueden ser el pretexto para incrementar las medidas de vigilancia y endurecimiento de la seguridad.
Debemos cuestionar el rol de la policía el día y hora de los hechos, porque mantenían un fuerte operativo vehicular, en conjunto con el ejército, a no más de 200 metros del lugar de los hechos y aun así se perpetró el intento de robo y se hirió a una maestra de esta institución, mientras ayer por la mañana, justo en el mismo lugar un estudiante de Derecho se lanzaba del microbús en marcha al darse cuenta de que se efectuaba un asalto armado.
Pedir más rondines de seguridad no va a garantizar mejores condiciones en nuestras vidas.