Desde que el lunes tomaron la decisión de tomar la planta por el pago de salarios y las indemnizaciones a los trabajadores despedidos, los obreros de la metalúrgica PRIMA resisten.
Domingo 12 de julio de 2015
Desde que el lunes tomaron la decisión de tomar la planta por el pago de salarios y las indemnizaciones a los trabajadores despedidos, los obreros de la metalúrgica PRIMA resisten. Los patrones han tratado por distintos medios de desalojar la planta para quebrar la legítima lucha, hacerse de las máquinas y tomar posesión de los papeles que albergan en las oficinas de la empresa, lo que pondría en evidencia las mentiras de pérdidas que aducen para no pagar los salarios, mostrar el chantaje de los despidos, y avanzar con el plan de vaciamiento y cierre de la fábrica que guardan como objetivo.
Recordemos que en los últimos 3 años han despedido a más de un centenar de trabajadores, pasando de un plantel de 120 a los 14 operarios actuales. Los injustos despidos en el último período se hicieron con un desprecio brutal. No pagaron indemnizaciones, y actuaron en completa ilegalidad despidiendo delegados que tienen fueros sindicales.
PRIMA hace más de 65 años que está asociada a la producción agrícola, construyendo silos, elevadores, sinfines, etc., con negocios realizados para terratenientes sojeros como los hermanos Grobocopatel, los Andreoli, los Uzandizaga Perrone o multinacionales químicas como Solvay-Indupa. Las facturaciones y ganancias han sido millonarias. Sus dueños, Rubén Balsamello y Jorge Zann tiene a su vez, decenas de propiedades e inmuebles con los que también lucran. Por su parte, la UOM y ASIMRA, los dos sindicatos que tienen afiliados en la planta, han dejado correr el plan de la empresa, y ante la toma no han brindado apoyo real. Como hecho simbólico de su (des)-ubicación, la UOM sólo atino a mandar un 1 kilo de yerba a la toma, siendo que su secretario general vive a dos cuadras de la metalúrgica.
El miércoles se vivió un clima tenso cuando el fiscal Zorzano presentó una orden de desalojo. Los trabajadores respondieron llamando a los medios de prensa, e instalaron una carpa afuera para darle mayor visibilidad al reclamo.
El viernes, ante la amenaza de los patrones de ponerles vigilancia privada en las instalaciones, se decidieron a realizar un corte de acceso en calle Don Bosco (de mucha circulación de automóviles pero también de camiones por desembocar en una ruta) junto a familiares y la presencia de trabajadores y estudiantes solidarios.
Fue emocionante ver a los trabajadores y sus familias cortar la calle en defensa de sus puestos. Es que pese que para los empresarios los trabajadores son un número más, lo que verdaderamente hay por detrás de cada obrero son familias en la calle e historias duras. Trabajadores que dejaron sus vidas en la fábrica y que hoy se encuentran sin coberturas sociales, algunos con hijos con discapacidades, otros con enfermedades subproducto del trabajo en la fábrica, familias que hoy ya no tienen medios de subsistencia con la paradoja que todos estos años fueron los trabajadores los que han creado un nivel de producción que ha hecho millonarios a dos estafadores.
Se vienen días importantes en la lucha. Los patrones van a continuar haciendo lo posible para desgastar la lucha, desalojar la fábrica y avanzar con despidos y cierre.
La clave del conflicto sigue estando en la defensa de los puestos de trabajo, y en lo inmediato que se les garantice el pago de los salarios adeudados y las indemnizaciones que los despedidos reclaman.
Hoy más que nunca se impone rodear de solidaridad a los trabajadores, difundir el conflicto, crear un fondo de lucha permanente para que las familias no quiebren por hambre, y acompañarlos en las acciones de lucha que los trabajadores discutan y voten.
En las gestiones obreras de la ex Zanón-Fasinpat y la ex Donnelley-Madygraf los trabajadores tienen una salida ante el plan de vaciamiento y cierre de las planta.