Tras el asesinato de Marchant, salieron a la luz varias contradicciones que dejan al descubierto los posibles montajes de parte del Estado y trae consigo el recuerdo del asesinato de Camilo Catrillanca y la Operación Huracán, mostrando además la violencia y represión sistemática de los distintos gobiernos de turno en contra del pueblo mapuche.
Sábado 17 de julio de 2021
El dia viernes 9 de julio fue asesinado Pablo Marchant por disparos en su cabeza en medio de un enfrentamiento con Carabineros en el fundo Santa Ana de Forestal Mininco, donde además quedó herido y grave un trabajador de la forestal, Ceferino González. El día 13 de julio, Pablo Marchant tuvo su ultimo adiós frente a un gran numero de comunidades mapuche que asistieron a su eluwun (funeral), siendo sepultado en el ex fundo Pidenco, en la Comuna de Lumaco, territorio que esta reivindicado por la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y en el cual habitaba el weichafe.
Con el correr de los días salieron a la luz varias contradicciones en las declaraciones prestadas por los agentes del Estado. En primera instancia los carabineros involucrados declararon que dispararon en un contexto de enfrentamiento a 3 metros de distancia, cuando fueron a reforzar a la pareja de Carabineros que se encontraba en el lugar. Ellos declararon a la fiscalía que se enteraron de un ataque por radio y decidieron ingresar a pie y mientras que caminaban agazapados, repentinamente salió al camino un encapuchado que les apuntó con un fusil y uno de los funcionarios le disparo en la cabeza. Luego, recibieron la orden de no tocar nada, por lo que ni siquiera le quitaron la capucha al cuerpo. Además, testificaron que no portaban sus cámaras GoPro. Más tarde, se revela un audio de un General de Carabineros que no estaba en el lugar diciendo las siguientes palabras: “me interesa que aseguremos el área, el sitio del suceso, nadie manipula nada, hasta que los equipos investigativos se hagan cargo de todo”. Diversas fuentes que se encontraban en las faenas, declararon además, que se produjo un ataque incendiario e intercambio de disparos.
Más tarde el reporte oficial de las policías sobre los hechos fue un parte de novedades que se envió a los altos mandos superiores de Carabineros. La versión que se entrega es totalmente contradictoria a lo que declaran los carabineros directamente involucrados en la muerte de Marchant. En ese parte se decía que a las 17.50 el personal uniformado punto fijo que resguardaba la faena forestal había sido atacado “con armas de grueso calibre, razón por la cual repelen el ataque con la finalidad de prestar cobertura al personal forestal”. El documento firmado por el Jefe de Zona de Control de Orden Público y por el jefe de la IX Zona de Carabineros, incluyó el siguiente párrafo: “conforme lo anterior, otra patrulla se dirigía a escoltar la salida del personal forestal, en donde se encuentran con 3 individuos encapuchados y armados con armas largas, quienes disparan contra el personal, razón por la cual el ataque es repelido, resultando, en ese enfrentamiento un antisocial fallecido con un disparo de escopeta en la zona craneal, y el cual además portaba un fusil”. A esa esa misma hora, el fiscal de turno declara que el cuerpo del fallecido correspondía a Ernesto Llaitul, hijo de Héctor Llaitul dirigente de la CAM.
Días después, en una entrevista que dio Héctor Llaitul en radio Universidad de Chile apropósito del asesinato de Marchant, este declara que “Los hechos son bien dolorosos para el pueblo mapuche. Tenemos un hermano asesinado y al parecer bajo una situación que es bien dura, que puede ser interpretada incluso de horror, por la forma. Preliminarmente nosotros decimos que él fue ejecutado y tenemos que abordar esta situación con mucho respeto porque hay una familia detrás, una madre y no podemos hablar de forma descarnada o con morbo, con sensacionalismo como quiere la prensa”.
“Pablo Marchant tiene un impacto en su cabeza por atrás y al parecer tiene otro en la parte de la sien en la cabeza, por lo tanto, todo da cuenta de que esos tiros fueron a corta distancia y podemos suponer que fue ejecutado. Hay un registro que rápidamente fue bajado, de un trabajador que dice que atraparon a uno de los weichafes y ese registro ya no está en las redes, pero al parecer uno de los trabajadores registró esa situación. Nosotros no sabemos aún qué pasó ahí y tendrá que ser dilucidado de alguna manera", explica Llaitul.
El asesinato de Pablo, el reflejo de represión al pueblo mapuche
Los detalles y declaraciones contradictorias de Carabineros traen a la memoria el asesinato de Camilo Catrillanca. Tanto en el caso de Catrillanca como en el de Marchant la información y las declaraciones de los agentes involucrados que se dieron a conocer en un principio eran confusas, contradictorias. En el asesinato de Catrillanca, los carabineros autores del crimen contaban además con el respaldo del aquel entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick. En ese momento, el gobierno de Piñera no perdió la oportunidad de criminalizar al pueblo mapuche, de tratarlos como terroristas y de descaradamente encubrir el asesinato de Catrillanca.
Y así como estos casos, existen otros de persecución, represión y montaje contra el pueblo mapuche avalados por los distintos gobiernos de turno. Basta con recordar la conocida Operación Huracán, donde Carabineros falsificó y alteró pruebas para incriminar y detener a 8 comuneros.
La violencia y represión desde el estado y los gobiernos de turno hacia el pueblo mapuche es innegable y evidentemente sistemática. Hoy por hoy, en medio de un proceso constitucional, el asesinato de Pablo Marchant ocurrió a vista y paciencia de la convencion presidida por una mujer mapuche, Elisa Loncon, sin realizar presión alguna para exigir justicia por Marchant.
Es urgente exigir una comisión independiente de investigación sobre el asesinato de Pablo Marchant, para juzgar a los agentes del Estado involucrados y a los responsables intelectuales y políticos de la militarización. Las organizaciones mapuche y no mapuche, los sindicatos y organizaciones territoriales y sociales deben llamar a una movilización por verdad y justicia. Que deje en claro que es el Estado junto a los empresarios quienes despojan y violentan las tierras usurpadas. Es urgente discutir y conquistar con movilización la desmilitarización del Wallmapu y avanzar hacia la auto determinación del pueblo mapuche. Una alianza entre el pueblo mapuche y el pueblo trabajador de Chile podrá revertir estos 30 años de saqueo y violencia.